El M¨¢laga no remata al Madrid
El equipo de Peir¨® tuvo contra las cuerdas al de Del Bosque, pero permiti¨® que se recuperase al echarse atr¨¢s
El M¨¢laga deshizo, punto por punto, el dec¨¢logo de valores que dieron al Madrid de los ¨²ltimos tiempos un halo m¨¢gico. La omnipresencia de Zidane para conectar a todo el equipo, la facilidad para llegar a posiciones de remate con varios jugadores a la vez, el talento como arma decisiva y una agresividad abrumadora se eclipsaron anoche en La Rosaleda. La explicaci¨®n hay que buscarla en la irreverencia del M¨¢laga para defenderse y atacar en masa, sin atender a la entidad de su visitante ni considerar los riesgos que corr¨ªa con su osad¨ªa. Como si la irreverencia mordaz de Dar¨ªo Silva se hubiera contagiado a todos sus compa?eros, con un punto de fanatismo. As¨ª jug¨® el M¨¢laga. Y el Madrid se qued¨® perplejo. Tan perplejo como el p¨²blico andaluz, que, al principio, prometi¨® vendetta y se termin¨® por sumir en el silencio.
M?LAGA 1| REAL MADRID 1
M¨¢laga: Contreras; Josemi, Litos, Fernando Sanz, Roteta; Gerardo, Miguel ?ngel, Romero, Musampa (Z¨¢rate, m. 75); Dely Vald¨¦s (Canabal, m. 87) y Dar¨ªo Silva. Real Madrid: Casillas; Salgado, Hierro (Karanka, m. 46), Pav¨®n (Solari, m. 60), Roberto Carlos; Figo, Makelele, Helguera, Zidane (Munitis, m. 87); Ra¨²l y Morientes. Goles: 1-0. M. 25. Contragolpe del M¨¢laga, Miguel ?ngel cede a Gerardo, que abre a Dar¨ªo Silva; ¨¦ste supera a Pav¨®n y sirve en bandeja el tanto a Dely Vald¨¦s, en solitario. 1-1. M. 69. Solari cede a Roberto Carlos, que desde la izquierda centra para que Morientes cabecee picado. ?rbitro: Mejuto. Amonest¨® a Roteta, Romero, Salgado y Morientes. Unos 25.000 espectadores en La Rosaleda.
La lesi¨®n de Hierro, que le envi¨® a los vestuarios, termin¨® por dibujar un dilema angustiante para el Madrid. La soluci¨®n, de forma inesperada, se la present¨® el M¨¢laga. Despu¨¦s del descanso, con la entrada de Solari en la banda izquierda y la salida de Pav¨®n, Del Bosque cambi¨® el esquema y plant¨® un rombo. Helguera y Karanka se juntaron en el centro de la defensa y el resto lo hizo el rival. Quiz¨¢ por la inercia, por la reacci¨®n instintiva de proteger su ventaja, o presa del cansancio, el cuadro de Peir¨® baj¨® el pist¨®n. Y lo pag¨®. Porque el Madrid no perdona cuando le dan un cent¨ªmetro. En el momento en que sinti¨® que el nudo corredizo aflojaba, sin alardes y con Roberto Carlos metido en faena, meti¨® al M¨¢laga en aprietos. As¨ª, una jugada iniciada por Solari, que triangul¨® con Makelele y Roberto Carlos, termin¨® en un centro espectacular del brasile?o que Morientes revent¨® con la cabeza.
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