Una historia de ¨¦xitos decimon¨®nicos
Si se pregunta incluso a los ballet¨®manos m¨¢s confesos cu¨¢l es el ballet m¨¢s representado de la historia, enseguida responder¨¢n que El lago de los cisnes o el navide?o Cascanueces. Pues no. Estad¨ªsticamente, el ballet m¨¢s veces representado, visto y repuesto es Excelsior, que creara Luigi Manzotti en la Scala de Mil¨¢n en 1881, con dos papeles estelares femeninos: la Civilizaci¨®n y la Luz (el¨¦ctrica, claro), y un terrible malo mal¨ªsimo: el Oscurantismo, que resulta finalmente derrotado.
Una de las primeras plazas en el extranjero adonde viaj¨® el ballet Excelsior fue a Madrid, concretamente al teatro de la Zarzuela en 1883, exactamente dos temporadas despu¨¦s de su estreno en la Scala de Mil¨¢n y coincidiendo con su primera gran exportaci¨®n a Par¨ªs, Nueva York, Varsovia, Berl¨ªn y Buenos Aires en la versi¨®n de Carlo Coppi, muy similar a la primigenia de Manzotti, y que se hizo muy popular enseguida en todo el mundo occidental con sus cuadros de loa al tel¨¦fono, a Marconi, a la m¨¢quina de vapor y, en general, al progreso de la civilizaci¨®n.
Para hacerse una idea de la importancia, del boom de Excelsior, hay que se?alar que el teatro Eden de Par¨ªs se construy¨® especialmente a toda velocidad en ese a?o de 1883 para estrenar la obra (de la que se hicieron en una primera etapa 300 representaciones sin interrupci¨®n) y que entre ese a?o y el 1905 giraban por el mundo a la vez cinco compa?¨ªas completas (ninguna con menos de 150 artistas) con producciones id¨¦nticas de Excelsior. Era el canto al nuevo siglo y a la vida moderna, como no pod¨ªa ser menos. En 1888 la obra volvi¨® de gira a Espa?a, esta vez a Barcelona y Valencia, donde no hizo mucha gracia el que el personaje del Oscurantismo estuviera vestido como un inquisidor espa?ol.
En Excelsior ya hay una profunda conciencia europe¨ªsta y hasta paneuropea. Imaginemos que ahora se hace una gran obra musical y de ballet con cientos de figurantes para festejar los avances de los ordenadores, de Internet, el tel¨¦fono m¨®vil, la videoconferencia... y el euro. Pues eso es Excelsior, la visi¨®n ecl¨¦ctica, irreflexiva y festiva de la llegada de un nuevo siglo y de nuevos modos de vida coincidiendo con las grandes exposiciones universales, el apogeo industrial, la arquitectura de hierro y cristal y el impulso de los grandes descubrimientos cient¨ªficos.
Tal fue el ¨¦xito de Excelsior que en 1913 Luigi Comerio hizo un filme ¨ªntegro del ballet, con m¨¢s de 3.000 metros de pel¨ªcula editada, que se exhib¨ªa en teatros y salas con acompa?amiento de m¨²sica orquestal en vivo, usando la partitura original de Romualdo Marenco. Hoy quedan solamente 14 deliciosos minutos de aquel largometraje, comparable en su monumentalidad teatral a Intolerancia.
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