La mina se jubila
16 localidades onubenses, en huelga, para exigir ayudas y alternativas econ¨®micas ante la crisis minera
Apenas hace hora y media que los autobuses partieron, rebosantes. En Riotinto, cabecera de la cuenca minera onubense, la huelga, convocada ayer por los sindicatos en 16 localidades de la provincia, se sigue a pies juntillas y muchos vecinos han madrugado para ir a la manifestaci¨®n que discurrir¨¢ en la capital. Comercios, colegios y bares cerrados, fr¨ªo y calles desiertas. Se intuye algo de actividad en el centro de salud, la farmacia de guardia y el Ayuntamiento. Enrique, un alba?il que trabaja -'hoy s¨®lo nos hemos presentado al tajo, estamos tambi¨¦n en huelga', advierte- en la restauraci¨®n de la vieja sede municipal se?ala una estatua de una plaza pr¨®xima: '?se es el ¨²nico minero que ha quedado por aqu¨ª'.
En el Ayuntamiento, los servicios m¨ªnimos se reducen a Pepi. 'Acaba de venir de Huelva un vecino y dice que ha contado m¨¢s de 30 autobuses por la carretera', informa la empleada municipal, que charlaba en ese momento con un compa?ero perito, que declina dar su nombre. Sus temores se centran en el futuro. 'La mina ya no da para m¨¢s, si esto sigue as¨ª, el pueblo s¨®lo ser¨¢n viejos jugando al domin¨®', dice el perito, de 28 a?os. 'Ya hay familias enteras trabajando en Castell¨®n, hay semanas que tenemos ocho o diez bajas en el padr¨®n', a?ade Pepi.
'Aqu¨ª ha habido dinero y la gente ha podido estudiar, hay muchos ingenieros t¨¦cnicos y abogados, todav¨ªa hay gente joven, pero no hay negocio', se?ala el perito. Hay f¨¢bricas de pl¨¢sticos, cultivos de naranjos y tareas medioambientales, pero 'hace falta un proyecto m¨¢s gordo, que arrastre mucho m¨¢s trabajo', a?ade.
En la mina de Riotinto, que arrastra unas deudas de m¨¢s de 60 millones de euros, apenas trabajan ya 500 personas, ahora en expediente de regulaci¨®n de empleo, pero sigue siendo la principal fuente de riqueza de la localidad que, como el resto de la comarca, soporta tasas de paro superiores al 40%. 'En la Compa?¨ªa, hemos llegado a ser 20.000 obreros', recuerda Arsenio Casta?o, de 74 a?os, que encabeza un nutrido grupo de jubilados que busca el sol del mediod¨ªa en la plaza de la estatua al minero.
Casta?o y Juli¨¢n Cruz, de 79 a?os, est¨¢n convencidos de que los buenos tiempos de la mina, 'cuando los ingleses mandaban', pasaron hace m¨¢s de treinta a?os. 'A¨²n hay mineral para rato en el bujero, como yo le llamo, pero al patr¨®n le cuesta menos sacarlo en Portugal o Chile y aqu¨ª hay que meter muchos millones', explica Cruz. Eso s¨ª, los dos recuerdan tambi¨¦n que los ingleses 'daban una jubilaciones de miseria' y que para tener electricidad antes de la noche hab¨ªa que pedirles permiso. 'Las jubilaciones que nos tocaron a nosotros ya estaban bien, yo cobro 166.000 pesetas limpias al mes', afirma Casta?o. Hay a quien les ha ido mejor 'hasta 60.000 duros', y a otros pocos, peor. Pero, en general, las jubilaciones, que tambi¨¦n dependen de la mina, han permitido mantener con holgura a las familias. 'Despu¨¦s de la mina, yo no veo nada', lamenta Casta?o, preocupado por el futuro de sus nueve nietos.
En El Campillo, a unos 15 kil¨®metros al sur de Riotinto, la huelga es total, lo que incluye comercios, bares... y el hogar de pensionistas. Los jubilados tambi¨¦n se han hecho aqu¨ª los amos de la calle. 'Aqu¨ª esta peor que en Riotinto, hay menos movimiento, lo ¨²nico que queda es el naranjo, pero eso no alcanza, como mucho da 80.000 pesetas al mes', se?ala Mariano. El cultivo del naranjo es la principal apuesta de la Junta de Andaluc¨ªa como alternativa a la mina, pero los vecinos recelan de un futuro de jornaleros agrarios. 'Con la naranja, mi hijo no sacaba ni para quitarse las espinas', afirma Conrado. Su hijo trabaja ahora en labores medioambientales; 'el otro tuvo que ir a Pamplona a ganarse la vida', afirma este jubilado de 67 a?os que lamenta que no cerraran la mina y empezaran a buscar soluciones 'hace 20 a?os' y observa con sorna la retahila de jubilados al sol: 'Como hoy vengan los indios, nos machacan'.
La situaci¨®n no s¨®lo es precaria en Riotinto. Los proyectos de Aguas Blancas y Las Cruces parecen una quimera; en Almonaster la Real, los 100 trabajadores del yacimiento de Aguas Te?idas est¨¢n tambi¨¦n en regulaci¨®n de empleo. En Fil¨®n Sur (Tharsis), la actividad est¨¢ parada y en Almagrera (Cala?as), en suspensi¨®n de pago, 370 empleados pendientes de un hilo y otros 60 millones de euros de deuda.
En Cala?as, a 30 kil¨®metros de El Campillo, hay locales cerrados, jubilados y... algunos chavales jugando. 'Quedamos pocos, porque muchos se fueron a la manifestaci¨®n', asegura Ra¨²l Corral, de 15 a?os. Su madre estaba all¨ª. Su padre y su hermano, en Portugal, en la construcci¨®n de una autopista, en la que trabajan otros diez vecinos del pueblo. 'A m¨ª me gustar¨ªa seguir estudiando, pero aqu¨ª luego el trabajo va a estar muy dif¨ªcil', dice. En el Ayuntamiento de Cala?as no hay servicios m¨ªnimos. Un papel pegado a la puerta recoge la moci¨®n por la que la Corporaci¨®n, como las de las otras 15 localidades se sumaba a las 'movilizaciones' y ped¨ªa a las Administraciones central y auton¨®mica 'soluciones a la crisis' para garantizar el futuro de 'las generaciones actuales y venideras'.
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