La mayor quiebra de la historia
La suspensi¨®n de pagos de Enron, la mayor de Estados Unidos, desvela una red de tr¨¢fico de influencias en la Casa Blanca
Ocupar el s¨¦ptimo puesto el a?o pasado en la lista de Fortune 500 era s¨®lo un paso intermedio entre la fusi¨®n de dos peque?as compa?¨ªas de gasoductos en 1985 y convertirse en la mayor sociedad del mundo. Para Kenneth Lay, presidente y fundador de Enron, y sus m¨¢s estrechos colaboradores no hab¨ªa l¨ªmite. Enron iba disparada hacia la historia. Acert¨® de lleno, pero por razones indeseables.
Enron present¨® el pasado mes de diciembre la mayor suspensi¨®n de pagos de la historia, un modo de enmascarar una quiebra que los expertos consideran inevitable, y ha puesto contra la cuerdas al presidente de Estados Unidos, George W. Bush. No tanto por actuaciones dolosas como porque la investigaci¨®n sobre el caso revele tr¨¢fico de influencias y c¨®mo se toman decisiones de gran calado en la Casa Blanca.
Kenneth Lay, fundador de Enron, era amigo de Bush y financiador de sus campa?as
Lay fusion¨® dos oscuras entidades del sector de la energ¨ªa de Tejas -el Estado del que Bush fue gobernador-, cuyos principales activos eran unos cl¨¢sicos gasoductos, en un momento en que el sector estaba sometido a estricta regulaci¨®n.
El presidente de Enron cre¨ªa fervientemente en la liberalizaci¨®n de ese mercado y fue uno de sus m¨¢s activos promotores de la idea, que acab¨® por imponerse. A la volatilidad creada por la desaparici¨®n de un r¨¦gimen estable de precios en los a?os noventa, respondi¨® Lay con el plan de crear una bolsa de energ¨ªa en la que productores, distribuidores y clientes pactar¨ªan precios del aprovisionamiento.
El ¨¦xito fue espectacular e inmediato. La bolsa energ¨¦tica de Enron en Houston (Tejas) lleg¨® a comercializar un promedio de entre el 15% y el 20% del gas y la electricidad de Estados Unidos, con picos en los que casi la mitad de la energ¨ªa del pa¨ªs pasaba por su parqu¨¦ electr¨®nico. La revista Fortune consider¨® a Enron como la compa?¨ªa m¨¢s innovadora del pa¨ªs, tras aplicar el mismo r¨¦gimen de negociaci¨®n a todo tipo de bienes: agua, pl¨¢sticos, metales, banda ancha para Internet, papel, seguros...
Todo era negociable y Enron iba a ser el principal canal de la negociaci¨®n. 'Existe una muy alta probabilidad de que nos convirtamos en la mayor compa?¨ªa del mundo', declar¨® Jeffrey Skilling, mano derecha de Lay. El brillo de Enron deslumbr¨® en los ambientes de Wall Street que lleg¨® a colocar a Enron por encima de los 90 d¨®lares (100 euros), con una capitalizaci¨®n burs¨¢til en torno a los 77.000 millones de d¨®lares.
Una empresa de tama?o ¨¦xito no pod¨ªa ser ignorada en la elaboraci¨®n de la nueva pol¨ªtica energ¨¦tica de la Casa Blanca. Adem¨¢s, Lay dispon¨ªa de inmejorables contactos pol¨ªticos, era amigo personal de George W. Bush, primer financiador privado de sus campa?as pol¨ªticas y gran contribuyente a las arcas republicanas, con algunos toques estrat¨¦gicos en las filas dem¨®cratas. As¨ª pues, ejecutivos de Enron fueron consultados por los consejeros del vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, el dise?ador de la nueva estrategia energ¨¦tica, que recibi¨® personalmente a Lay el pasado mes de abril, poco antes de que se anunciara la nueva pol¨ªtica, en l¨ªnea con los designios de la propia Enron.
Lo que no trascendi¨® hasta el pasado mes de octubre es que la misma fantas¨ªa dedicada a crear cientos de l¨ªneas de negocio se emple¨® tambi¨¦n en la contabilidad. Enron cre¨® m¨²ltiples veh¨ªculos financieros -cuasi independientes de la compa?¨ªa y fuera de sus balances, pero controlados desde dentro- en los que ocultaba malas operaciones y deudas multimillonarias. Ese artificio permit¨ªa presentar en los libros oficiales unas magn¨ªficas cuentas de resultados.
La ingenier¨ªa financiera qued¨® en evidencia en octubre, cuando Lay revel¨® operaciones con p¨¦rdidas de mil millones de d¨®lares, otros 1.200 en p¨¦rdida de capitalizaci¨®n y la revisi¨®n de cuentas desde 1997, con recortes en beneficios en torno a los 600 millones.
El emperador estaba desnudo. La cotizaci¨®n de Enron, ya afectada por la recesi¨®n econ¨®mica, cay¨® en picado y los clientes desertaron de un negocio que estaba basado en la confianza. La Comisi¨®n del Mercado de Valores abri¨® una primera investigaci¨®n. La quiebra era inevitable.
Dynegy, otra compa?¨ªa de la competencia, acudi¨® interesadamente al rescate con 9.000 millones de d¨®lares en un intercambio accionarial y la asunci¨®n de 13.000 en deudas. Pero quer¨ªa ver los misteriosos libros de Enron. Ante lo imposible de la misi¨®n y la imparable ca¨ªda de la cotizaci¨®n se retir¨® de la operaci¨®n, convencida de que los 22.000 millones eran a cambio de nada.
Enron present¨® suspensi¨®n de pagos a primeros de diciembre, la mayor de la historia, con activos por valor de 49.800 millones y un pasivo de 31.200. La investigaci¨®n del caso ha movilizado recursos en consonancia.
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