El dilema del socialismo vasco
Los militantes del PSE-EE debaten sobre su actual crisis y creen necesario clarificar su estrategia y definir la l¨ªnea pol¨ªtica
Cuando a¨²n faltan dos meses para su congreso extraordinario, el socialismo vasco vive ya inmerso en la vor¨¢gine de la discusi¨®n y la disputa internas, agitado por las maniobras desplegadas en su seno, pese a que la gran mayor¨ªa de la militancia no dispone de m¨¢s documentos de debate que la ponencia de s¨ªntesis que acaba de hacer p¨²blica la gestora nombrada por la Ejecutiva Federal del PSOE. La renuncia de Nicol¨¢s Redondo a recuperar la secretar¨ªa general del Partido Socialista de Euskadi-Euskadiko Ezkerra (PSE-EE), cargo que abandon¨® el 21 de diciembre para provocar la convocatoria del congreso, no anula el pulso establecido entre los partidarios de sus tesis y las direcciones de Vizcaya y Guip¨²zcoa.
Las bases creen que la filtraci¨®n del encuentro Aznar-Redondo marc¨® el inicio del juego sucio
'Todos defendemos lo mismo; las diferencias son de talante, de aptitudes y tambi¨¦n personales'
En 20 a?os, el PSE-EE de Hernani ha perdido 1.600 votos, sobre todo en beneficio del PP
Las espadas siguen en alto, si bien los detractores del ex secretario general del PSE-EE respiran ahora aliviados de su temor a que Nicol¨¢s Redondo resurgiera victorioso en el congreso y volviera a encaramarse a la secretar¨ªa general. La filtraci¨®n del pasado encuentro entre Nicol¨¢s Redondo y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar ha tenido un impacto demoledor en un momento en el que el PSE-EE aparece groseramente dividido entre los militantes partidarios a pactar con el nacionalismo en el poder y quienes defienden mantener la alianza opositora con el PP.
Un breve recorrido por las agrupaciones socialistas vascas muestra que el debate, informal pero intenso y descarnado, est¨¢ lejos de resquebrajar las relaciones personales en las bases del PSE-EE, aunque s¨ª las pone a prueba y las somete a un cierto desgaste. El encuentro con la militancia del socialismo vasco, compuesta por unos 5.000 afiliados activos, supone en muchos casos descubrir a verdaderos h¨¦roes ciudadanos generosos y sacrificados, que s¨®lo le piden a la pol¨ªtica que contribuya al bienestar com¨²n; luchadores an¨®nimos que creen que el PSE-EE debe clarificar su l¨ªnea pol¨ªtica y definir su estrategia en estos tiempos de zozobra.
'Ser¨¢ mejor que no pregunte por la Casa del Pueblo si tiene problemas para encontrarla; pregunte mejor por el polideportivo o por la tienda que est¨¢ al lado'. Es el consejo al periodista de un militante de Hernani que cuando acude a su sede, lo que ocurre s¨®lo espor¨¢dicamente, tiene una sensaci¨®n 'como de ahogo'. Con 1.400 votos y un centenar de afiliados en una poblaci¨®n de 18.000 habitantes, la Casa del Pueblo de Hernani est¨¢ efectivamente camuflada en el paisaje urbano. Sin banderas, r¨®tulos, ni letreros que la identifiquen -la pista la da un cartel de la UGT que alcanza a vislumbrarse desde el exterior-, se dir¨ªa que lo que preside su deteriorada fachada es la consigna invisible de 'no provocary pasar desapercibidos'.
En el interior de la sede, un local de paredes ocres, brillantes, envuelto en una atm¨®sfera de b¨²nker, s¨®lo hay cuatro hombres mayores jugando a las cartas y la persona que atiende el bar, adem¨¢s del militante socialista y de sus escoltas.
'Derribar al PNV no es bueno', dice, 'porque nos lleva al enfrentamiento. Ahora no hay posibilidad de acuerdo con el nacionalismo, pero la pol¨ªtica de bloques es muy peligrosa. Nosotros nos equivocamos al ir junto al PP en las elecciones pasadas y yo no s¨¦ si habr¨ªamos sacado m¨¢s votos o menos, pero al menos habr¨ªamos sido nosotros mismos', indica este hombre que, por razones de seguridad, no pisa el centro de su localidad desde hace m¨¢s un a?o.
