La pirater¨ªa, Internet y los gastos de gesti¨®n aceleran la reconversi¨®n de las discogr¨¢ficas
Los j¨®venes talentos podr¨ªan ser los primeros en sufrir los efectos de la crisis del sector
Lo que ya se conoce como el top-manta (venta callejera) podr¨ªa ser la puntilla para las discogr¨¢ficas que operan en Espa?a, donde siete compa?¨ªas copan m¨¢s del 70% del mercado. La venta de discos piratas -alrededor de un 20%-, el f¨¢cil acceso a trav¨¦s de Internet a la m¨²sica grabada -m¨¢s de dos millones de internautas descargan regularmente archivos de m¨²sica- y los excesivos gastos de marketing de las empresas configuran un panorama desalentador para la industria del disco. 'Hay que redefinir el modelo de negocio', dice Jos¨¦ Mar¨ªa C¨¢mara, presidente de BMG.
Muy pocos dudan de la existencia de una nueva forma de vender m¨²sica, motivada, en parte, por el cambio en los h¨¢bitos de consumo. Los primeros en sufrir los efectos de la crisis ser¨ªan los j¨®venes talentos. Seg¨²n los informes de que dispone Carlos Itui?o, presidente de Universal, de cada diez artistas nuevos s¨®lo dos producen beneficios. 'Apostar por nuevos talentos es cada vez m¨¢s caro', asegura este ejecutivo, que reconoce que las compa?¨ªas podr¨ªan restringir esos contratos si siguen sin dar dinero.
En la misma direcci¨®n se decanta Miguel ?ngel G¨®mez, presidente de EMI. Sus datos no son nada alentadores: 'El mercado ha ca¨ªdo un 10% con respecto al a?o anterior. Si no ganas dinero, o no inviertes o recortas las inversiones de riesgo', dice. 'La realidad del mercado espa?ol es que un 35% de la producci¨®n son artistas locales, y ellos podr¨ªan ser los m¨¢s perjudicados'.
Las compa?¨ªas saben qu¨¦ artistas dan beneficios seguros, pero a¨²n en esos casos la rentabilidad es escasa. 'Los gastos de gesti¨®n, m¨¢s la distribuci¨®n y los costosos contratos de algunos artistas, provocan situaciones, cuando menos, curiosas. Son los casos en que pese a vender m¨¢s de 100.000 copias no hay ganancias', a?ade Jos¨¦ Mar¨ªa C¨¢mara, presidente de BMG- Ariola. Este ejecutivo de 54 a?os, con m¨¢s de treinta de experiencia en la m¨²sica, cree que no peligra el empleo de los artistas en desarrollo. 'En mi empresa no pesa m¨¢s el marketing que la creaci¨®n'.
La pirater¨ªa, coinciden Itui?o, G¨®mez y C¨¢mara, es uno de los elementos que m¨¢s est¨¢ distorsionando la industria. Mientras Estopa presentaba Destrangis en Madrid, un pu?ado de vendedores ofrec¨ªa a gritos el disco 'a 500 pesetas' en la puerta donde actuaban los hermanos Mu?oz. La situaci¨®n no es nueva. El presidente de la compa?¨ªa de Estopa cree que se ha frivolizado mucho con el concepto de libertad. 'Estoy de acuerdo con los que dicen que la m¨²sica es de todos, pero entonces vamos a cuidarla. ?Esto no es jauja! La tecnolog¨ªa permite que la m¨²sica se difunda sin pagar, pero si no se protege la propiedad intelectual, vamos camino de ponernos a la altura del Tercer Mundo', dice C¨¢mara.
En el n¨²mero de la revista Delfos, dedicada a la informaci¨®n del mercado musical, se asegura que las diez discogr¨¢ficas m¨¢s importantes en Espa?a facturaron 65.412 millones de pesetas (393,13 millones de euros) en 1999. El valor de las unidades vendidas en el mercado pirata en 2000 fue de 16.600 millones de pesetas (99,77 millones de euros). Sin embargo, en opini¨®n de C¨¢mara, s¨®lo es la punta del iceberg. La SGAE considera que la pirater¨ªa supone ya un 15% del mercado legal. Pero, seg¨²n sus propias encuestas, realizadas en sesenta conciertos, el 40% de los encuestados hab¨ªa comprado en las tiendas el disco del grupo al que hab¨ªan ido a ver.
