'Los tenderos de la Boqueria no somos banqueros'
En las aceras que flanquean la entrada principal del emblem¨¢tico mercado de la Boqueria, en La Rambla de Barcelona, no se ve¨ªan ayer grandes aglomeraciones. Pese a no ser un d¨ªa de compras en masa, el patr¨®n de la tienda de jamones y embutidos Marcos prefer¨ªa no arriesgarse a la escasez: 'A los que pagan en pesetas les devuelvo pesetas y a los que pagan en euros les devuelvo euros, siempre que la compra lo valga y que no me pidan un cambio muy alto. Los tenderos de la Boqueria no somos los banqueros de los vecinos y los clientes'.
En Soley, uno de los puestos de venta de fruta m¨¢s conocidos del mismo mercado, un empleado recuenta un cambio en la nueva moneda y efect¨²a paralelamente las c¨¢lculos mentales del equivalente en pesetas. Es el para¨ªso de la doble contabilidad. Tambi¨¦n los hay que, agobiados por tanta multiplicaci¨®n sobre la marcha, echan mano del pl¨¢stico. 'Esta ma?ana ha venido una se?ora que estaba dispuesta a pagar algo m¨¢s de 20 duros con tarjeta', explica este empleado.
Junto a la c¨¦lebre fruter¨ªa, est¨¢ Petras, parada obligada del reino de las setas. Enfrente, otros establecimientos, como Morilla o Coronimes, y junto a ellos, Pons Vidal, un cl¨¢sico, con los escaparates rebosantes de pi?a tropical, d¨¢tiles y frutos secos. La cajera presenta las facturas en euros, aunque las cobra a gusto del cliente. 'Si pagan en pesetas, devolvemos pesetas. No somos cajeros'. La misma cantinela una y otra vez en toda la Boqueria.
N¨²cleo sentimental
En el centro del mercado, las conocidas tiendas de pescado Pilar¨ªn, Rosita y Palmira -n¨²cleo sentimental de la Boqueria- vivieron ayer una ma?ana razonablemente apacible. Una de ellas se dirig¨ªa a un cliente entreg¨¢ndole la calculadora: '?brela t¨². No s¨¦ ni c¨®mo se pone en marcha'. Atenta a los pesos de dos b¨¢sculas, una en euros y otra en pesetas, y cambiando de bandeja la docena de gambas rojas, otra pescadera le pregunt¨® a su vecina: 'Cu¨¢nto son 20,05 euros?'. '?Tres mil y cu¨¢nto..?'. 'Estoy segura de que nos faltar¨¢n billetes de 5 y 10 euros'.
Delante de las imponentes fuentes de marisco que visitan a diario los ma?tres de renombre -de los restaurantes Reno, Gaig, Figueres, V¨¦neto e Isidro, entre otros-, se arremolinaban vecinos y curiosos. Como ocurre casi a diario, grupos de turistas formaban breves colas sobre los adoquines de la Boqueria, un esqueleto de hierro y cristal levantado sobre los solares del antiguo convento de los Carmelitas Descalzos.
Detr¨¢s del mercado, en la plaza de la Gardunya, un rinc¨®n degradado por el uso intensivo de los camiones de carga y descarga y la eterna rehabilitaci¨®n de las fachadas, los comercios trabajaban a medio gas.
La jornada fue tranquila en Catalu?a. El Instituto Catal¨¢n de Consumo (ICC) de la Generalitat de Catalunya inform¨® ayer que s¨®lo ha abierto seis expedientes a comercios por irregularidades desde la entrada en circulaci¨®n del euro, por anomal¨ªas de conversi¨®n de pesetas a la nueva moneda europea.
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