La fiscal ve "inhumano" que tres vigilantes del metro abandonasen a un moribundo
Comienza el juicio contra los acusados de desatender a un hijo de la eurodiputada Sauquillo
La fiscal Patricia Fern¨¢ndez defini¨® ayer como 'inhumano y desolador' el hecho de que dos vigilantes del metro, siguiendo ¨®rdenes de su jefe de seguridad, abandonasen en 1998, junto a la boca de acceso a la estaci¨®n de Lista, al joven Javier Echeverr¨ªa, de 19 a?os, al que momentos antes hallaron 'semiinconsciente' dentro de las instalaciones del suburbano. Los vigilantes (Jos¨¦ M. N. y Juan Carlos G. O.) y el jefe de seguridad (Luis H. C.) est¨¢n siendo juzgados desde ayer en la Audiencia madrile?a por haber sacado de la estaci¨®n a Echeverr¨ªa, dej¨¢ndolo tirado en el suelo y sin auxiliarle, la noche del 7 de abril de 1998. Javier, hijo de la eurodiputada socialista Francisca Sauquillo, muri¨® esa misma noche. Los tres est¨¢n acusados de un delito de omisi¨®n del deber de socorro. El juicio, que hoy proseguir¨¢ con el testimonio de los acusados, se celebra en la Secci¨®n Quinta de la Audiencia de Madrid mediante el procedimiento del jurado popular.
El fiscal pide una multa de 3.606 euros (600.000 pesetas) para el principal acusado, el citado jefe de seguridad, y de 2.163 euros (360.000 pesetas) para cada uno de los dos vigilantes. Adem¨¢s, solicita que los tres indemnicen con 36.060 euros (seis millones de pesetas) a la familia de la v¨ªctima.
Los padres del fallecido sostienen que la responsabilidad ¨²ltima de lo sucedido es de Metro, ya que entienden que se trata de una compa?¨ªa p¨²blica que debe proteger y ayudar a las personas desvalidas que utilizan sus instalaciones.
En su informe preliminar, la fiscal destac¨® 'la falta de humanidad' que rodea este caso. A Echeverr¨ªa, dijo, lo 'dejaron tirado en la calle, solo y desamparado' durante tres horas. El joven se baj¨® en la estaci¨®n de Lista (cerca de la calle del Conde de Pe?alver) sobre las once y media de la noche y se sinti¨® mal. Los dos vigilantes acusados vieron al chico semiinconsciente sobre una escalera y alertaron al entonces jefe de seguridad, destinado en la sala de control 3 del metro. 'El jefe de seguridad', seg¨²n la fiscal, 'no tuvo a bien llamar al Samur, pues pens¨® que [Echeverr¨ªa] era un drogadicto, y orden¨® a los vigilantes que lo desalojasen'.
Los vigilantes acataron la orden dada por su superior y, casi en volandas, sacaron a Echeverr¨ªa a la boca de metro, donde 'le dejaron tirado en el suelo y semiinconsciente', seg¨²n la acusadora p¨²blica. Unas tres horas despu¨¦s, otros vigilantes vieron al chico en la calle, cerca de las dos de la madrugada, y volvieron a alertar al jefe de seguridad. Finalmente, ¨¦ste avis¨® al Samur, que lo traslad¨® al hospital de la Princesa. Falleci¨® sobre las seis de la madrugada.
'Todo se hizo tarde, mal y nunca', afirm¨® la fiscal. La v¨ªctima comenz¨® a sentirse mal en la estaci¨®n de Lista sobre las 22.40 del 6 de abril de 1998. Y fue trasladada finalmente por el Samur al hospital de la Princesa a la 1.50 del 7 de abril. 'Desde que se sinti¨® mal hasta que le llevaron al hospital pasaron tres horas', destacaron ayer fuentes de la acusaci¨®n.
Durante el juicio que desde ayer se desarrolla en la Audiencia, podr¨¢ escucharse una grabaci¨®n con la conversaci¨®n que mantuvieron los dos vigilantes con su jefe antes de que aqu¨¦llos sacaran a Echeverr¨ªa a la calle. Seg¨²n la fiscal, la grabaci¨®n, en la que el acusado Luis H. C. emplea un lenguaje 'vejatorio y humillante' hacia la v¨ªctima, revela con nitidez que aqu¨¦l cometi¨® un delito de omisi¨®n del deber de socorro. Esta cinta, junto con el testimonio de uno los vigilantes, ha sido crucial para sentar en el banquillo a los tres acusados. Todas las conversaciones que se mantienen en la sala 3 del metro, desde la que se controla la seguridad de toda la red, quedan grabadas en cinta magnetof¨®nica.