Adi¨®s al compacto
Los tres presidentes reconocen que la industria discogr¨¢fica tiene que reajustarse. Cuando Internet deje de ser gratuito y los usuarios se acostumbren a pagar por escuchar m¨²sica en la red, la pirater¨ªa comenzar¨¢ a reducirse. 'En dos a?os comenzaremos a ver resultados', apunta Itui?o, quien no descarta que en ese plazo se consoliden los portales para bajar m¨²sica de Internet. No duda tampoco de que llegar¨¢ el d¨ªa en que los autores colocar¨¢n directamente su m¨²sica en la Red y cobrar¨¢n por ello, pero eso no impedir¨¢, dice, que los artistas sigan necesitando un intermediario, ya sea una editorial o una discogr¨¢fica, para el marketing. 'Seguramente en ese futuro no tan lejano el compacto desaparecer¨¢. La gente querr¨¢ tener canciones y no obras de larga duraci¨®n, pero las compa?¨ªas seguir¨¢n buscando talentos'.
Para Eduardo Bautista, presidente del consejo de direcci¨®n de la SGAE, 'los m¨¦todos de las compa?¨ªas discogr¨¢ficas cada vez se parecen m¨¢s', dice. 'En este momento todos est¨¢n afianzando una imagen de marca, de hecho hay m¨¢s marca que m¨²sica, porque dentro de poco vender¨¢n sus productos en la Red'.
Bautista cree, como los presidentes de las discogr¨¢ficas, que lo que m¨¢s negativamente repercute en la industria es la pirater¨ªa y la venta de CD v¨ªrgenes. Sobre estos ¨²ltimos aporta datos significativos. En Espa?a se han vendido 60 millones de unidades en el ¨²ltimo a?o, 20 millones m¨¢s que el a?o anterior. Estos CD se venden a granel y muchos se fabrican en Hong Kong o Taiwan.
Como los directivos de las grandes compa?¨ªas, Bautista no quiere ni o¨ªr hablar de la bajada del precio de los discos. 'El precio lo marca el mercado', protesta. 'La industria nunca podr¨¢ competir con el top-manta porque su margen de beneficios es infinitamente superior'. El proceso de fabricaci¨®n y creaci¨®n de un disco que en las tiendas se vende a 15 euros es una secuencia en la que cada uno hace su trabajo y por la que el autor puede percibir un 10%. El CD pirata se vende a tres euros, de los que hay que deducir los 0,50 que cuesta un CD virgen, y los 0,60 o 1,20 euros que percibe el vendedor. Con los discos piratas, ni el autor ni el int¨¦rprete ganan nada.
Al presidente de la SGAE no le preocupan especialmente ni los fen¨®menos medi¨¢ticos ni las operaciones de marketing. Su idea es que 'todo lo que sea vender m¨²sica es bueno. La industria nunca ha estado preocupada por la calidad del producto', aclara esc¨¦ptico. En ese sentido, ve con buenos ojos que las varias colecciones de sencillos y el ?lbum completo del concurso Operaci¨®n triunfo, de TVE, se encontraran entre los m¨¢s vendidos de diciembre. 'Es m¨²sica'.
Fusi¨®n de estilos
Las secuelas de lo ocurrido el 11 de septiembre en Nueva York y Washinton han alcanzado tambi¨¦n al sector discogr¨¢fico. "?Qui¨¦n nos asegura que, debido a esos sucesos, no estamos a punto de experimentar un cambio de gustos y tendencias?", se pregunta Eduardo Bautista en la presentaci¨®n del n¨²mero 1 de Delfos. "Es factible que las baladas cobren ahora una importancia mayor. Tambi¨¦n es posible que el hip-hop o el hard-rock se vean afectados negativamente por el clima generado tras los atentados".
Sin embargo, que la m¨²sica va a experimentar grandes cambios ya se sab¨ªa antes del martes negro. De las respuestas facilitadas por 300 expertos de distintos ¨¢mbitos de la industria musical a la revista Delfos, entre noviembre del 2000 y junio del 2001, un 48% considera que la globalizaci¨®n provocar¨¢ la fusi¨®n de estilos manteniendo una gran fragmentaci¨®n de la oferta musical.
El factor que m¨¢s influir¨¢ en el desarrollo y la evoluci¨®n de estilos ser¨¢ la fusi¨®n de la m¨²sica electr¨®nica con casi todos los estilos (65%) y, en Espa?a especific¨¢mente, la fusi¨®n del flamenco con otras m¨²sicas (48%).
Los expertos consutados prev¨¦n tambi¨¦n un cambio en los canales de distribuci¨®n. Crecer¨¢ la venta por Internet, la descarga de archivos y la pirater¨ªa organizada, pero disminuir¨¢ el peso en el mercado de las tiendas independientes de discos.
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