'Aqu¨ª, en Hernani, ya sabe usted, el feudo de HB, tenemos una presi¨®n inmensa; vamos, que no se nos quita el miedo. Nos han asaltado la sede varias veces, la han quemado, apedreado, destrozado en muchas ocasiones, y no permiten que pongamos ning¨²n distintivo socialista en la fachada. La ¨²ltima vez que pusimos algo, un cresp¨®n negro por el asesinato de Fernando Buesa, nos lo arrancaron ese mismo d¨ªa'.
Al igual que otros compa?eros suyos, este militante y su familia cargan con una larga y despiadada serie de ataques y amenazas que ¨¦l se niega a describir para el peri¨®dico por temor a ser identificado y nuevamente represaliado. M¨¢s que humedad, lo que las paredes de la Casa del Pueblo de Hernani exudan desde hace tiempo es un miedo sucio a la marginaci¨®n, a la persecuci¨®n infame, al asesinato, un temor del que tampoco est¨¢n libres los otros partidos democr¨¢ticos en ese municipio. En los ¨²ltimos 20 a?os, el PSE- EE de Hernani ha perdido, en beneficio sobre todo del PP, unos 1.600 votos.
He aqu¨ª algunas de las opiniones con las que este militante encara el debate precongresual: 'En Euskadi no existe libertad, evidentemente, y yo creo que la direcci¨®n del PNV tiene tambi¨¦n su responsabilidad porque les da cobertura pol¨ªtica y subvenciones a los violentos, porque permite que HB gobierne en minor¨ªa en municipios donde la convivencia es imposible. Pero es que ir con el PP, con esta derecha de la ley de Extranjer¨ªa y de Aznar, da verdadero miedo. Adem¨¢s', a?ade, 'est¨¢ claro que el PNV entiende la situaci¨®n vasca mejor que el PP, que por otra parte aqu¨ª ni aparece. Ni siquiera hacen caravana electoral en las elecciones. Yo estoy en contra del proceso de autodeterminaci¨®n nacionalista, desde luego, pero bueno, en la ponencia de Eguiguren lo ¨²nico que se dice es que hay que entrar en esa discusi¨®n. Lo que pasa en Euskadi es que el carn¨¦ nacionalista abre muchas puertas y el nuestro nos las cierra. Por eso, el PNV se mete en los c¨ªrculos extreme?os, andaluces y castellanos, y saca un mont¨®n de votos. Ellos tienen la patente de vascos y ojal¨¢ cambiaran su pol¨ªtica y siguieran el modelo catal¨¢n para poder pactar con ellos', indica.
Reclamar la estricta coherencia de los planteamientos pol¨ªticos puede resultar una aspiraci¨®n excesiva en situaciones tan dram¨¢ticas, pero el miedo a aparecer asociado al PP, la aversi¨®n a la derecha -el recuerdo de los m¨¦todos con los que el partido de Aznar desaloj¨® a los socialistas es un argumento a?adido- pesa mucho en los sectores que encabezan los secretarios generales de Guip¨²zcoa, Jes¨²s Eguiguren, y de Vizcaya, Patxi L¨®pez.
?Hasta qu¨¦ punto el PNV es parte del problema y parte de la soluci¨®n? Construir una alternativa al nacionalismo, ?exige pegarse al terreno, interiorizar el componente vasquista, adaptarse en lo posible para situarse en la centralidad, o requiere una oposici¨®n frontal, sin concesiones, de alianza con el PP, en la confianza de que llegar¨¢ el d¨ªa en que la gran mayor¨ªa de los vascos considerar¨¢ a todos los efectos intolerable lo que efectivamente es una situaci¨®n intolerable? Son cuestiones que se abordan estos d¨ªas en las agrupaciones socialistas vascas.
