Suena la voz inextinguible de Cernuda
Exposiciones, congresos y reediciones celebrar¨¢n el centenario del autor de 'La realidad y el deseo'
Hijo de padre militar, Luis Cernuda naci¨® el 21 de septiembre de 1902 y fue educado en una severa familia burguesa y provinciana. Estudi¨® en los Escolapios de Sevilla, y despu¨¦s se licenci¨® en Derecho en la misma ciudad. Para entonces ya despreciaba con firmeza transparente el catolicismo y la moral de sacrist¨ªa espa?ola, que para ¨¦l se ejemplificaba en Sevilla. Se fue a Madrid en 1928 y no volvi¨® m¨¢s. Se ha dicho que Cernuda intent¨® por todos los medios no ser sevillano (aunque andaluz era su palabra favorita).
'Creo en m¨ª porque alg¨²n d¨ªa ser¨¦ todas las cosas que amo', escribi¨® en Los placeres prohibidos (1931): 'El aire, el agua, las plantas, el adolescente'. Quiz¨¢ am¨® m¨¢s que nada la elegancia. En Madrid sal¨ªa con mon¨®culo y guantes amarillos. Jugando al dandismo, rebel¨¢ndose contra los toscos modales de su patria, fue el poeta m¨¢s subversivo de su tiempo, el ¨²nico capaz de hablar sin tapujos en su obra de su homosexualidad, lo cual ayud¨® a forjar una leyenda con la que carg¨® hasta el ¨²ltimo poema, A sus paisanos.
Fue un dandy y un revolucionario. Entre 1932 y 1935 recorri¨® Espa?a con las Misiones Pedag¨®gicas, el programa cultural de la Rep¨²blica, junto a Ram¨®n Gaya y otros intelectuales y artistas. Cuando estall¨® la guerra, fue voluntario en las milicias populares del Batall¨®n Alpino de Guadarrama.
A la vez lee y escribe poes¨ªa, da conferencias, redacta ensayos y art¨ªculos para revistas (Octubre, Hora de Espa?a...), act¨²a como Don Pedro en Mariana Pineda, empieza a traducir... ?luard, H?lderlin, Blake, Wordsworth y Shakespeare ser¨ªan sus favoritos.
'So?ador luminoso'
En 1946, su gran amigo Manuel Altolaguirre escribi¨®: 'Hoy quiero recordar a Luis Cernuda: Ante el cielo cuadrado, azul, de mi ventana, recuerdo el verso suyo: 'Los durmientes desfilan como nubes', y le veo como el so?ador m¨¢s luminoso, como el poeta mejor iluminado de toda la poes¨ªa espa?ola de hoy'.
Perfil del aire (luego llamado Primeros poemas, 1927); Un r¨ªo, un amor (1929); Donde habite el olvido (1933); Invocaciones (1935); Las nubes (1940); Como quien espera el alba (1944); Vivir sin estar viviendo (1949); Con las horas contadas (1956), Desolaci¨®n de la quimera (1962). Su poes¨ªa (m¨¢s dos libros de poes¨ªa en prosa, Ocnos -1942- y Variaciones sobre tema mexicano, 1952) fue encaden¨¢ndose en el tiempo para formar La realidad y el deseo, el t¨ªtulo-lema que resume su vida y engloba su obra po¨¦tica.
La public¨® (junto a las prosas) Carlos Barral en 1960, y fue reeditada, con 30 in¨¦ditos, por Siruela en 1993. Pese a ello, Cernuda es quiz¨¢ uno de los poetas de la Generaci¨®n del 27 menos conocidos, aunque sea tambi¨¦n uno de los que m¨¢s influencia ha tenido en generaciones posteriores (Gil de Biedma, Valente, Brines o Caballero Bonald, entre otros, no ser¨ªan lo mismo sin su influjo).
Seg¨²n escribi¨® Valente en 1993, por los 30 a?os de la muerte del poeta, la voz de Cernuda 'nos llama desde el centro mismo de la experiencia colectiva' (...) 'Esa voz habla contra la muerte y el olvido; inextinguible voz que no podr¨ªamos acallar. Poeta de la memoria y el olvido, Luis Cernuda'.
Valente recordaba 1936, quiz¨¢ uno de los m¨¢s grandes poemas cernudianos, aquel que empieza 'Recu¨¦rdalo t¨² y recu¨¦rdalo a los otros, / cuando asqueados de la bajeza humana...'. Y dec¨ªa: 'Sobre tanto falso o ef¨ªmero compromiso pol¨ªtico, se yergue hoy la palabra de Cernuda'.
'Pero quiz¨¢s esa voz terrible nunca se hizo o¨ªr con m¨¢s incisivo e irrecusable acento', a?ad¨ªa, 'que en el diagn¨®stico de la degradaci¨®n de la historia misma con que se cierra el poema dedicado a Lorca en uno de los textos terminales de la obra total: 'Ahora la estupidez sucede al crimen'. Tal vez por eso, Cernuda dese¨® para su obra 'la destrucci¨®n, el fuego'.
