Cine y esc¨¢ndalo
El Instituto Franc¨¦s de Barcelona se ha sacado de la manga un ciclo de 11 pel¨ªculas y lo ha bautizado con el t¨ªtulo de Cine y esc¨¢ndalo. 'Este ciclo', leo en el programa, 'que pretende responder a la pregunta '?cu¨¢ndo el cine se puede convertir en esc¨¢ndalo?', tiene su origen en un acontecimiento reciente, la muerte de Roger Vadim; un cineasta actualmente catalogado de secundario, pero que anta?o fue noticia al menos por dos de sus pel¨ªculas: la siempre agradable Et Dieu cr¨¦a la femme (1956), que lanz¨® a la fama a su esposa, Brigitte Bardot, considerada entonces (tanto ella como la pel¨ªcula) como una especie de diablesa y, sin lugar a dudas, demasiado seductora'. 'M¨¢s tarde', sigo leyendo, 'por la m¨¢s mediocre Liaisons dangereuses, que ofendi¨® tanto a la gente de letras que Vadim se vio obligado a rebautizarla con el t¨ªtulo Liaisons dangereuses 1960 (para atenuar el riesgo de atentar contra un monumento literario, y adem¨¢s franc¨¦s)'.
'La religieuse' desetaca en el ciclo de 11 pel¨ªculas 'escandalosas' organizado por el Instituto Franc¨¦s
El ciclo se abri¨® el pasado lunes con Le Dernier tango ¨¤ Paris (que no fui a ver a Perpi?¨¢n en su momento, como era la moda, sin duda influenciado por los p¨¦simos chistes que hac¨ªa mi director, Ib¨¢?ez Escofet, sobre la famosa 'mantequilla'), y seguir¨¢, hasta mediados de marzo, con filmes de Vadim, Godard, Malle, Rivette, Catherine Breillat, Virginie Despentes y Coralie Trinh Thi. La mayor¨ªa de ellos pertenece a la categor¨ªa de pel¨ªculas que los franceses denominan 'films d'auteur' (las dos categor¨ªas restantes son los filmes fran?ais y los ¨¦trangers). Curiosa denominaci¨®n ¨¦sta de filmes 'de autor', la cual le lleva a pensar a mi querido y admirado Julian Gracq lo divertido que ser¨ªa que semejante denominaci¨®n se hiciese extensiva a la producci¨®n bibliogr¨¢fica.
De las 11 pel¨ªculas pienso ir a ver tres: Le petit soldat (1960), de Godard; Suzanne Simonin, la Religieuse de Diderot (1966), de Rivette; y Le vent des Aur¨¨s (1966), de Mohamed Lakdar Hamina. La de Godard porque no he vuelto a verla desde el d¨ªa de su preestreno, en enero de 1963, en la Cinemateca de la Rue d'Ulm, en Par¨ªs. La pel¨ªcula, la tercera de Godard, se hab¨ªa terminado dos a?os antes, pero no pudo estrenarse hasta 1963, concluida la paz en Argelia. En ella se narra la historia de un fot¨®grafo de prensa que deserta del ej¨¦rcito franc¨¦s para hacerse asesino a sueldo de un grupo de la OAS, un periodista-fot¨®grafo que est¨¢ liado con una chica (preciosa Anna Karina) militante del FLN. Guardo un buen recuerdo de esa pel¨ªcula (y m¨¢s de la gentileza de Godard, que me invit¨® personalmente, a m¨ª, un pobre estudiante de la Sorbona con el que hab¨ªa coincidido en dos o tres ocasiones en la Cinemateca, al preestreno de su pel¨ªcula.
En cuanto a Le vent des Aur¨¨s, se sit¨²a en los inicios de la guerra de Argelia, que, por entonces, no era tal guerra, es decir, que no se la pod¨ªa llamar as¨ª. Se dec¨ªa: 'les ¨¦v¨¦nements d'Algerie' o 'la guerre sans nom'. La pel¨ªcula es menos brutal que otras sobre el mismo tema (pienso en La batalla de Argel, del italiano Pontecorvo; o en La Question, de Laurent Heynemann), pero resulta muy digna. Tuvo problemas en Marsella (territorio pied noir), por parte del prefecto del departamento y del alcalde de la ciudad. Me apetecer¨¢ volver a verla.
