C¨¢rcel para el prefecto pir¨®mano

Un tribunal de C¨®rcega conden¨® ayer a Bernard Bonnet, m¨¢xima autoridad de Francia en la isla durante 14 meses, por haber ordenado actos de guerra sucia cometidos en ese territorio. Los jueces le consideran el instigador del grupo de gendarmes encapuchados que incendiaron dos restaurantes de playa construidos ilegalmente, por lo que le condenan a tres a?os de c¨¢rcel, de los cuales ha de cumplir al menos uno. El episodio puso en aprietos al Gobierno de Lionel Jospin, que desde entonces ha intentado resolver por la v¨ªa negociadora la violencia que sigue azotando la isla.

Bonnet lleg¨® a la prefectura de C¨®rcega en medio del traumatismo producido por el asesinato de su predecesor, Claude Erignac, el 6 de febrero de 1998. Propuesto por el entonces ministro de Interior, Jean Pierre Ch¨¦v¨¦nement, como 'el hombre adecuado para el destino id¨®neo en el momento preciso', el nuevo prefecto no dud¨® en usar los m¨¦todos m¨¢s duros. Bajo su mando, el n¨²mero de atentados en la isla se redujo a 96 en 14 meses, frente a una media anterior de 400. Cre¨® una fuerza de ¨¦lite con gendarmes de su confianza, los Grupos de Pelotones de Seguridad (GPS), a los que encarg¨®, seg¨²n la sentencia, los atentados que redujeron a cenizas los dos restaurantes ilegales.

La sentencia afirma que Bonnet 'abus¨® de los poderes excepcionales de los que fue investido'

Cientos de sospechosos fueron detenidos en las redadas de Bonnet, sin que entre ellos se pudiera hallar a los asesinos del prefecto Claude Erignac, un misterio que todav¨ªa pesa sobre el Estado franc¨¦s y al que ayer acus¨® directamente el condenado: 'Este Gobierno, que deja en libertad al asesino de Erignac, ha presionado para que mi proceso se celebrara en Ajaccio porque los nacionalistas lo han exigido'.

Las quemas se produjeron en 1999 despu¨¦s de que la Asamblea de C¨®rcega consiguiera un aplazamiento del derribo de las edificaciones ilegales que festoneaban la costa. Pol¨ªticos corsos presionaron para que los restaurantes continuaran en pie hasta el 30 de octubre, para aprovechar la temporada tur¨ªstica. Era una bofetada a la campa?a de demoliciones que Bonnet hab¨ªa intentado. En la noche del 20 de abril, un grupo de gendarmes encapuchados roci¨® de gasolina el restaurante Chez Francis. El viento envolvi¨® en llamas al jefe de la patrulla, el capit¨¢n Ambrosse, y los pir¨®manos abandonaron sobre el terreno una capucha ensangrentada, un walkie-talkie, un pu?al reglamentario y tres bidones de gasolina a los que ni siquiera hab¨ªan retirado el c¨®digo de barras, lo que facilit¨® su r¨¢pida detenci¨®n.

Todos los detenidos acusaron a Bonnet durante el juicio celebrado en Ajaccio, la capital de C¨®rcega, a finales del a?o pasado. Los jueces condenan toda la l¨ªnea de actuaci¨®n seguida por el hombre del pu?o de hierro, quien 'abus¨® de los poderes excepcionales de los que fue investido' e impuls¨® a sus subordinados a 'cometer delitos del mismo tipo de los que ¨¦l denunciaba leg¨ªtimamente con fuerza y determinaci¨®n'.

La condena de la guerra sucia es terminante: 'Todos los implicados conoc¨ªan perfectamente el car¨¢cter ilegal de sus acciones'. Lo que tampoco se pone en duda es que las construcciones destruidas ilegalmente eran ilegales: la misma sentencia que condena a Bonnet declara que Chez Francis estaba construido sobre el dominio p¨²blico mar¨ªtimo. No obstante, indemniza a su propietario con 13.000 euros.

Bonnet, de 53 a?os, ha negado vehementemente haber dado las ¨®rdenes para quemar los restaurantes ilegales, antes, durante y despu¨¦s del juicio. El ex prefecto recurrir¨¢ esta sentencia al Tribunal de Apelaci¨®n y para ello ha contratado a un famoso abogado, Jacques Verges, el quinto que ha tenido desde que fue detenido. El nuevo letrado no ha perdido tiempo en acusar de un compl¨® a Matignon -la residencia del primer ministro- y a la Gendarmer¨ªa, al tiempo que se pregunta si el Ministerio del Interior, que ha pagado a los anteriores abogados de su cliente, continuar¨¢ haci¨¦ndolo ahora que ¨¦ste se encuentra condenado. El ex jefe de la Gendarmer¨ªa en la isla, el coronel Henri Maz¨¨res, y el antiguo jefe de gabinete del prefecto, han sido condenados a 30 meses de prisi¨®n, de los cuales habr¨¢n de cumplir seis.