El 11-S, una ocasi¨®n desperdiciada
La conclusi¨®n central que se puede sacar del 11-S y sus consecuencias es que ha sido una ocasi¨®n perdida pa-ra lograr un mundo mejor; para 'establecer una nueva agenda para el mundo', como ha se?alado la polit¨®loga brit¨¢nica Mary Kaldor, y negociar un 'nuevo contrato social' global. Frente al 'haz el amor, no la guerra' de los sesenta, Kaldor propone un lema quiz¨¢ menos atractivo: 'Haz leyes, no la guerra'.
?sta es una conclusi¨®n bastante general del rico y curioso debate en Barcelona, organizado por la Fundaci¨®n CIDOB, unos de los pocos centros de relaciones internacionales que funciona en este pa¨ªs. Se trataba de reunir en torno a una mesa a unas pocas cabezas pensantes, con poco p¨²blico en su derredor, pero retransmitiendo este debate a trav¨¦s de Internet (en www.bcn.es se puede consultar en sonido y v¨ªdeo), una f¨®rmula concebida por el gran teorizador de nuestro mundo en redes que es Manuel Castells.
'La geopol¨ªtica de la nueva econom¨ªa global implica', para Martin Carnoy, acumular 'capital represivo para defenderla'
'El planeta se ha cubierto de nuevos muros de Berl¨ªn que lo convierten en un laberinto', afirma Alain Touraine
Por supuesto, est¨¢ la cuesti¨®n de las desigualdades econ¨®micas, que nunca han sido tan grandes. Sin embargo, para el catedr¨¢tico de la Universidad de Stanford (EE UU) Martin Carnoy 'no estamos al final del desarrollo econ¨®mico, sino que queda una capacidad inmensa' de recorrido para todos. Record¨® que la India, a pesar de su pobreza y sus 1.000 millones de habitantes, tiene una clase media de unos 150 millones, lo que es m¨¢s que muchos pa¨ªses. Aunque tambi¨¦n se puso de relieve que se est¨¢n creando ¨¦lites globales, que pueden separarse de sus ra¨ªces locales, generando conflictos.
Para Castells, el 11-S 'hace expl¨ªcito lo que ya sab¨ªamos', pero puede disparar nuevas amenazas de seguridad. Tras aquellos a?os que ahora algunos consideran los felices noventa se vuelve a la seguridad como prioridad en todos los ¨®rdenes.
Para el franc¨¦s Alain Touraine, estamos en una situaci¨®n de 'm¨¢s globalizaci¨®n, pero menos integraci¨®n', en un proceso de 'desinstitucionalizaci¨®n'. Sin embargo, tambi¨¦n la globalizaci¨®n ha sufrido varios embates, como se se?al¨®, especialmente con un mayor control de los movimientos de personas (en una tendencia que lleva a que la inmigraci¨®n se trate m¨¢s desde el punto de vista policial que social); de capitales (con la lucha contra las redes de financiaci¨®n del terrorismo y otras formas de crimen organizado); de bienes (Estados Unidos va a imponer nuevas normas de tr¨¢fico mar¨ªtimo, pues teme que por ah¨ª se cuelen amenazas), y de la informaci¨®n (con el control de las comunicaciones, aunque, pa-ra Castells, se equivocan los Gobiernos si creen que pueden transformar o controlar la arquitectura de Internet, pues la Red ha cobrado vida propia).
La Red (Internet) no es el ¨²nico medio de comunicaci¨®n global, y el terrorismo reticular puede usar otros. Pero el terrorismo global, para Beck, 'es una nueva fase, el Chern¨®bil de la globalizaci¨®n'. Para combatirlo, ese centro de dise?o de pol¨ªticas que es la RAND en EE UU est¨¢ elaborando propuestas sobre nuevas formas de estructuras militares: redes de fuerzas especiales que usen tecnolog¨ªa de sistemas de informaci¨®n. La netwar, la guerra en red, para EE UU puede significar acoplar lo que se llamaba su poder blando (tecnolog¨ªa, cultura, etc¨¦tera) con su poder duro (militar).
'A la nueva econom¨ªa global de la era de la informaci¨®n ahora le ha sido injertado un brazo militar para librar una guerra continua contra sus enemigos', seg¨²n Carnoy, que ve, como otros, que 'la geopol¨ªtica de esta nueva econom¨ªa global dejar¨¢ de centrarse en la expansi¨®n de la democracia en favor de la expansi¨®n de redes antiterroristas globales para desmantelar redes terroristas globales', lo que implica acumular 'capital represivo para defender esta econom¨ªa'. De nuevo, se prima la estabilidad sobre la democracia.
Estados Unidos se cre¨ªa invulnerable, pero ya no. Para Javier Solana, el ataque contra el World Trade Center fue impactante, pero en t¨¦rminos de poder hay que ver lo que significa el Pent¨¢gono destruido en Washington. 'Unilateralismo global' es la expresi¨®n que surgi¨® y mejor describe la manera de comportarse de EE UU, una potencia con intereses generales, que no se va a aislar, pero que no quiere atarse, sino actuar sola cuando quiera y pueda. Y aunque no lo puede todo, como ha puesto de relieve el 11-S, puede m¨¢s, pues su potencia aumenta tambi¨¦n en tecnolog¨ªa, generando un desequilibrio creciente frente a Europa y otras regiones.