Mi tercera pel¨ªcula es La religieuse, de Rivette. ?sa s¨ª que fue una pel¨ªcula 'de esc¨¢ndalo'. Y lo bueno del caso es que el esc¨¢ndalo se organiz¨® antes de su estreno, incluso antes de su rodaje. La cosa empez¨® el 25 de septiembre de 1965, cuando La Cin¨¦matographie fran?aise public¨® una nota en la que se dec¨ªa que Jacques Rivette se dispon¨ªa a rodar un filme sobre La religieuse, de Diderot. Al parecer un alma caritativa ley¨® esa nota y se fue con el soplo a la presidenta de la Uni¨®n de Madres Superiores de Francia (monjas conventuales), la cual a su vez alert¨® al ministro de la Informaci¨®n, Alain Peyreffite, sobre semejante proyecto, 'blasphematoire, et qui d¨¦shonore les relegieuses'. Despu¨¦s de las madres superioras, el ataque vino de parte de la APEL (Association des parents d'¨¦l¨¨ves de l'enseignement libre), un grupo de presi¨®n considerable (600.000 asociados), el cual escribi¨® al ministro diciendo que tal pel¨ªcula, en el caso de rodarse, de autorizar su rodaje, supon¨ªa un ataque al honor de las religiosas, 'ancienes ¨¦ducatrices de nos M¨¨res et de nos Epouses, le plus souvent encore ¨¦ducatrices de nos enfants'. Y empezaron a llegarle cartas, miles, decenas de miles de cartas, al ministro y a la se?ora De Gaulle.
La se?ora De Gaulle hizo caso omiso, mas no el ministro, el cual prometi¨® a las madres superioras y a los padres de los alumnos/as que har¨ªa cuanto estuviese en sus manos para impedir aquel proyecto blasfematorio (en mayo hab¨ªa convocadas elecciones municipales y el ministro quer¨ªa asegurarse los votos cat¨®licos). Pese al ministro, se autoriz¨® el rodaje. No en la abad¨ªa de Fontevraud, como hab¨ªa previsto Rivette (Jean Foyer, ministro de Justicia y diputado del lugar se opuso 'por el riesgo de molestar a sus electores cat¨®licos'). Se rod¨® en Avi?¨®n (cuyo alcalde, a la saz¨®n, era socialista). El 22 de marzo de 1966, la pel¨ªcula, ya terminada, titulada definitivamente Suzanne Simonin, la religieuse de Diderot, para evitar susceptibilidades, pasa a la comisi¨®n de control, que la aprueba 's¨®lo para mayores de 18 a?os'. El ministro, que ya no es Peyreffite sino un tal Bourges, Yvon Bourges, se cabrea, exige un segundo pase ante la comisi¨®n de control y, ante la tozudez de ¨¦sta en no prohibirla, dedice prohibirla ¨¦l.
La prensa se le echa encima. La de izquierdas, y la de derechas, para no hacer el rid¨ªculo. Sale a la luz el 'Manifiesto de los 1789', fecha harto simb¨®lica; los vecinos de la localidad de Bourges amenazan con rebautizar su ciudad con el nombre de Diderot o de Rivette; y Godard le manda una carta entre divertida y sangrienta a Malraux, 'ministre de la Kultur', desde 'la France libre'. El affaire de La religieuse se ha convertido en el pitorreo nacional. 'Et cette affaire de La Religieuse, quelle sottise!', le dice el cardenal Feltin a De Gaulle. Y el general-presidente le responde: 'Eh oui, quelle sottise!'. Al final, Malraux reacciona y manda la pel¨ªcula de Rivette, prohibida y todo, al Festival de Cannes. Se estrena y no pasa nada. Hoy es un cl¨¢sico. (Pueden verla en el Instituto Fran?¨¦s -Moi¨¤, 8- el 4 y 5 de febrero, por s¨®lo 2 euros la butaca).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.