Pr¨®tesis de esperanza en Kabul
Un centro ortop¨¦dico de la Cruz Roja, dirigido por un italiano, emplea a 160 personas mutiladas por la guerra
La sala de espera del centro ortop¨¦dico de la Cruz Roja en Kabul es un triste muestrario de la eterna guerra afgana. En torno a una estufa de carb¨®n, dos decenas de pacientes con miembros amputados por minas, granadas u obuses aguardan su turno para recibir una pr¨®tesis que les ayude a vivir. Los atiende un hombre occidental con perilla blanca, alto y muy delgado, que entra y sale continuamente de la habitaci¨®n con gesto nervioso. Es Alberto Cairo, un fisioterapeuta italiano que lleva 12 a?os en Afganist¨¢n y ha convertido el centro que dirige en una instituci¨®n imprescindible para un pa¨ªs arrasado por 23 a?os de guerra.
Cairo explica con entusiasmo que ¨²nicamente da empleo a discapacitados f¨ªsicos. 'Aqu¨ª se demuestran a s¨ª mismos que son capaces de hacer algo y su motivaci¨®n es mucho mayor que en otros trabajos', explica este turin¨¦s de 48 a?os. En el centro de Kabul, el mayor de los seis del mismo tipo que la Cruz Roja tiene en Afganist¨¢n, trabajan 160 personas, entre ellas 15 mujeres. Pr¨¢cticamente todos (fisioterapeutas, t¨¦cnicos en ortopedia, carpinteros, porteros, cocineros, enfermeros, conductores, administrativos, maestros y jardineros) han pasado por las manos del fisioterapeuta italiano.
En los talleres reinaba ayer una actividad dif¨ªcilmente vista en otros lugares de trabajo de Kabul. Empleados con batas blancas se afanaban en la construcci¨®n de sillas de ruedas, pr¨®tesis y aparatos ortop¨¦dicos, mientras varios enfermeros registraban los datos de los pacientes. Todo el material se fabrica aqu¨ª y despu¨¦s se distribuye por el resto del pa¨ªs. 'Aqu¨ª ponemos piernas, brazos y lo que haga falta, pero no es suficiente', afirma Cairo. 'Es necesario reintegrar a la gente en la sociedad y por eso pusimos en marcha programas de rehabilitaci¨®n y montamos una escuela para los ni?os', a?ade.
Desde su fundaci¨®n, en 1988, el centro ortop¨¦dico de la Cruz Roja ha fabricado m¨¢s de 38.000 pr¨®tesis, 27.000 aparatos ortop¨¦dicos, 77.000 pares de muletas y 6.500 sillas de ruedas. En los ¨²ltimos 12 a?os, Cairo ha atendido a m¨¢s de 25.000 pacientes, de los que 9.000 son v¨ªctimas de guerra con amputaciones.
Cairo recuerda que lleg¨® a Kabul a principios de los a?os noventa, s¨®lo meses despu¨¦s de la retirada del Ej¨¦rcito sovi¨¦tico, y que desde entonces ha sido testigo de cuatro reg¨ªmenes distintos: los comunistas de Najibul¨¢, los muyahidin de Burhanudin Rabani, los talibanes del mul¨¢ Omar y el actual Gobierno de coalici¨®n de Hamid Karzai.
Los tiempos de los talibanes fueron 'dif¨ªciles, pero no imposibles', se?ala. 'Las patolog¨ªas son siempre las mismas y las reglas que impusieron los talibanes eran muy parecidas a las de antes, aunque algo m¨¢s estrictas. Las mujeres pod¨ªan trabajar en el centro, pero siempre con burka. A veces ven¨ªan a controlar, pero pudimos trabajar casi con total normalidad'. Los talibanes, subraya Cairo, sab¨ªan muy bien que un centro como el suyo era esencial para Afganist¨¢n, y muchos de ellos recibieron aqu¨ª sus pr¨®tesis.
El 70% de los pacientes atendidos en el centro de Kabul son hombres y el 30% restante mujeres y ni?os. En el taller de mujeres trabaja Masuma, una joven que perdi¨® la pierna izquierda hace cinco a?os por el impacto de un ob¨²s. 'Creo que nuestro trabajo ayuda a sobrevivir a gente como yo', afirma mientras moldea en escayola la pr¨®tesis de un pie.
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