Gadamer ante Heidegger
Jean Grondin, profesor de filosof¨ªa en Montreal y en Ottawa, que ya estudi¨® en su tiempo en Heidelberg con Gadamer, es uno de los mejores conocedores en el mundo de la obra de ¨¦ste y no s¨®lo, desde luego, por la biograf¨ªa que escribi¨® en 1999 sobre el maestro y que conocemos aqu¨ª, traducida, desde el a?o pasado. Adem¨¢s de su Introducci¨®n a Hans-Georg Gadamer, de 1999 tambi¨¦n, y de otros trabajos, acaba de publicar en Alemania otro libro sobre el tema, De Heidegger a Gadamer. De camino a la hermen¨¦utica, que saludar¨¢n no s¨®lo heideggerianos y gadamerianos (sobre todo ¨¦stos), sino tambi¨¦n los hermeneutas en general, por el magn¨ªfico complemento que representa a su conocida Introducci¨®n a la filosof¨ªa hermen¨¦utica, de 1991, reeditada este a?o. Insinuaba que la saludar¨¢n sobre todo los gadamerianos porque, aunque reconoce que el pensamiento de Gadamer es una respuesta directa al de su maestro Heidegger, muestra o pretende mostrar que aqu¨¦l abre horizontes completamente nuevos. (Adem¨¢s de que Grondin parece haber considerado siempre, y seguramente con raz¨®n, que despu¨¦s de Ser y tiempo, 1927, de Heidegger la obra m¨¢s importante e influyente de la filosof¨ªa continental europea es Verdad y m¨¦todo, 1960, de Gadamer. Claro que, de todos modos, Grondin es de otro continente).
ANTOLOG?A
Hans-Georg Gadamer A cargo de Jean Grondin S¨ªgueme. Salamanca, 2001 220 p¨¢ginas. 25,12 euros
Es curioso que en el di¨¢logo final, de 1996, de esta Antolog¨ªa, ante una pregunta precisa de Grondin relativa a esta cuesti¨®n, sobre si su pensamiento contin¨²a el de Heidegger o es una alternativa a ¨¦l, Gadamer no responda directamente, sino con consideraciones muy interesantes pero s¨®lo en torno a la pregunta. Ti?endo la larga respuesta de este esp¨ªritu: 'Yo fui un admirador de Heidegger', para decir a continuaci¨®n que su primer libro, ?tica dial¨¦ctica de Plat¨®n, se aten¨ªa demasiado al esquema del maestro; o 'una vez que Heidegger ya no est¨¢ en mi vida, como quien dice', para escribir a continuaci¨®n lo m¨¢s cercano como respuesta a la pregunta, y sin m¨¢s comentarios: 'A ¨¦l su impronta religiosa, su af¨¢n de buscar a Dios durante toda su vida, le impuls¨® a todos sus radicalismos. A m¨ª me sucedi¨® lo mismo a mi manera, pero con la gran diferencia de que mi infancia no se vio marcada de veras en la misma direcci¨®n'. (?El viejo que regresa a la ni?ez como a un origen que anticipa y renueva tambi¨¦n, hermen¨¦uticamente, cuestiones de la historia personal? La hermen¨¦utica aplicada a s¨ª mismo).
Admite que 'de Heidegger no se puede prescindir para explicar cu¨¢l fue mi formaci¨®n'. Que lo que le debe a Heidegger en ese sentido 'es que ¨¦l me oblig¨® a estudiar filolog¨ªa cl¨¢sica y con ello aprend¨ª a seguir de una manera algo m¨¢s disciplinada su propia tendencia, a saber, a mostrar desde el lenguaje cu¨¢l es el origen de los conceptos'. Y que admira 'la fantas¨ªa y vigor de su pensamiento', el que fuera decididamente 'en pos de sus intuiciones' y que lo lograra tan bien, advirtiendo de paso que eso es algo a tener en cuenta cuando se critica a Heidegger en general, pero sobre todo por su 'error pol¨ªtico': 'Quien es capaz de pensar de manera tan vigorosa puede escapar con la rapidez del rayo de cualquier posible autocr¨ªtica'.
Veinte a?os antes, en la Auto
presentaci¨®n con la que comienza este libro, era m¨¢s efusivo con el maestro y yo mismo le he o¨ªdo muchas veces serlo. En cualquier caso, si parece que de Heidegger resulta ineludible hablar cuando se habla de Gadamer, es porque parece que a Gadamer le resulta ineludible hablar de Heidegger cuando habla ¨¦l mismo.
No por conocidas para los esforzados estudiosos cosas como estas que acabo de citar, y en general el contenido entero de esta Antolog¨ªa, son menos oportunas de recordar aqu¨ª para el p¨²blico amplio al que se dirige el libro, una de cuyas bondades en general, y de su traducci¨®n para el mundo hispano en particular, es que hace f¨¢cilmente accesible un conjunto bien armado de textos que pueden dar, as¨ª, una idea introductoria y global del pensamiento y figura de Gadamer. Aunque ninguno de ellos fuera in¨¦dito y, excepto el Di¨¢logo final y De la palabra al concepto por la fecha de su composici¨®n, todos pudieran encontrarse ya, desde 1995, en alem¨¢n, en los 10 gruesos vol¨²menes de las obras completas, las Gesammelte Werke, de Gadamer. Y todos, por supuesto, desde 1997, en la edici¨®n original de este 'libro de lectura'.
