El euro y los precios europeos
Entre los efectos que se ten¨ªa la esperanza de lograr con la introducci¨®n f¨ªsica del euro se encuentran una mayor transparencia de las diferencias entre los precios al por menor de los distintos pa¨ªses y una presi¨®n para igualarlos. El argumento para esto ¨²ltimo es simple: al eliminar las monedas nacionales y tener todos los precios en euros, ?c¨®mo es posible que los autos o las hogazas de pan similares tengan precios distintos en cada lado de una frontera? La presi¨®n para comprar en donde los precios son bajos y vender o, por lo menos, no comprar en donde los precios son altos, ser¨¢ formidable.
Ese argumento, sin embargo, es inocente, pues no hace falta un genio para comparar el precio de un auto en Alemania con el precio del mismo auto en Francia. Todo mundo hace esos c¨¢lculos cuando decide ir de vacaciones al extranjero, ?por qu¨¦ creer que las personas no lo hacen con otros bienes y servicios? La gente no es tan est¨²pida o tan floja como los pol¨ªticos y los bur¨®cratas piensan. La pregunta interesante es: ?cu¨¢nto deben las discrepancias entre los precios a la mera ignorancia y a la inercia, y cu¨¢nto a factores que tienen poca probabilidad de cambiar con la llegada del euro?
Los precios de la UE evolucionar¨¢n como en EE UU, donde existen grandes divergencias un siglo despu¨¦s de contar con una moneda com¨²n
Empezando con la evidencia disponible sobre los precios al menudeo. UBS, el grupo bancario suizo, calcul¨® los precios de una canasta b¨¢sica de 111 bienes y servicios en diversas ciudades alrededor del mundo. Obviamente, hay inmensas diferencias entre los precios. Si las personas en Finlandia hicieran sus compras en Espa?a, ?incrementar¨ªan el 50% su poder de adquisici¨®n! Entonces, si se diera una igualaci¨®n de precios, los ciudadanos de los pa¨ªses ricos tendr¨ªan un fest¨ªn y los de los pa¨ªses m¨¢s pobres pagar¨ªan con un ojo de la cara. Pero eso no suceder¨¢; las diferencias en los niveles de precios no cambiar¨¢n mucho a pesar del euro.
?Qu¨¦ es, entonces, lo que est¨¢ tras las longevas diferencias en los precios en el interior de cada pa¨ªs y entre pa¨ªses? Hay cuatro factores importantes:
1. Las pr¨¢cticas anticompetitivas. Claro que el libre comercio existe en principio, pero a menudo hay importantes obst¨¢culos en las fronteras y en el interior de los pa¨ªses. En EE UU, por ejemplo, es ilegal transportar vino de forma privada desde California hasta Massachusetts porque los mayoristas de vino de Massachusetts se las arreglaron para que se estableciera una ley federal que protege sus inmensos m¨¢rgenes de ganancia. En Europa, las pr¨¢cticas anticompetitivas son rampantes. Si la UE pretende crear un mercado, a¨²n le queda mucho trabajo por hacer.
2. Diferencias en la competencia y en la escala. Cuanto m¨¢s peque?o es el mercado, menor es el n¨²mero de distribuidores que pueden ofrecer sus servicios en ¨¦l obteniendo ganancias. Pero cuantos menos distribuidores haya, menos competencia habr¨¢. Entonces, los m¨¢rgenes aumentan y los precios se elevan. Con frecuencia la competencia es limitada por reglamentos que fragmentan los mercados, pero en ocasiones la cuesti¨®n es que no resulta rentable realizar un arbitraje para, digamos, traer tus cruasanes desde B¨¦lgica cada ma?ana.
3. Los precios al por menor. El punto cr¨ªtico de esto es que un precio al por menor no incluye s¨®lo el precio de los bienes, sino tambi¨¦n los costos de distribuci¨®n (los salarios del personal de las tiendas, la renta, la publicidad, los m¨¢rgenes de ganancia, etc¨¦tera). ?stos difieren much¨ªsimo de pa¨ªs a pa¨ªs.
4. Lo que sucede con los salarios tambi¨¦n cuenta para otros costos de distribuci¨®n. En principio, la eurozona forma un solo mercado, pero no es as¨ª como funcionan las cosas en la pr¨¢ctica. Hay un conocido dicho en EE UU: 'Toda la pol¨ªtica es local'. Lo mismo se aplica para los precios.
?Cu¨¢l es la conclusi¨®n de todo esto? Las divergencias en los precios llegaron para quedarse. El euro har¨¢ muy poco para cambiar esto. Con el tiempo habr¨¢ una tendencia a comprimir esas divergencias, pero no ser¨¢ resultado del euro. Se originar¨¢ en Bruselas, en la expansi¨®n de los h¨¢bitos de compra a trav¨¦s de Internet y con la distribuci¨®n al por menor a escala de toda la UE. Cuando se haya dicho y hecho todo, sin embargo, los precios europeos evolucionar¨¢n igual que en EE UU, en donde existen grandes divergencias un siglo despu¨¦s de que se establecieran el libre comercio y la moneda com¨²n en todos los Estados.
Rudi Dornbusch es profesor Ford de econom¨ªa en el MIT, y fue asesor econ¨®mico en jefe tanto del Banco Mundial como del FMI. Copyright: Project Syndicate, 2002.
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