V¨¦rtigo en Cachemira
La comunidad internacional ha de empe?arse en alejar a India y Pakist¨¢n del abismo que supone su nuevo enfrentamiento en Cachemira. Hay se?ales diplom¨¢ticas esperanzadoras, pero prosiguen al mismo tiempo los fuegos cruzados en la frontera, ha habido un nuevo atentado en el Parlamento, India est¨¢ acumulando tropas a un nivel sin parang¨®n desde la guerra de 1987, el espacio a¨¦reo sigue cerrado y ambos pa¨ªses reducen a la mitad sus respectivas legaciones. Toda soluci¨®n duradera y no b¨¦lica ha de pasar por un mayor grado de autonom¨ªa en Cachemira y una mayor integraci¨®n regional. Es de esperar que la cumbre de Asia del Sur en Katmand¨² (Nepal) favorezca que las aguas vuelvan a su cauce.
Washington tiene mucho que perder si esta crisis degenera en una nueva guerra por Cachemira. Est¨¢ distrayendo a Pakist¨¢n de los esfuerzos para evitar que su frontera con Afganist¨¢n se convierta en un coladero por el que escapen los talibanes y miembros de Al Qaeda huidos de Afganist¨¢n. Si la crisis ha presionado al presidente Musharraf para que act¨²e contra los grupos terroristas isl¨¢micos en su territorio, una nueva guerra por Cachemira reforzar¨ªa a los islamistas en Pakist¨¢n, que tras apoyar a EE UU en su lucha contra el terrorismo podr¨ªa convertirse en territorio hostil.
Ya han sido detenidos un centenar de activistas y dos dirigentes de importantes grupos terroristas en Pakist¨¢n, pero India considera insuficientes estas medidas tras el atentado suicida del pasado 13 de diciembre contra el Parlamento de Nueva Delhi, que las autoridades indias atribuyen a un grupo islamista paquistan¨ª.
En el complejo rompecabezas de Asia Central, el Gobierno provisional afgano que encabeza Hamid Karzai parece buscar en India un aliado por encima de Pakist¨¢n, mientras las autoridades de Islamabad alegan haber descubierto una gran cantidad de armas de procedencia india en Qetta.
El gran juego, por el que las grandes potencias se disputaron la regi¨®n en el siglo XIX, est¨¢ de nuevo en marcha, pero de forma mucho m¨¢s peligrosa por tratarse de dos pa¨ªses que est¨¢n en posesi¨®n del arma nuclear. Es cierto que las dos naciones se han intercambiado datos sobre sus respectivas instalaciones nucleares, como lo vienen haciendo desde hace 11 a?os, y renovado la promesa de que en ning¨²n caso ser¨¢n atacadas. Pero todo esfuerzo ser¨¢ poco para evitar una nueva guerra que en las actuales circunstancias podr¨ªa crear 'enormes problemas' a la estabilidad mundial, como ha recordado el primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, de visita en la regi¨®n y convertido en apaciguador en nombre de Estados Unidos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.