He aqu¨ª el di¨¢logo, aproximado, que cuatro militantes guipuzcoanos curtidos en muchas peleas mantuvieron ante el periodista. Dos de ellos proceden de la extinta Euskadiko Ezkerra y los otros dos, del Partido de los Trabajadores de Santiago Carrillo. Adem¨¢s del conocimiento del euskera, algo nada corriente en Vizcaya y ?lava, los cuatro tienen en com¨²n, inevitablemente, dada la dura comarca guipuzcoana en la que trabajan, una dolorosa experiencia de persecuciones y ataques. 'Adem¨¢s de hacerme pintadas y sacarme panfletos, han atacado mi casa con c¨®cteles y bombas chinas y han quemado mi coche y el de mi hija', comenta uno de ellos.
-'Menos mal que no conseguimos que Mayor Oreja saliera lehendakari', dice para esc¨¢ndalo de algunos de sus compa?eros un militante guipuzcoano procedente de Euskadiko Ezkerra.
-'Lo que os pasa es que ten¨¦is complejo de Peter Pan y adem¨¢s ignor¨¢is que los socialistas se han aliado con la derecha democr¨¢tica en la historia para la conquista de la libertad', le responde otro antiguo militante de EE. 'Si acept¨¢is que lo que est¨¢ en juego en Euskadi es la libertad y que el nacionalismo, lejos de luchar contra eso, se ha embarcado en un proyecto de exclusi¨®n, tendr¨¦is que admitir que hay que construir una alternativa a esa situaci¨®n', a?ade.
-'No estoy por ser la comparsa del PP, ni dejarme guiar por La Moncloa', responde el primero. 'Mira, yo voy a seguir viviendo aqu¨ª, el PNV no es tan monol¨ªtico como lo pintan, y en este pa¨ªs, para desgracia nuestra, siempre va a haber un Cura de Santa Cruz decidido a dar tiros. No estoy por hacer seguidismo de nadie'.
-'Si hemos hecho seguidismo ser¨¢ porque nos han tomado la delantera, porque se nos han anticipado. Por eso el PP subi¨® como la espuma. Durante a?os hemos seguido una pol¨ªtica err¨¢tica, hemos dejado que el nacionalismo construyera poco a poco su pa¨ªs y despu¨¦s de colaborar fielmente con ellos durante 12 a?os se fueron con ETA y HB a Lizarra en un proyecto dirigido a excluirnos en nuestro propio pa¨ªs. Convenceos: ETA busca nuestra eliminaci¨®n f¨ªsica, pero los otros nacionalistas pretenden eliminarnos pol¨ªticamente'.
-'Pero los gobiernos de coalici¨®n jugaron un efecto positivo, conseguimos racionalizar la situaci¨®n y hacer una pol¨ªtica m¨¢s justa, de menos desigualdades', interviene un tercero. 'No pod¨¦is olvidar que somos los socialistas los que creamos Osakidetza, los que dirigimos el sistema educativo...'.
-'Repito: ?Cu¨¢l es la contradicci¨®n principal? Tenemos a un PNV que ocupa a la vez el espacio de la legalidad y de la ruptura mientras vivimos una situaci¨®n predemocr¨¢tica. Hasta que el PNV no renuncie a romper las reglas de juego, debemos mantener un frente democr¨¢tico por la libertad con el PP vasco que est¨¢ como nosotros, en la oposici¨®n y bien jodido'.
-'Cuando mataron a Gregorio Ord¨®?ez, algunos dijimos que todos ¨¦ramos del PP, pero hubo compa?eros que pensaron que la cosa no iba con nosotros'.
-'Eso no es verdad. Y cuando mataron a Goikoetxea, el sargento de la Ertzaintza, ?tambi¨¦n dijiste que eras del PNV?'
-'Sal¨ª a hacer pintadas'.
-'Pues yo antepongo la libertad a todo, pero nunca ser¨¦ ni del PP ni del PNV'.
