El alga t¨®xica coloniza amplias zonas de la costa catalana
Hasta que fue advertida en 1996, su presencia era desconocida en el Mediterr¨¢neo, pero desde que lleg¨® ha proliferado mucho y se ha extendido por amplias zonas. Se trata de una diminuta alga planct¨®nica, invisible a simple vista, llamada Alexandrium catenella, una especie t¨®xica y capaz de reproducirse en tales cantidades que puede alterar por s¨ª sola el color del mar y darle un tono amarronado rojizo, conocido como marea roja. Este color es disuasorio para el turismo, con lo que su presencia tiene efectos perniciosos sobre el sector. Seg¨²n los t¨¦cnicos, la construcci¨®n de puertos y escolleras artificiales favorece su expansi¨®n.
En el verano de 1998, las aguas del puerto de Barcelona se ti?eron de color marr¨®n chocolate debido a la enorme concentraci¨®n de catenellas, cuyas agrupaciones llegaron a alcanzar valores de 60 millones de c¨¦lulas por litro. Esta proliferaci¨®n afect¨® tambi¨¦n a las aguas exteriores de la costa barcelonesa y catalana, y algunos mejillones no comercializables que viv¨ªan en rocas situadas en varios puntos de la costa de Tarragona llegaron a niveles de toxicidad que hubieran sido peligrosos para la salud de un hipot¨¦tico consumidor de estos moluscos.
Aunque en los ¨²ltimos dos veranos no ha habido proliferaciones tan importantes de la citada alga, exceptuando las que se han producido en el puerto de Tarragona, lo cierto es que estos reci¨¦n llegados se han instalado en muchos puntos de la costa catalana, y es de prever que originen nuevos episodios de proliferaci¨®n en masa, un fen¨®meno estival conocido como marea roja.
Especies conflictivas
La r¨¢pida expansi¨®n de las Alexandrium catenella no constituye un fen¨®meno aislado, sino que otras especies de algas conflictivas tambi¨¦n est¨¢n prosperando aceleradamente en nuestras costas. Un caso notable es el del alga Alexandrium taylori, una especie muy parecida a la anterior, que ha llevado de cabeza a las administraciones desde que se detectaron unas extra?as manchas en el agua de la cala La Fosca, en Palam¨®s. Las manchas alejaron al turismo y ocasionaron una fuerte pol¨¦mica, pues el aspecto sucio del mar suger¨ªa la existencia de vertidos ilegales, hasta que en 1994 se comprob¨® que las manchas en el agua correspond¨ªan a enormes crecimientos de poblaci¨®n del alga Alexandrium taylori.
A partir de aquellas fechas, se empez¨® a estudiar sistem¨¢ticamente el fen¨®meno y se puso en evidencia su expansi¨®n, pues las algas han ido colonizando nuevos parajes y ahora se encuentran muy extendidas por el Mediterr¨¢neo oriental. El municipio de Calvi¨¤, en la isla de Mallorca, es uno de los m¨¢s afectados, y la playa de Pals (Baix Empord¨¤) sufri¨® grandes manchas el verano pasado. A diferencia de las catenella, el problema con las Alexandrium taylori no reside en potenciales problemas de salud, pues no son t¨®xicas, sino en su efecto nefasto para el turismo. El agua adquiere un aspecto tan sucio y desagradable que los ba?istas dejan de frecuentar las playas cercanas. Los efectos econ¨®micos en los municipios tur¨ªsticos pueden ser demoledores.
Averiguar por qu¨¦ est¨¢n en expansi¨®n estas especies de algas planct¨®nicas -a las que habr¨ªa que a?adir la especie Alexandrium minutum, tambi¨¦n t¨®xica- es uno de los asuntos que ocupan a Jordi Camp, Esther Garc¨¦s y Magda Vila, investigadores del Instituto de Ciencias del Mar, del Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC).
En la expansi¨®n de la alga Alexandrium catenella, causante de las mareas rojas, probablemente influyan diversos factores y, entre ellos, los puertos y las playas protegidas por espigones desempe?an un papel importante, ya que los expertos bi¨®logos marinos sostienen que las aguas cerradas y de renovaci¨®n lenta -cual es el caso de los puertos deportivos y las playas artificiales- son un ambiente muy favorable para la propagaci¨®n de estos organismos. En Catalu?a, en la actualidad, la distancia media entre puertos de mar es de unos 10 kil¨®metros, lo cual facilita, al menos sobre el papel, que un grupo de algas pueda saltar de un puerto a otro empujadas por corrientes favorables y se estanquen y proliferen en su nueva ubicaci¨®n.
Jordi Camp, responsable de la investigaci¨®n que lleva a cabo el Instituto de Ciencias del Mar (ICM), explica: 'La demanda de aguas tranquilas para el ba?o y para anclar los barcos hace que se construyan una serie de lugares protegidos donde el agua se renueva lentamente. Y es precisamente en estos lugares de baja turbulencia donde las Alexandrium pueden prosperar'.
Sociedad del ocio
En definitiva, las necesidades de la sociedad actual del ocio han favorecido la creaci¨®n de un tipo de costa id¨®neo para que este fitoplancton viva y se reproduzca en condiciones inmejorables. Todo hace pensar, agrega Jordi Camp, que 'el fen¨®meno se ir¨¢ incrementando en el futuro'. Este investigador marino tiene la teor¨ªa de que 'hay una serie de algas que est¨¢n explotando los nuevos nichos ecol¨®gicos que el hombre ha creado y que se comportan de manera muy parecida a la de las plagas agr¨ªcolas respecto a los nuevos cultivos'.
Los investigadores del ICM desarrollan un seguimiento regular y constante de la expansi¨®n del alga durante todo el a?o para detectar r¨¢pidamente cualquier brote de proliferaci¨®n de plancton t¨®xico o nocivo, en un programa que se desarrolla conjuntamente con la Agencia Catalana del Agua, la autoridad auton¨®mica encargada de la gesti¨®n de las aguas interiores. Por otra parte, el Instituto de Ciencias del Mar encabeza el proyecto europeo Strategy, que est¨¢ empezando ahora y que pretende aumentar el conocimiento sobre estos organismos planct¨®nicos.
En el proyecto europeo participan no solamente equipos de investigaci¨®n de Espa?a, sino tambi¨¦n de pa¨ªses ribere?os del Mediterr¨¢neo, como Francia, Italia y Grecia, as¨ª como las administraciones auton¨®micas o regionales de las costas afectadas por la creciente expansi¨®n del fen¨®meno originado por el alga Alexandrium catenella: Catalu?a, Baleares, Cerde?a, Sicilia, y los municipios de Calvi¨¤ (Mallorca), Sant Josep (Ibiza) y Palam¨®s.
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