El Depor gana sin recobrar la salud
Un gol de c¨®rner permite a los gallegos salvar otro mediocre partido
El Deportivo sigue en los huesos, como si las Navidades y el posterior batacazo en el Bernab¨¦u le hubiesen debilitado la vigorosa musculatura exhibida al principio de curso. La jornada de ayer fue redonda para el cuadro de Irureta, que regresa a los puestos de privilegio tras los tropiezos de sus rivales. Pero en el campo de juego -y esta vez era en el casi infalible Riazor- , el Depor volvi¨® a dar encefalograma plano: frente a un adversario inofensivo, necesit¨® un gol de carambola para salvar la papeleta.
Se oye en las plazas, en los bares y en los taxis, y se puede leer en todos los titulares de prensa. A Coru?a entera no habla de otra cosa, repiti¨¦ndose siempre la misma pregunta. ?Qu¨¦ le pasa al Depor?, se interroga la gente perpleja, como si la cuesti¨®n fuese un insondable enigma metaf¨ªsico. Lo que le ocurre al Deportivo se sabe bien -el f¨²tbol lo ha abandonado lastimosamente-, lo dif¨ªcil es dar con las causas, porque este es el mismo equipo que hasta hace poco reinaba en la Liga y campaba altivo por Europa. Tal vez se trate de un achaque fugaz, de una peque?a p¨¢jara en mitad del campeonato, de una s¨²bita p¨¦rdida de confianza o de frescura f¨ªsica de la que se ir¨¢ recuperando poco a poco. El misterio se resolver¨¢ con el tiempo. Por el momento, queda la evidencia de que su juego est¨¢ muy lejos de lo que promet¨ªa.
DEPORTIVO 1| LAS PALMAS 0
Deportivo: Molina; H¨¦ctor, Donato, Djorovic, Romero; V¨ªctor (Emerson m. 84) Duscher, Sergio, Fran (Amavisca m. 46); Pandiani y Trist¨¢n (Djalminha m. 58). Las Palmas: Nacho Gonz¨¢lez; ?ngel, Ol¨ªas (Saras¨²a m. 25), Schurrer, Paqui; Josico, Jayo; Edu Alonso, Jorge (Eloy m. 70), Pablo Lago; y Rub¨¦n (Sequeiros m. 70). Goles: 1-0. M. 65. Djalminha bota un c¨®rner cerrado y al primer palo, Nacho Gonz¨¢lez salta junto a V¨ªctor, toca con los pu?os el bal¨®n y lo acaba introduciendo en su propia porter¨ªa. ?rbitro: Esquinas Torres. Amonest¨® a Duscher, Schurrer, Eloy y al entrenador del Las Palmas, Fernando V¨¢zquez. Unos 28.000 espectadores en Riazor.
La gente anda malhumorada y anoche se tem¨ªan los exabruptos de Riazor, que ya en el ¨²ltimo choque hab¨ªa estado hipercr¨ªtico. Esta vez tambi¨¦n hubo estopa para algunos jugadores -de nuevo Trist¨¢n, un hombre sometido a un calvario-, pero lo cierto es que la grada estuvo m¨¢s paciente e incluso soport¨® con cierto estoicismo el intragable tocho de la primera parte. Irureta volvi¨® a remover el equipo y hasta cambi¨® el sistema: puso a Pandiani en punta para aliviar las penalidades de Trist¨¢n y jug¨® con un 4-4-2 puro. El enfermo no dio s¨ªntomas de mejor¨ªa. Persisti¨® en su estado de languidez, falto de ideas y de energ¨ªa y sin capacidad para golpear a un rival c¨¢ndido e inofensivo. El Las Palmas tiene un pu?ado de j¨®venes muy interesantes y algunas de las virtudes cl¨¢sicas -pulcritud y rigor t¨¢ctico- de los equipos de Fernando V¨¢zquez. Pero Riazor se le qued¨® muy grande, porque le falt¨® determinaci¨®n. Nunca crey¨® en s¨ª mismo y acab¨® ejerciendo de manso animalito de compa?¨ªa para un Deportivo con muy poca autoridad.
Muchas veces se ha criticado a Irureta por su renuencia a hacer cambios antes de que el partido entre en su fase final. Pero tan desesperado debe de andar ¨²ltimamente que los relevos en el descanso casi se han convertido en norma. Anoche le toc¨® a Fran, que tampoco da se?ales de recuperaci¨®n. Nadie le puede discutir su voluntarismo, pero da la impresi¨®n de que est¨¢ muy escaso de facultades. Tal vez por eso haya cogido el vicio de abandonar la banda y refugiarse en el centro, lo que deja a su equipo desnudo por el costado izquierdo. La entrada de Amavisca, que reaparec¨ªa tras una lesi¨®n, dio m¨¢s frescura al grupo, aunque fuese s¨®lo porque a partir de entonces tuvo algo a lo que agarrarse en esa banda.
Irureta sigui¨® hurgando en el banquillo y poco despu¨¦s requiri¨® la presencia de Djalminha, desaparecido desde el principio de temporada. El brasile?o ha ido quemando oportunidades y sabe que se le est¨¢ escapando el tiempo. Pero es de esa clase de gente que se motiva ante las dificultades, y sali¨® al campo dispuesto a cambiar el signo del choque. Tampoco se le vio nada del otro mundo, aunque acab¨® siendo el hombre decisivo. Le dio al equipo una determinaci¨®n que no ten¨ªa hasta entonces y bot¨® el endiablado c¨®rner que propici¨® el ¨²nico gol de la noche con la gentileza de Nacho Gonz¨¢lez, quien en vez de despejar de pu?os meti¨® la pelota en su porter¨ªa. Un gol tan deste?ido como todo el encuentro, a la espera de que el Deportivo recobre la memoria de su verdadero f¨²tbol.
M. Silva y Valer¨®n, fuera
Las dos derrotas consecutivas en Valladolid, ambas con un f¨²tbol bajo m¨ªnimos, han dejado secuelas en el Deportivo y animaron a su entrenador, Javier Irureta, a arriesgarse con decisiones dr¨¢sticas. Mauro Silva y Valer¨®n, hasta hace poco dos futbolistas b¨¢sicos para el equipo, quedaron fuera del once titular. El caso m¨¢s llamativo fue el de Mauro Silva, que vio el partido desde la grada despu¨¦s de que Irureta lo eligiese como el sacrificado de la convocatoria. El jugador arrastraba una sobrecarga, pero su exclusi¨®n no deja de ser significativa del declive f¨ªsico de un futbolista de 34 a?os. Valer¨®n, hundido en el anonimato desde hace alg¨²n tiempo, se qued¨® en el banquillo. Junto a ¨¦l se volvi¨® a sentar Djalminha, en teor¨ªa su sustituto natural, y que el d¨ªa anterior hab¨ªa vuelto a reivindicar un puesto. Pero las ¨²ltimas apariciones del brasile?o, te?idas de mediocridad, no convencieron a Irureta, quien prefiri¨® variar el sistema para dar cabida a Pandiani y jugar con dos puntas. Ayer, Djalminha entr¨® en el segundo tiempo y complet¨® una buena actuaci¨®n. En su lugar sali¨® Trist¨¢n, abucheado por el p¨²blico.
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