Fue en Limbo, poema dedicado al escritor Octavio Paz, donde profetiz¨® la posibilidad de que su obra acabara convertida en rito social: '...el poeta / vive para esto, para esto / Noches y d¨ªas amargos, sin ayuda / De nadie, en la contienda / Adonde, como el f¨¦nix, muere y nace, / Para que a?os despu¨¦s, siglos / Despu¨¦s, obtenga al fin el displicente / Favor de un grande en este mundo'.
Los casi mil vol¨²menes de su biblioteca personal, y cientos de fotos y recuerdos, forman parte de los fondos de la Residencia de Estudiantes, de Madrid, desde 1997. El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, firm¨® personalmente la compra del archivo.
Cernuda dej¨® Espa?a el 14 de febrero de 1938 y ya no regres¨®. Se fue a Londres, invitado por su amigo el poeta Stanley Richardson, para dar un ciclo de conferencias. Y se qued¨®. Fue ayudante de espa?ol en Surrey, y lector de espa?ol en Cambridge (entre 1943 y 1945). En 1947, se march¨® a Masachusetts (Estados Unidos), donde ejerci¨® como profesor de Literatura Espa?ola en el Mount Holyoke College hasta 1952.
En el 49 hab¨ªa hecho su primer viaje a M¨¦xico. All¨ª, en 1951, se enamor¨® de un culturista, Salvador: la ruptura inspir¨® la serie amorosa Poemas para un cuerpo.
A fines de 1952 se instal¨® en el D. F., casi siempre en casa de Altolaguirre y Concha M¨¦ndez. Dio clases sobre teatro espa?ol y franc¨¦s entre el 54 y el 60. Ese a?o y en 1961, redact¨® su ¨²ltimo, amargo libro, Desolaci¨®n de la quimera. Los ¨²ltimos versos dicen: '...Si quer¨¦is / que ame todav¨ªa, devolvedme / al tiempo del amor. ?Os es posible? / Imposible como aplacar ese fantasma que de m¨ª evocasteis'.
Muri¨®, s¨²bitamente, el 5 de noviembre de 1963, en casa de Concha M¨¦ndez, Tres Cruces 11, Coyoac¨¢n. Altivo y solitario.
Un homenaje sin folclore
'Vamos a tratar de hacer un centenario serio y sin concesiones al folklore, lo m¨¢s cernudiano posible', declara Jacobo Cortines, profesor de literatura de la Universidad de Sevilla, presidente ejecutivo de la comisi¨®n nacional que impulsar¨¢ el centenario. Cortines ya organiz¨® en Sevilla, en 1988, un congreso internacional sobre Cernuda. Diversos actos de homenaje van a tratar de acercar a la gente del siglo XXI la figura y la experiencia del poeta. El 21 de septiembre de 2001, el Consejo de Ministros constituy¨® la comisi¨®n nacional. Los presidentes de honor son los Reyes; la presidenta, la ministra de Cultura. Los diez expertos que act¨²an como vocales son Miguel Blesa, Francisco Brines, Pablo Garc¨ªa Baena, Luis Garc¨ªa Montero, Ram¨®n Gaya, Abelardo Linares, Tom¨¢s Segovia, James Valender, ?ngel Yanguas ?lvarez y ?ngel Yanguas Cernuda. Los actos comienzan a mediados de marzo conun ciclo de conferencias en Sevilla. La Residencia de Estudiantes organizar¨¢ en mayo una gran exposici¨®n documental, que est¨¢ previsto llevar a Sevilla el 21 de septiembre. El profesor del Colegio de M¨¦xico, James Valender, es el comisario, y prepara otra muestra de formato m¨¢s peque?o que viajar¨¢ por distintas ciudades espa?olas. La publicaci¨®n de los dos cat¨¢logos se sumar¨¢ a la de un Epistolario y una Bibliograf¨ªa, y la Residencia organiza ya un simposio internacional y un encuentro de poetas. Las ediciones ser¨¢n otro soporte b¨¢sico para el recuerdo. Siruela va a reeditar 'enseguida' el tomo de poes¨ªa de las Obras Completas (edici¨®n de Derek Harris y Luis Maristany), que est¨¢ agotado. La Diputaci¨®n de Sevilla sacar¨¢ una nueva edici¨®n de Ocnos y en edici¨®n facs¨ªmil la obra Perfil del aire. El pr¨®ximo n¨²mero de la revista Renacimiento incluir¨¢ en facs¨ªmil el n¨²mero de la revista C¨¢ntico dedicado a Cernuda en 1956, y la colecci¨®n de la revista valenciana La ca?a gris, que dirigi¨® Jacobo Mu?oz y que tambi¨¦n dedic¨® un monogr¨¢fico a Cernuda. Adem¨¢s, la editorial Alfar prepara dos obras sobre Cernuda y su po¨¦tica, a cargo de los profesores Emilio Bar¨®n y Manuel ?ngel V¨¢zquez. Mientras, el Departamento de Filolog¨ªa Hisp¨¢nica de la Universidad de Le¨®n convoca un congreso internacional para el 8, 9 y 10 de mayo de 2002, con diversas l¨ªneas de investigaci¨®n, y en Udine (Italia) tambi¨¦n se recordar¨¢n en un congreso (24 y 25 de mayo) los mundos de Cernuda.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.