Para justificar la bondad de esta Antolog¨ªa me refer¨ªa al principio a la competencia de Grondin, su editor, que, como buen conocedor del pensamiento de Gadamer, es tambi¨¦n un personaje ideal para este trabajo, a agradecer junto con su buena presentaci¨®n en castellano. La introducci¨®n misma da muestras de esa pericia de Grondin en la obra de Gadamer. No justifica su selecci¨®n, ni hac¨ªa falta; muestra y convence de que era la mejor posible para los fines propuestos: presentar textos cortos (los 'escritos breves m¨¢s importantes de Gadamer', dice), que todos puedan leer y que fueran representativos del conjunto de la obra gadameriana. Yo creo tambi¨¦n que Grondin ha elegido muy bien en este sentido los art¨ªculos de esta antolog¨ªa, la mayor¨ªa de los cuales son textos de conferencias y llevan la impronta de la palabra viva de Gadamer.
Gadamer ha sido un brillant¨ªsimo comunicador, un gran profesor, conferenciante, entrevistado, conversador, polemista. Maneja el arte de la dicci¨®n del lenguaje como nadie. Y escribe como habla, aunque no tan bien como habla. Le agrada la cercan¨ªa humana que promueve la palabra hablada. Escribir, sin embargo, le ha costado siempre. No s¨®lo porque le pareciera en alg¨²n momento que 'Heidegger me miraba por encima del hombro' al hacerlo, sino, sobre todo, porque es l¨®gico que el mon¨®logo solitario del escribir no pueda gustar demasiado al maestro del di¨¢logo. Su obra principal, Verdad y m¨¦todo, la public¨® a sus 60 a?os y m¨¢s bien a instancias de sus disc¨ªpulos repartidos por todo el mundo que deseaban tener un corpus doctrinal del maestro. Los art¨ªculos que aparecen aqu¨ª son todos posteriores, y el m¨¢s reciente fue escrito con 92 a?os. (Todav¨ªa hoy, con sus 101 a?os largos de vida a la espalda, ayudado ya, baja a Heidelberg una vez a la semana a su despacho del Seminario de Filosof¨ªa en la Marsiliusplatz).
Esta Antolog¨ªa comienza con la autopresentaci¨®n de Gadamer de 1975 y acaba con el di¨¢logo suyo con Grondin, a que nos hemos referido. La primera es una especie de Bildungsroman en que relata el inicio y derrotero de sus intereses filos¨®ficos: los a?os decisivos de formaci¨®n de Marburgo, los precarios y oscuros de Leipzig de 'supervivencia' durante el Tercer Reich, los de madurez y esplendor de Heidelberg... Y defiende, sobre todo, su hermen¨¦utica de los ataques m¨¢s fuertes que ha recibido y sigue recibiendo, que la califican de negaci¨®n de la racionalidad metodol¨®gica, de metodolog¨ªa de encubrimiento ideol¨®gico o de ser una recuperaci¨®n del significado anticipador de la tradici¨®n, s¨ª, pero a la que le falta la reflexi¨®n cr¨ªtica y emancipadora que libere de ella.
El Di¨¢logo final que Gada
mer mantiene con Grondin, 21 a?os posterior a la Autopresentaci¨®n, pasa revista a su obra, a su recepci¨®n de la historia y a su propia recepci¨®n por ella. Revisado y completado varias veces por Gadamer, este di¨¢logo es representativo tambi¨¦n de su propio modo de colaborar a esta ¨²ltima: ¨¦l mismo ha sido su mejor editor; durante 10 a?os (1985-1995), p¨®stumo como si dij¨¦ramos a s¨ª mismo, eligi¨®, corrigi¨®, mejor¨®, reelabor¨® sus escritos para la publicaci¨®n de sus obras completas.
El corpus central de la antolog¨ªa recoge art¨ªculos en torno a tres temas clave y subsecuentes. A la hermen¨¦utica filos¨®fica y al contexto de la hermen¨¦utica en general en que se enclava. A la est¨¦tica y la po¨¦tica en cuanto primera inspiraci¨®n de la hermen¨¦utica de Gadamer; y no como aplicaci¨®n suya, seg¨²n se malentiende muchas veces a pesar de que Gadamer mismo haya dejado claro lo contrario otras tantas (no s¨®lo ya en la primera parte de Verdad y m¨¦todo). Y en torno a la filosof¨ªa y su historia, campo en el que aparece toda la maestr¨ªa del modo de proceder y dialogar de Gadamer (sobre todo con Plat¨®n, Hegel y Heidegger) y que puede considerarse, ¨¦ste s¨ª, como el de su 'hermen¨¦utica aplicada'.
Una antolog¨ªa ¨¦sta muy ¨²til para introducirse en la vida y el pensar del m¨¢s viejo y m¨¢s grande de los fil¨®sofos vivos. De un fil¨®sofo, en todo caso, a cuyo ¨²ltimo libro, que se acaba de publicar en alem¨¢n y que recoge otro largo di¨¢logo con ¨¦l, se ha podido dar un t¨ªtulo, ambiguo quiz¨¢ pero en cualquier sentido representativo: La lecci¨®n del siglo. (Libro, por cierto, que puede significar un magn¨ªfico complemento a ¨¦ste).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.