'Querido Nicol¨¢s, gracias a ti nos hemos sentido menos solos'
Antonio Mu?oz Molina ha escrito esta carta abierta a Nicol¨¢s Redondo Terreros, a la que se han adherido 123 firmantes
'Querido Nicol¨¢s: me imagino que en la pol¨ªtica, igual que en la literatura, y que en la vida en general, no hay experiencia m¨¢s amarga que la de sentirse solo. Gracias a ti, y a muchos socialistas vascos como t¨², otros socialistas de coraz¨®n y sin partido nos hemos sentido menos solos, porque hemos visto que t¨², y tantos compa?eros que est¨¢n contigo, represent¨¢is y defend¨¦is lo que para cualquiera de nosotros es fundamental, y sin embargo parece que se ha vuelto muy raro, aunque deber¨ªa ser lo m¨¢s com¨²n. Represent¨¢is lo mejor de una tradici¨®n centenaria de amor a la libertad y b¨²squeda de la justicia, y de una integridad personal que en tiempos dif¨ªciles, en lugares dif¨ªciles, tiene una parte serena y tambi¨¦n asombrosa de hero¨ªsmo. No est¨¢is siguiendo a nadie, no sois la sombra de nadie, seg¨²n la mal¨¦vola e interesada calumnia de quienes parece que no entienden no ya lo que significa ser socialista, sino ni siquiera lo que es ser dem¨®crata. En 1930 y 1931 los socialistas espa?oles fueron la m¨¦dula de aquella gran alianza de fuerzas pol¨ªticas de derecha e izquierda que trajo la Segunda Rep¨²blica. En la transici¨®n, en los tiempos convulsos en que no se sab¨ªa cu¨¢nto iban a durar las libertades que est¨¢bamos empezando a probar, el Partido Socialista Obrero Espa?ol comprendi¨® que la tarea prioritaria era inventar un sistema democr¨¢tico en el que por encima de las leg¨ªtimas diferencias ideol¨®gicas se afirmara un espacio elemental de concordia, una legalidad en la que cupi¨¦ramos todos. Hay veces, ¨¦pocas enteras, en que s¨®lo se puede hacer una pol¨ªtica anterior a la pol¨ªtica, porque de lo que se trata -como en 1931, como en 1978- es de crear las condiciones para que la pol¨ªtica sea posible. En el Pa¨ªs Vasco, durante demasiado tiempo se permiti¨® que las libertades quedaran en suspenso, que una sola ideolog¨ªa pasara de ser leg¨ªtima y discutible a ser obligatoria, que las vidas humanas no fueran iguales, que ni siquiera fueran iguales los votos. El ¨²nico seguidismo, y perdona que use esa palabra tan fea, ha sido el de quienes consideraban que el ¨²nico camino a seguir, el ¨²nico discurso, eran los de la ideolog¨ªa nacionalista. T¨² y muchos como t¨² os hab¨¦is sublevado contra esa resignaci¨®n, hab¨¦is afirmado la defensa insobornable de lo que es normal en cualquier parte de cualquier pa¨ªs civilizado, os hab¨¦is negado a acatar una especie de normalidad monstruosa en la que no es infrecuente el crimen y en la que la libertad de hablar, de vivir, de opinar, de leer el peri¨®dico que a uno le da la gana, est¨¢n siendo mutiladas a diario. Quiz¨¢s os sent¨ªais solos, pero justo en esa soledad os hab¨¦is encontrado con much¨ªsima gente, no s¨®lo de otros partidos, sino tambi¨¦n de otros lugares, y contra lo que afirman los agoreros hab¨¦is recobrado muchos de los votos que hab¨ªais perdido. Querido Nicol¨¢s, en esta hora dif¨ªcil e ingrata para ti quiero que sepas que cuentas con la simpat¨ªa de mucha gente que no acepta las barreras inventadas por los nacionalismos ni por los sectarismos, de muchos dem¨®cratas que se dan cuenta de que a¨²n hay mucho que pelear para que la democracia est¨¦ firmemente arraigada en cada rinc¨®n de nuestra tierra, de muchas personas de coraz¨®n socialista que por fin nos hemos reconocido, nos hemos visto representadas por alguien que contin¨²a, jug¨¢ndose la vida, la tradici¨®n de honradez y coraje pol¨ªtico que nos ense?aron en otro tiempo tu paisano don Indalecio Prieto o mi paisano don Fernando de los R¨ªos. No est¨¢s solo, querido Nicol¨¢s. Gracias a ti, a tantos de vosotros, mucha gente progresista que ni siquiera vive en el Pa¨ªs Vasco ni tiene carnet tambi¨¦n se siente mucho menos sola'.
A esta carta se han adherido 123 firmantes: profesores universitarios como los catedr¨¢ticos Antonio Beristain, Francisco Llera, Andr¨¦s de Blas, Jos¨¦ Miguel Fern¨¢ndez, Jose M. Barandiar¨¢n, Javier Corcuera y Carmen Maganto; miembros de plataformas pacifistas -Foro Ermua, ?Basta Ya!, Manos Blancas, Foro El Salvador y Denon Artean-, entre ellos Vidal de Nicol¨¢s y Cristina Cuesta; sindicalistas e intelectuales como Fernando Savater, Javier Mar¨ªas, Alberto Coraz¨®n, Mario Onaindia, Jos¨¦ Ram¨®n Recalde, Agust¨ªn Ibarrola, Mikel Azurmendi, Ra¨²l Guerra, y Fernando G. de Cortazar.
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