La Universidad como f¨¢brica de recursos humanos
La prestigiosa doctora Nancy Olivieri de la Universidad de Toronto, investigadora experta sobre una extra?a enfermedad de la sangre denominada talasemia, se hab¨ªa enfrentado contra el gigante farmac¨¦utico Apotex al haber divulgado que un f¨¢rmaco de la compa?¨ªa pod¨ªa provocar efectos secundarios letales en los enfermos de talasemia. La empresa, que la hab¨ªa contratado, antes de preocuparse por la salud p¨²blica, calcul¨® las p¨¦rdidas econ¨®micas y la acos¨® con una descomunal campa?a de desprestigio. Su universidad, lejos de apoyarla, la destituy¨® de su alto cargo en el hospital infantil universitario, aunque posteriormente tuvo que restituirla en su puesto debido a la presi¨®n popular.
Esto es un ejemplo ilustrativo de lo que sucede cuando la Universidad no antepone el bienestar p¨²blico y social com¨²n al inter¨¦s econ¨®mico particular. La relaci¨®n universidad y empresa, materializada en fundaciones, es uno de los puentes m¨¢s importantes por el que los estudiantes se integran en el mundo laboral. Por otra parte, la participaci¨®n empresarial en el ¨¢mbito universitario no se limita en t¨¦rminos econ¨®micos, sino tambi¨¦n a nivel org¨¢nico. Con la derogada LRU, los empresarios ya eran considerados como unos de los agentes sociales del Consejo Social desde donde se deciden los presupuestos anuales y aspectos sobre planes de estudio, entre otras competencias.
Sin embargo, con la reforma de la Ley de Universidades impuesta por el Gobierno se crea un problem¨¢tico desequilibrio en la balanza entre el esp¨ªritu universitario y la mentalidad empresarial. Se empez¨® favoreciendo la escuela privada frente a la p¨²blica en la educaci¨®n del Bachillerato, y ahora se est¨¢ atacando ferozmente a la Universidad como servicio p¨²blico. Esta reforma aumenta considerablemente la participaci¨®n de la patronal en las decisiones internas, en detrimento de la representaci¨®n estudiantil que se reduce a m¨ªnimos vergonzosos. No hemos recibido ni la m¨¢s m¨ªnima consideraci¨®n, ni por parte del ministerio por la LOU ni de los rectores por su Informe Bricall.
Y para nuestra desesperaci¨®n, el Gobierno alardea las supuestas bendiciones de su reforma, y la oposici¨®n se anda de rositas replicando que es una importaci¨®n del tosco modelo educativo de Eduardo Zaplana, presidente de la Generalitat Valenciana. La personalidad pol¨ªtica del Gobierno es tan nula en asuntos que atraviesan fronteras, que han importado un modelo procedente de mucho m¨¢s all¨¢ de las c¨¢lidas costas valencianas. Viene de Qatar, donde tuvo lugar la ¨²ltima reuni¨®n de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC), con su idea de incluir el servicio de ense?anza como comerciable dentro del Acuerdo General de Comercio de los Servicios, AGCS (GATS en ingl¨¦s), que tantos rechazos ha suscitado por parte de estudiantes alemanes, coreanos o argentinos, adem¨¢s de nuestras propias protestas, consideradas como vanguardistas por los estudiantes europeos.
Resumidamente, este acuerdo prev¨¦ que la Universidad p¨²blica se convierta en simple f¨¢brica de recursos humanos, personalizados seg¨²n la demanda empresarial, sin tener en cuenta el potencial humano que cada estudiante pueda desarrollar en beneficio com¨²n, no s¨®lo de la empresa. En el caso de Espa?a, esto se llevar¨ªa a cabo difuminando la l¨ªnea que separa lo p¨²blico de lo privado, y as¨ª las empresas podr¨ªan proveerse de estos recursos de una manera m¨¢s barata porque, gracias a la LOU, podr¨ªan imponer sus criterios particulares en los ¨®rganos de decisi¨®n de unas universidades p¨²blicas sedientas por falta de presupuesto p¨²blico y, en consecuencia, utilizar su patrimonio en vez de construir costosos centros privados propios, que aqu¨ª escasean.
El camino hacia la privatizaci¨®n que se est¨¢ allanando ha empezado con la implantaci¨®n de la rev¨¢lida en el Bachillerato, que resultar¨¢ ser una horrorosa multiselectividad. Por si las moscas, la liberalizaci¨®n incontrolada en temas educativos, propuesta por la OMC ya deja claro que los gobiernos no podr¨¢n favorecer un tipo de educaci¨®n frente a otro, como la p¨²blica frente a la privada, porque 'esto favorecer¨ªa a un sector del mercado'. Asimismo, los programas de formaci¨®n o reciclaje que lleven a cabo los servicios p¨²blicos de empleo podr¨ªan ser denunciados por 'competencia desleal'. Adem¨¢s, como existe una clientela potencial de mil millones de estudiantes en el mundo, quieren empujarnos a un consumo desenfrenado en unas universidades convertidas como centros comerciales. De hecho, en Nueva Zelanda, las empresas se publicitan en las hojas de los ex¨¢menes.
A pesar del despotismo ilustrado con el que empezar¨¢ a ser aplicada la LOU en los campus universitarios, el poder econ¨®mico debe tener claro que en ning¨²n momento permitiremos que se cercene la libre expresi¨®n en las aulas, mediante abusivas cl¨¢usulas en los contratos con nuestras universidades con conceptos como 'da?os de imagen'. As¨ª lo han intentado grandes empresas globalmente conocidas en los campus de EEUU, como una marca de refrescos por su complicidad con la dictadura de Nigeria o como una marca deportiva implicada en la explotaci¨®n infantil en pa¨ªses del sureste asi¨¢tico.
Consideramos que existen aspectos sociales que no pueden estar subyugados a criterios econ¨®micos de reducci¨®n de costes. Y si no existen, los estudiantes seguiremos reivindicando que existan, porque otro mundo es posible.
Montxo Vicente i Sempere es estudiante y miembro de la Junta de Gobierno de la Universidad de Alicante.
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