Los socialistas vascos se encuentran enredados en la tesitura de pronunciarse entre lo malo y lo peor y no se ponen de acuerdo a la hora de calificar a una y otra opci¨®n. ?Qui¨¦n da m¨¢s miedo, qui¨¦n genera m¨¢s rechazo? ?sa es la pregunta que, a falta de una estrategia definida del socialismo vasco, emerge en la pugna interna del PSE-EE, aflora a la hora de prefigurar la pol¨ªtica de alianzas y hasta subyace en el diagn¨®stico de la situaci¨®n. Porque, aunque en estos momentos de precongreso, ambas partes liman los aspectos m¨¢s discutibles de sus planteamientos para alinear a su favor el mayor n¨²mero de apoyos, est¨¢ claro que desde el pasado 13 de mayo, fecha de las elecciones auton¨®micas que ratificaron el dominio nacionalista, las direcciones de Guip¨²zcoa y Vizcaya creyeron llegado el momento de desmarcarse del PP, entre otras cosas porque entrevieron un cambio sustancial en el comportamiento del PNV, que no necesita ya los votos de HB para gobernar. '?Pero qui¨¦n se ha llevado la ponencia Eguiguren y la autodeterminaci¨®n?', preguntan, ahora en tono jocoso, los partidarios de las posiciones defendidas por Nicol¨¢s Redondo.
Ese sector, que cuenta con el apoyo de una parte de la ejecutiva de la direcci¨®n de Euskadi y conf¨ªa mucho en los delegados alaveses al congreso, cree que la filtraci¨®n de la noticia sobre la entrevista de Redondo con Aznar marca el inicio del juego sucio. 'Seguimos pensando que ¨¦ste es un debate de ideas, no de personas, pero nuestros compa?eros de la direcci¨®n de Madrid prefieren contar con el PNV para poder maniobrar contra el PP y por eso no est¨¢n interesados en levantar una alternativa al nacionalismo', comenta un militante de Ermua. Buena parte de la agrupaci¨®n socialista del municipio del asesinado Miguel ?ngel Blanco parece m¨¢s o menos decantada por las tesis de Redondo. '?l ha estado a la altura de las circunstancias; si ha dimitido es porque hay diferencias notables en la estrategia, que hay que despejar de una vez si no queremos volver a incurrir en la ambig¨¹edad y dejarle despejada la v¨ªa al nacionalismo. Este esc¨¢ndalo por la entrevista con Aznar me parece gratuito', alega.
A su juicio, compartido por otros compa?eros de agrupaci¨®n, la movilizaci¨®n antiterrorista que despliega el Ayuntamiento del PSE-EE y que mantiene a HB arrinconada, puede ser trasladada con ¨¦xito al resto de los municipios vascos. 'Muchas cosas cambiar¨ªan en Euskadi', dicen, 'si las fuerzas democr¨¢ticas vascas recuper¨¢ramos la calle desde los ayuntamientos, porque los ciudadanos se implican cuando comprueban que todos los pol¨ªticos decentes se implican, cuando ven una actitud permanente de compromiso. ?sa es la alternativa por la libertad que tenemos que construir en lugar de recelar si coincides o no con el PP. ?Qu¨¦ pasa, tengo que dejar de coger agua porque coincido con el PP en la fuente? ?Acaso los nazis hac¨ªan distingos entre los jud¨ªos de izquierda o de derecha? No nos enga?emos, aqu¨ª tambi¨¦n nos persiguen y nos matan porque somos distintos, porque pensamos distinto'. Una pregunta clave es si existen verdaderamente dos estrategias o s¨®lo diferencias resultantes de la pluralidad natural, sociol¨®gica, cultural, del socialismo vasco, al que se reparte, algo abusivamente quiz¨¢s, entre la corriente vasquista, localizada en Guip¨²zcoa; la obrerista vizca¨ªna, y la mesetaria espa?ola alavesa.
Seg¨²n los partidarios de la tesis de Redondo, existen efectivamente dos estrategias, aunque se manifiesten de forma impl¨ªcita o embrionaria y aunque la situaci¨®n pol¨ªtica de acoso terrorista, de mayor¨ªa nacionalista en clave soberanista, deje hoy por hoy muy poco margen de maniobra al PSE-EE. No es lo que opinan, desde luego, en la agrupaci¨®n de Barakaldo, la m¨¢s nutrida del socialismo vasco. 'Las diferencias son verdaderamente peque?as, pero est¨¢n siendo agigantadas por los medios de comunicaci¨®n', sostiene una militante.
