Escocia en furgoneta

Usted es de los que cogen carretera y manta, ?verdad?

S¨ª, as¨ª lo hice el pasado verano. Sal¨ª de San Sebasti¨¢n con mi novia, en mi furgoneta, rumbo a Escocia. Para poder dormir sobre ruedas quitamos los sillones traseros y pusimos colchones en el suelo.

Intuyo un viaje de improvisaciones y sorpresas.

Pues s¨ª, porque no reservamos nada, fuimos a la aventura y nos sali¨® muy bien. Para empezar, y aunque nuestro destino era Escocia, decidimos dar un rodeo por Amsterdam... Luego cruzamos el estrecho hacia el Reino Unido. Primero visitamos a una amiga en Brighton, y luego atravesamos Londres, las tierras bajas, Glasgow, Edimburgo... y hacia el Norte.

La furgoneta echar¨ªa humo.

No mucho. Y eso que fuimos por un lado y volvimos por otro. Un recorrido maravilloso. Y luego est¨¢ ese romanticismo de los lagos, castillos, bosques... un ambiente de lugar antiguo y m¨¢gico.

?La magia no termina cuando se duerme sobre el suelo de una furgoneta?

Qu¨¦ va. Yo llegaba a un ¨¢rea de servicio, paraba la furgoneta y dorm¨ªamos ah¨ª mismo. Y era maravilloso. Y a lo mejor al d¨ªa siguiente dorm¨ªamos en un hotel de superlujo en Edimburgo.

Lo suyo son los contrastes.

Me gusta poder alternar. Visitar una galer¨ªa de arte y un museo en Glasgow, y luego, un castillo derruido, o estar un d¨ªa sin hacer absolutamente nada, salvo pasear por el monte. Y dedicar un d¨ªa a comer bien, y al d¨ªa siguiente, entrar en un McDonald's. La variedad en un viaje largo es fundamental.