Ansiosas por ver mundo
200 j¨®venes acuden a la selecci¨®n de azafatas para la l¨ªnea a¨¦rea afgana
Se buscan j¨®venes solteras para trabajo con futuro y bien remunerado. Imprescindible buena presencia, don de gentes y conocimientos de ingl¨¦s. Ariana, l¨ªnea a¨¦rea de Afganist¨¢n, ofrece 70 plazas de azafata para reanudar sus vuelos internacionales tras cinco a?os de aislamiento bajo el r¨¦gimen talib¨¢n.
La convocatoria, difundida por la radio y la televisi¨®n afganas, ha tenido una respuesta abrumadora. M¨¢s de 200 j¨®venes se presentaron ayer en la sede de la compa?¨ªa con la esperanza de conseguir un puesto de trabajo que les permita salir de sus casas y ver mundo. 'Me encantar¨ªa ir a Nueva York, Par¨ªs y Los ?ngeles. No conozco m¨¢s que Ir¨¢n y Pakist¨¢n', afirma Sonia Habibi mientras espera su turno para una entrevista personal. Sonia, de 18 a?os, y su prima Jatera, de 22, son casi las ¨²nicas j¨®venes que han venido sin burka, el vestido con el que se cubren de la cabeza a los pies la mayor¨ªa de las mujeres afganas cuando salen a la calle.
La compa?¨ªa Ariana s¨®lo cuenta con un Antonov 24 tras perder siete aviones durante los bombardeos
Otra de las aspirantes, Forozan Rahimi, de 23 a?os, tuvo que interrumpir sus estudios de Medicina en la Universidad de Kabul cuando los talibanes tomaron la capital, en septiembre de 1996. 'He estado encerrada en mi casa durante cinco a?os que me han parecido quince', explica Forozan en un correcto ingl¨¦s y con el velo de su burka levantado. 'Si sigo estudiando, me har¨¦ vieja, y no quiero perder mi juventud en la universidad'.
Al preguntar a las aspirantes a azafata qu¨¦ pa¨ªses quieren conocer, todas sin excepci¨®n mencionaron Estados Unidos. 'Tengo all¨ª una hermana a la que no veo desde hace seis a?os. Tambi¨¦n me gustar¨ªa visitar a mi hermano, que vive en Alemania', dice Sonia. Ella y su prima Jatera aprendieron ingl¨¦s gracias al padre de ¨¦sta, formado en EE UU y profesor de la Academia Militar de Kabul. Como en la mayor¨ªa de los pa¨ªses, un buen enchufe ser¨¢ de gran ayuda para conseguir el puesto. 'Sin contactos es casi imposible encontrar un trabajo en Afganist¨¢n', dice Jatera.
?Qu¨¦ uniforme vestir¨¢n las azafatas? 'No lo sabemos todav¨ªa', responde el director general de tr¨¢fico a¨¦reo de Ariana, Mohamed Daud Sharifi, mientras bebe t¨¦ en su despacho del centro de Kabul. 'Lo que s¨ª es seguro es que cumplir¨¢ la norma isl¨¢mica de que la mujer lleve la cabeza cubierta con un pa?uelo. No estoy muy de acuerdo, pero as¨ª lo han decidido las autoridades'. Ariana tardar¨¢ en despegar. A¨²n siguen vigentes las sanciones de la ONU que proh¨ªben los vuelos internacionales desde y hacia Afganist¨¢n, y la compa?¨ªa tiene s¨®lo un avi¨®n en condiciones de volar: un viejo Antonov 24 que cubre dos veces por semana la ruta entre Kabul y Herat, principal ciudad del oeste de Afganist¨¢n. Sharifi explica que comenzar a volar al extranjero es cuesti¨®n de tiempo y dinero. 'Cuando consigamos la tecnolog¨ªa y compremos nuevos aviones, volaremos a todo el mundo', asegura con optimismo. Para ello, Ariana s¨®lo podr¨¢ contar con el apoyo internacional, ya que las arcas de la compa?¨ªa est¨¢n completamente vac¨ªas. 'Esperemos que la ayuda llegue pronto', se?ala el directivo de la compa?¨ªa.
Durante la ¨¦poca talib¨¢n, Ariana s¨®lo pod¨ªa cubrir rutas nacionales. Volaba a Kandahar, Jalalabad, Konduz, Mazar-i-Sarif y Herat con cinco Antonov y tres Boeing 727, todos menos uno destruidos por bombardeos durante la guerra. La compa?¨ªa fue fundada en 1955 como una sociedad conjunta entre la estadounidense PanAm y el Estado afgano, y su ¨¦poca de gloria fueron los a?os setenta, antes de la invasi¨®n del Ej¨¦rcito sovi¨¦tico, cuando sus aparatos volaban a Estambul, Par¨ªs, Londres o Nueva Delhi. 'Desde entonces hemos ido cuesta abajo sin parar', dice Sharifi con aire nost¨¢lgico.
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