Washington considera poco realista el plan econ¨®mico de Duhalde
Bush dialoga con los presidentes de M¨¦xico y Uruguay sobre la crisis argentina
Washington desconf¨ªa de los planes econ¨®micos del presidente argentino, Eduardo Duhalde. Tanto el Gobierno de George W. Bush como el Fondo Monetario Internacional (FMI), del que Estados Unidos es el mayor accionista, insistieron durante meses en la necesidad de acabar con la paridad entre el peso y el d¨®lar, para devaluar la divisa argentina. Ahora consideran muy poco realista la idea de mantener un doble cambio para el peso.
La Casa Blanca y el FMI opinan que los mecanismos de ese tipo siempre han favorecido la corrupci¨®n, ya que las empresas suelen estar dispuestas a hacer cualquier cosa para que la Administraci¨®n les permita acceder a la moneda relativamente fuerte usada en las transacciones exteriores.
Ambas instancias se han limitado, por ahora, a saludar con frialdad el acceso de Duhalde a la presidencia de Argentina. La falta de comentarios oficiales es coherente con la actitud mantenida durante los ¨²ltimos meses de mandato del presidente Fernando de la R¨²a y de su ministro de Econom¨ªa, Domingo Cavallo: la obsesi¨®n de ambos por mantener la dolarizaci¨®n y la evidencia, reflejada por todos los analistas privados, de que las finanzas p¨²blicas argentinas se encaminaban inexorablemente al colapso, llevaron al Fondo a bloquear en diciembre la l¨ªnea de cr¨¦dito concedida meses antes al Gobierno de Buenos Aires. Por una vez, la instituci¨®n multilateral y la Casa Blanca estaban plenamente de acuerdo en que cualquier esfuerzo era ya in¨²til. 'S¨®lo cerramos el grifo cuando nos convencimos de que el colapso iba a llegar, m¨¢s pronto o m¨¢s tarde, y no ten¨ªa sentido, por tanto, seguir gastando miles de millones con el ¨²nico objetivo de retrasar unas semanas lo que era inevitable', declar¨® a The New York Times un alto cargo del Departamento del Tesoro.
. Pese a ello, el recelo de Washington es perceptible. El diario The Washington Post inform¨® ayer, citando fuentes oficiales, de que la Casa Blanca no cre¨ªa en soluciones ajenas al libre mercado y que las devaluaciones 'controladas', como la que quer¨ªa intentar Duhalde, estaban condenadas al fracaso.
El FMI no se ha pronunciado, pero su subdirectora ejecutiva, Anne Krueger, siempre se ha opuesto a la manipulaci¨®n de los cambios y aconsej¨® varias veces al ex ministro Cavallo que dejara flotar el peso, lo que significaba dejarlo caer hasta que el mercado considerara que hab¨ªa alcanzado su valor real. Parece improbable que el FMI y su principal accionista accedan a conceder nuevos cr¨¦ditos (Buenos Aires podr¨ªa necesitar hasta 15.000 millones de d¨®lares adicionales para mantener su 'peso para la exportaci¨®n') para un plan en el que no creen.
En su campa?a electoral, Bush prometi¨® acabar con los 'planes de salvamento' lanzados repetidamente por su antecesor, Bill Clinton, quien organiz¨® rescates financieros para M¨¦xico, Tailandia, Indonesia, Corea del Sur y Rusia. Bush hizo una excepci¨®n con Turqu¨ªa la pasada primavera, con el argumento de que se trataba de un pa¨ªs aliado, miembro de la OTAN y fiel seguidor de las recomendaciones del FMI. Tras esa ayuda a Ankara, la Casa Blanca ha preferido mantenerse pasiva ante cualquier otra crisis financiera, especialmente la de Argentina. El secretario del Tesoro, Paul O'Neill, hizo unas declaraciones a la revista The Economist en las que afirmaba que Argentina hab¨ªa renunciado voluntariamente a exportar y que sus problemas ten¨ªan causas exclusivamente internas.
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