La Toma
Granada celebr¨® un a?o m¨¢s la conquista de la ciudad por los Reyes Cat¨®licos, y el Ayuntamiento public¨® un bando en nombre de la tolerancia para justificar que abandonaba cualquier prop¨®sito de convertir el 2 de enero en un fiesta de la tolerancia. La complejidad de la situaci¨®n pol¨ªtica actual convierte las discusiones en un campo abonado para el cinismo o la tosquedad. El Ayuntamiento de Granada no es tosco, pero en esta ocasi¨®n ha sido muy c¨ªnico. Toscos son los que defienden la Toma como el cumplimiento de un esp¨ªritu patri¨®tico esencial, que brot¨® en el aliento guerrero de los reyes godos y se extendi¨® por el universo gracias a la lanza del Cid, las carabelas de Col¨®n y los soldados de Franco. Aunque no sea ¨¦ste el esp¨ªritu que conmueve el coraz¨®n del equipo municipal, hay muchos granadinos que van a la Plaza del Carmen con el brazo incorrupto de Santa Teresa para abofetear el pasado isl¨¢mico de la ciudad y conjurar un presente de talibanes canallas y pateras miserables. Toscos son tambi¨¦n los que sienten nostalgia por una esencia isl¨¢mica granadina, porque las esencias no existen y la historia real no define exactamente el pasado ¨¢rabe como una ¨¦poca de tolerancia y libertad. Las ¨²nicas religiones amables son las religiones derrotadas, y la historia de la libertad occidental es la historia de la derrota del fundamentalismo cat¨®lico. El obispo de Granada no es del todo el Mul¨¢ Ca?izares, pero no por falta de vocaci¨®n, sino porque nuestra sociedad conquist¨® hace tiempo una diferencia c¨ªvica entre los delitos y los pecados.
Ninguna pol¨¦mica puede fundarse en la evocaci¨®n de un pasado puro. Los pasados est¨¢n llenos de miseria. Es posible, sin embargo, limpiar el porvenir de dogmatismo y sangre, y por eso conviene discutir y tomar posici¨®n con los ojos puestos m¨¢s en el futuro que en las tradiciones. Transformar el d¨ªa de la Toma en una fiesta de la tolerancia no significar asumir una determinada versi¨®n manipuladora de la Historia, sino apostar por un porvenir diferente. Al abandonar este proyecto, el gobierno tripartito de Granada ha optado por halagar a los sectores m¨¢s reaccionarios de la sociedad, publicando un bando en el que utiliza c¨ªnicamente los valores de la libertad. Las decisiones, adem¨¢s, se cargan de significado seg¨²n el momento en el que se toman. Acabamos de cerrar un a?o muy duro. El Estado criminal de Israel ha legitimado el genocidio del pueblo palestino, y los EE UU, por pura venganza patri¨®tica, han destrozado Afganist¨¢n, sin que nadie se haya molestado en fijar el n¨²mero real de v¨ªctimas. Mientras las pateras siguen naufragando de hambre en nuestras costas y los inmigrantes hacen los trabajos m¨¢s bajos de la sociedad, un sentimiento racista se extiende en la poblaci¨®n espa?ola, muy animado por la prepotencia del Gobierno de Aznar. Al Ayuntamiendo de Granada le ha faltado la gallard¨ªa de Rodr¨ªguez Zapatero, que mantuvo su viaje a Marruecos no para legitimar una democracia inexistente, sino para oponerse a la demonizaci¨®n diplom¨¢tica del mundo ¨¢rabe. Los ¨¢rabes no son los buenos en un mundo de malos, pero son las v¨ªctimas en un mundo de verdugos. Desde el balc¨®n de la Plaza del Carmen nos saluda el cinismo electoralista en su versi¨®n m¨¢s mediocre.
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