'Nosotros tenemos una visi¨®n positiva de los gobiernos de coalici¨®n con el PNV y creemos que despu¨¦s de las elecciones nuestro partido no tuvo los reflejos suficientes para tomar la iniciativa en un contexto en el que el PNV no necesita ya los votos de HB e invitaba a IU a entrar en el Gobierno', dice Tontxu Rodr¨ªguez, secretario general de la agrupaci¨®n. 'Deber¨ªamos haber hecho algo para evitar la entrada de IU, adoptar una actitud distinta. La abstenci¨®n parlamentaria', dice, 'puede ser una buena f¨®rmula para no coincidir con el PP'. Otros militantes de Barakaldo suscriben que la aversi¨®n al PP es muy superior a la del PNV. 'Hay gente que no lo soporta. Durante la campa?a electoral', explican, 'hubo compa?eros que amenazaron con romper el carn¨¦ si ¨ªbamos de la mano de los hijos de los franquistas. Entonces se aguant¨® porque se pens¨® que no hab¨ªa otra v¨ªa. Pero ahora...'.
Problema de liderazgo
La frustraci¨®n electoral estar¨¢ tambi¨¦n presente en el congreso. 'Redondo dice que los 250.000 votos son el mejor resultado que el PSE-EE ha obtenido en unas auton¨®micas, pero no dice que la participaci¨®n subi¨® 20 puntos', comenta un militante. 'Todos defendemos lo mismo, las diferencias est¨¢n sobre todo en los talantes, en las actitudes y tambi¨¦n en las diferencias personales, claro'. En estos c¨ªrculos del aparato vizca¨ªno Nicol¨¢s Redondo no suscita precisamente adhesiones entusiastas. 'Hay un problema de falta de liderazgo. La dimisi¨®n de Redondo fue un acto de irresponsabilidad, porque deber¨ªa haberse producido ante el ¨®rgano competente; y no puede hablarse de deslealtad de la Ejecutiva hacia ¨¦l', apostilla el secretario general de Barakaldo. La alusi¨®n al encuentro con el presidente del Gobierno central anima a intervenir a militantes que hab¨ªan permanecido callados. 'Ahora s¨ª me creo que todo viene de La Moncloa'. 'Y encima fue con su padre'. 'Es una traici¨®n'.
Tambi¨¦n algunos partidarios de Redondo creen que las diferencias en Vizcaya no son o no eran exactamente ideol¨®gicas. 'Son pugnas org¨¢nicas que se han revestido de diferencias pol¨ªticas a partir del momento en que la direcci¨®n provincial asumi¨® el documento de Eguiguren', indica un militante de la Margen Izquierda. 'No tiene sentido plantearse pactar con un nacionalismo que lo que pretende no es el acuerdo, sino que te sumes a su proyecto. ?sta no es una pugna entre el vasquismo y el no vasquismo cultural o pol¨ªtico. Est¨¢ muy bien' a?ade, 'que la gestora haga un ejercicio de s¨ªntesis y que el congreso sea todo lo integrador posible', subraya, 'pero en los tiempos que corren no podemos seguir con una estrategia difusa, no podemos poner todas las ideas una detr¨¢s de otra. Me da verg¨¹enza lo de la filtraci¨®n del encuentro con Aznar, que sale seis meses m¨¢s tarde, pero yo, y otros como yo, si hemos estado con Nicol¨¢s es por las ideas que ha defendido Nicol¨¢s. Est¨¢ claro', sostiene, 'que tenemos que adoptar una estrategia que nos comprometa a todos. No sirve aprobar l¨ªneas pol¨ªticas que luego desnaturalizan los encargados de ponerlas en pr¨¢ctica'.
Lo que parece claro tambi¨¦n es que las diferencias entre los socialistas vascos hay que buscarlas no s¨®lo en el ¨¦nfasis puesto en determinados aspectos, sino tambi¨¦n en lo que se prejuzga, en las intenciones, gratuitas o no, que se atribuyen al oponente. 'A veces, viendo tantas maniobras, intoxicaciones y tantas jugadas sucias me dan ganas de pedir a gritos que los campeones de la c¨²pula se batan en duelo', indica una militante guipuzcoana. Del control de las malas pasiones desatadas depende, quiz¨¢s tambi¨¦n, que el largo proceso congresual del PSE-EE no les resulte desgarrador y que el socialismo vasco, tan proclive a mostrar sus miserias y tan valiente, salga efectivamente reforzado de la prueba.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.