Unilateralismo global
Para Solana, hay demanda de un papel global para Europa, y quiz¨¢ 'la opini¨®n p¨²blica pide algo que hemos decidido no hacer', lo que qued¨® claro en el debate cuando los partidarios de Europa como potencia militar o superpotencia fueron replicados por Erkki Tuomioja, ministro de Asuntos Exteriores de Finlandia, que objet¨® y, adem¨¢s, reclam¨® un peso propio para los pa¨ªses peque?os en la UE. Solana describi¨® la UE como 'una potencia civil con medios militares'. Sin embargo, visto desde EE UU, Carnoy apunt¨® que en t¨¦rminos de construcci¨®n de una sociedad civil no se puede decir que Europa haya hecho sus deberes en el Mediterr¨¢neo, en ese papel de puente que pretende desempe?ar.
La novedad estriba en que se vea a los europeos como un 'factor moderador' de Estados Unidos. No est¨¢ comprobado adem¨¢s que Europa pueda decirle no a Washington, aunque Solana afirm¨® rotundamente que s¨ª. Las diferencias transatl¨¢nticas son amplias respecto a muchos nuevos pasos en el derecho internacional, como el establecimiento del Tribunal Penal Internacional permanente.
El caso es que ahora EE UU mira a sus intereses nacionales m¨¢s que antes. Justamente, a diferencia de EE UU, para Narc¨ªs Serra, presidente del CIDOB, 'el inter¨¦s europeo es impulsar la gobernancia internacional'. 'La europa blanda contra el mundo duro', seg¨²n Touraine.
El colapso de los conceptos pol¨ªticos
EN EL MUNDO POST-11-S, seg¨²n Ulrich Beck, se ha producido un 'colapso del lenguaje y de los conceptos'. Se llama guerra a lo que no es guerra, y que, por tanto, tampoco acaba en victoria. Alain Touraine pidi¨® que con la lingua franca que es el ingl¨¦s 'no se importen' obligatoriamente las categor¨ªas intelectuales de Estados Unidos. Para Beck, 'la situaci¨®n del intelectual en la teor¨ªa pol¨ªtica se ha visto capturada por el nacionalismo metodol¨®gico'. Los Estados son, para Beck, una 'idea zombie', cuando est¨¢ todo interrelacionado, lo de dentro y lo de fuera de las fronteras. Y sin embargo, al menos en nuestra parte del mundo, asistimos a un retorno del Estado tras el 11-S en que ha quedado al descubierto, por ejemplo, que la anterior privatizaci¨®n de la seguridad en los aeropuertos de EE UU la ha reducido. 'Un Estado se puede neoliberalizar a muerte', seg¨²n el alem¨¢n, para el que, 'en tiempos de crisis el neoliberalismo no tiene soluciones que ofrecer'. Ahora bien, no hay que caer en lo que se llam¨® el 'espejismo del Estado': el Estado se ha universalizado como forma pol¨ªtica, pero en realidad muchos territorios quedan fuera del alcance real de las instituciones del Estado. O como se?ala Touraine, 'en Colombia el Estado controla m¨¢s territorio a mediod¨ªa que a medianoche'. Por esta raz¨®n, la mayor parte de los conflictos armados no son guerras entre Estados, sino, seg¨²n Mary Kaldor, guerras de redes que atraviesan fronteras, y acaban yendo contra civiles. Movilizan a la gente en torno a una marca o un lema: es 'la pol¨ªtica a trav¨¦s de la violencia, no como consecuencia de la violencia', y por eso esas guerras son muy dificiles de finalizar. La soluci¨®n para Kaldor es construir una sociedad civil global y fuerte, y para Beck crear 'Estados cosmopolitas' que 'luchen no s¨®lo contra el terrorismo, sino contra las causas del terrorismo'. Touraine, mucho m¨¢s pesimista, considera que tras el 11-S el di¨¢logo entre culturas se ha detenido: 'El planeta se ha cubierto de nuevos muros de Berl¨ªn que lo convierten en un laberinto'. Si ahora se sabe que el universo tiene m¨¢s materia oscura que la luminosa conocida, en el mundo de las relaciones humanas tambi¨¦n, seg¨²n Carlos A. Zald¨ªvar, hay una materia oscura poco estudiada por los polit¨®logos (m¨¢s por los antrop¨®logos sociales), que pesa tanto como la sideral: La formada por las pautas culturales profundas -referencias ¨¦ticas, concepto de familia, propensi¨®n al ahorro, etc.- que hay que tomar en cuenta en los an¨¢lisis del poder y la aceptaci¨®n de la otredad del otro, que hay que hacer un esfuerzo por entender.
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