El juez que investig¨® a Chirac abandona su carrera y denuncia sabotajes en el proceso
'Nixon dimiti¨® por mil veces menos', asegura el magistrado Eric Halphen
Las dos principales asociaciones de jueces de Francia se mostraron ayer de acuerdo con uno de sus colegas, Eric Halphen, quien ha decidido abandonar la carrera judicial porque 'gentes que desv¨ªan sumas considerables escapan a todo juicio o reciben penas insignificantes, mientras que el ladr¨®n de un bolso va seis meses a la c¨¢rcel'.
En septiembre pasado, este juez se vio privado de un sumario por corrupci¨®n en la Oficina de Viviendas P¨²blicas (HLM) de Par¨ªs, abierto desde 1994, tras haber convocado como testigo al presidente de la Rep¨²blica, Jacques Chirac, en su calidad de antiguo alcalde de la capital.
El juez Halphen tira la toalla a los 42 a?os. A trav¨¦s del peri¨®dico Le Parisien, al que ha reservado la primicia, denuncia que su investigaci¨®n fue 'saboteada' y que los Servicios de Informaciones Generales (RG, siglas en franc¨¦s), que forman parte de la polic¨ªa, practicaron 'investigaciones paralelas dignas de una polic¨ªa pol¨ªtica'.
El juez dimisionario se declara dispuesto a escribir un revelador libro de memorias
El juez fue seguido y fotografiado en compa?¨ªa de una joven, lo cual provoc¨® la ruptura de su pareja; y en 1996 la polic¨ªa, todav¨ªa bajo el mando del ¨²ltimo Gobierno conservador, recibi¨® instrucciones de no cumplir la orden de registro del domicilio del alcalde de la capital, en ese momento Jean Tiberi.
El sumario durmi¨® el sue?o de los justos hasta que, en septiembre del a?o 2000, el diario Le Monde difundi¨® el testimonio p¨®stumo de Jean-Claude M¨¦ry, un hombre que se denunciaba a s¨ª mismo como organizador de un sistema institucionalizado de corrupci¨®n 'al servicio de Jacques Chirac', y que hab¨ªa sido uno de los primeros interrogados por el juez Halphen en los momentos iniciales de la investigaci¨®n, sin que en vida dijera una sola palabra.
A la vista de ese testimonio p¨®stumo, el juez reabri¨® las diligencias y esto le llev¨® a la perdici¨®n. Un tribunal superior le desposey¨® del sumario, alegando que hab¨ªan existido vicios de procedimiento y que el presidente Jacques Chirac no deb¨ªa haber sido convocado como testigo.
Desde su puesto de juez de instrucci¨®n de un asunto pol¨ªticamente caliente, Halphen fue desviado hacia otro tribunal, donde se ocupa de juicios r¨¢pidos a peque?os delincuentes. Y este brutal cambio de escenario le ha llevado a plantear la renuncia, en forma de excedencia en la carrera judicial.
El juez dimisionario se declara dispuesto a escribir un libro de memorias y da a entender que sus revelaciones tendr¨¢n inter¨¦s: anticipa que 'en Estados Unidos, el presidente Nixon dimiti¨® por mil veces menos' de lo que se ha descubierto sobre el presidente Chirac, mientras que en Francia 'hay un presidente sospechoso de haber beneficiado a su partido (el RPR) con dinero p¨²blico durante a?os y resulta que no se le puede investigar'.
Halphen no es el primer juez de 'asuntos sensibles' que abandona su profesi¨®n. En 1993, Thierry Jean-Pierre, encargado del asunto Urba -relacionado con la corrupci¨®n del Partido Socialista- dej¨® la toga y entr¨® en pol¨ªtica; hoy es el jefe de campa?a de Democracia Liberal, uno de los partidos de la actual oposici¨®n.
El primer secretario del Partido Socialista, Fran?ois Hollande, descarta que el juez Halphen est¨¦ dispuesto a hacer el camino pol¨ªtico contrario, entrando en pol¨ªtica contra Jacques Chirac.
Su grito de renuncia agudiza, por otra parte, el malestar que vive la justicia francesa en estos momentos, se?alada por los sindicatos policiales como culpable de poner en libertad a los delincuentes que la polic¨ªa detiene.
La Uni¨®n Sindical de la Magistratura, asociaci¨®n mayoritaria, estima que 'algunos desean la desaparici¨®n de los jueces de instrucci¨®n' y que hacen 'todo cuanto pueden por desestabilizarles'.
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