En la grabaci¨®n se oye al jefe de seguridad, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas, decir lo siguiente: 'No somos hermanitas de la caridad, desalojadlo; y, si es drogadicto, que...'. 'Ni era drogadicto, ni ten¨ªa el sida ni era un borracho', espet¨® ayer la fiscal. 'Y si lo hubiese sido, ?qu¨¦...?', agreg¨® ante el jurado. 'Nada puede ser motivo para dejar tirada en la calle a una persona'.
La fiscal argument¨® que el fallecido 'no era ni drogadicto, ni borracho ni enfermo de sida, sino un enfermo de anorexia que sufri¨® un shock' al bajarse del vag¨®n. 'Con un poco m¨¢s de humanidad y conciencia esto no hubiera ocurrido jam¨¢s', sentenci¨® la acusadora p¨²blica, en alusi¨®n al posterior fallecimiento del joven.
'Pleno conocimiento'
Ana Ruiz Tagle, abogada de la familia de la v¨ªctima, destac¨® que, tras hablar los vigilantes con la sala 3, el acusado Luis H. C. 'tuvo pleno conocimiento del grave estado de salud y de la situaci¨®n de peligro en la que se encontraba el joven', y que, pese a tratarse de una noche fr¨ªa y lluviosa, dio instrucciones a los vigilantes para que le desalojasen y continuasen su ruta. M¨¢s tarde, seg¨²n esta letrada, llegaron otros dos vigilantes, quienes, al ver a Echeverr¨ªa tirado en la calle, volvieron a alertar al acusado Luis H. C. Fue entonces cuando ¨¦ste, que recibi¨® esa noche un total de siete llamadas de personas preocupadas por el estado del joven, avis¨® finalmente al Samur.
Luis Rodr¨ªguez Ramos, abogado del jefe de seguridad, advirti¨® al tribunal de que el delito que se imputa a su cliente no se comete por imprudencia. 'Tiene que haber dolo, intencionalidad. Si no existe ese dolo, no se comete este delito', subray¨®. El letrado admiti¨® que pudo producirse un error, aunque de ser as¨ª, dijo, tambi¨¦n 'lo habr¨ªan cometido los m¨¦dicos que dieron el alta a Javier pese a su estado, los del Samur que enviaron una ambulancia normal y no una UVI m¨®vil y los m¨¦dicos de la Princesa que le atendieron. Al llegar a urgencias se limitaron a hacerle an¨¢lisis', coment¨® Rodr¨ªguez.
La defensa de Luis H. C. aleg¨® que en 1998 fueron desalojadas de las instalaciones del metro 54.785 personas por intoxicaci¨®n et¨ªlica o de otro tipo, y que en 2.698 de esos casos fue avisado el Samur-Protecci¨®n Civil para que los atendiese. 'No todo desalojo de una persona lleva aparejado el deber de llamar al Samur', abund¨®. Rodr¨ªguez Ramos precis¨® que su cliente, que en ese momento trabajaba en un lugar distinto de donde estaba Echeverr¨ªa, 'nunca tuvo la m¨¢s remota noci¨®n de que la salud del joven precisara auxilio. Lo supo sobre la 1.10, cuando le avisaron de que segu¨ªa en el mismo lugar', asegur¨®.
La abogada del vigilante Jos¨¦ M. N. aleg¨®, por su parte, que los vigilantes 'hicieron lo que humanamente estaba en sus manos'. La letrada del otro acusado, Juan Carlos G. O., refiri¨® que ambos vigilantes, que entonces prestaban servicio en Metro aunque pertenec¨ªan a otra empresa, desalojaron al chico creyendo que finalmente ser¨ªa atendido.
![Uno de los vigilantes acusados (de pie, a la derecha), durante un receso del juicio que se inici¨® ayer en la Audiencia.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/75W37OQME6BWZITEMLPNYJTLGM.jpg?auth=f81b37f0c9a87847ed9ef54476f72f67721d9508563379be9591daba7b0e6894&width=414)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.