Cuando el cuerpo se cura a s¨ª mismo
Nuevos avances m¨¦dicos para ayudar al p¨¢ncreas y al coraz¨®n a regenerar sus propias c¨¦lulas
Un grupo de cient¨ªficos de la Facultad de Medicina de Harvard ha descubierto para su asombro que en los ratones las c¨¦lulas productoras de insulina del p¨¢ncreas se pueden regenerar. En una investigaci¨®n similar, investigadores del New York Medical College acaban de publicar pruebas convincentes de que el coraz¨®n humano puede producir nuevas c¨¦lulas. Estos hallazgos tienen enormes implicaciones terap¨¦uticas, aunque es posible que entre estas observaciones y los tratamientos m¨¦dicos haya un largo y tortuoso trecho.
La noticia estimulante es que el cuerpo tiene una capacidad de curarse a s¨ª mismo que ha pasado inadvertida. Pero al hacer este descubrimiento, los investigadores encontraron tambi¨¦n un posible escollo terap¨¦utico: una enfermedad subyacente, como la diabetes, que mata las c¨¦lulas del p¨¢ncreas, puede ser m¨¢s r¨¢pida que la regeneraci¨®n de dichas c¨¦lulas. Incluso la adici¨®n de nuevas c¨¦lulas, como las que se derivan de las c¨¦lulas madre, puede resultar in¨²til. Probablemente, para regenerar tejidos y ¨®rganos, sea necesario curar primero la enfermedad subyacente.
Para regenerar tejidos y ¨®rganos, posiblemente hay que curar antes la enfermedad subyacente
Un nuevo trabajo de Piero Anversa demuestra que el coraz¨®n recibe c¨¦lulas para regenerarse
De todas formas, algunos expertos son optimistas. 'Constituyen unos resultados verdaderamente intrigantes', explica Gregory Stock, de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en Los ?ngeles. 'Muestran que puede que haya formas de provocar respuestas del cuerpo que no nos habr¨ªamos atrevido a buscar', comenta.
Sin embargo, en eso era en lo que menos pensaban los cient¨ªficos que dieron con la regeneraci¨®n de las c¨¦lulas del p¨¢ncreas en ratones. De acuerdo con Denise Faustman, una investigadora de la diabetes de Harvard, el trabajo empez¨® porque estaba intentando esquivar un obst¨¢culo b¨¢sico para el tratamiento de la diabetes tipo 1 (el trasplante de c¨¦lulas productoras de insulina no suele funcionar porque las c¨¦lulas nuevas, igual que las originales, son v¨ªctimas de un ataque inmunitario).
Faustman hab¨ªa emprendido la b¨²squeda de un m¨¦todo para inhibir el ataque del sistema inmunol¨®gico, pensando que entonces se podr¨ªan trasplantar con ¨¦xito c¨¦lulas de islotes pancre¨¢ticos en ratones diab¨¦ticos. Tras a?os de trabajo, dieron con un m¨¦todo. Hab¨ªa que adiestrar a las c¨¦lulas del sistema inmunol¨®gico de la sangre para que no atacasen las c¨¦lulas del p¨¢ncreas y, al mismo tiempo, matar a las c¨¦lulas del sistema inmunol¨®gico del p¨¢ncreas en el que estaba teniendo lugar un ataque a los islotes pancre¨¢ticos.
Hab¨ªa llegado el momento de la prueba definitiva. Primero detendr¨ªan la diabetes subyacente con su nuevo m¨¦todo; luego trasplantar¨ªan c¨¦lulas del p¨¢ncreas a los ratones y, para demostrar que las c¨¦lulas hab¨ªan curado a los ratones, retirar¨ªan las c¨¦lulas trasplantadas y esperar¨ªan a que volviera la diabetes. Al principio, el experimento pareci¨® un ¨¦xito: los ratones se curaron de la diabetes. Despu¨¦s los cient¨ªficos extirparon los islotes de c¨¦lulas (trasplantadas en los ri?ones) y, ante su asombro, no hubo ninguna diferencia: los animales segu¨ªan produciendo su propia insulina y sin diabetes.
'?C¨®mo ha podido suceder esto? Se nos cay¨® el alma al suelo', explica Faustman. Al final se les ocurri¨® que a lo mejor no hab¨ªa sido un fracaso. Quiz¨¢ no era necesario trasplantar los islotes porque una vez que los cient¨ªficos hab¨ªan bloqueado la enfermedad subyacente, el p¨¢ncreas pod¨ªa regenerar sus propias c¨¦lulas.
Fue una sorpresa total. Faustman dice que sigue sin saber de d¨®nde vinieron los nuevos islotes. Es posible que provinieran de las c¨¦lulas del p¨¢ncreas, o de c¨¦lulas inmaduras que se originasen en otro lugar del cuerpo y fueran estimuladas para desarrollarse como islotes por se?ales del p¨¢ncreas.
Pero fuera cual fuera su origen, los islotes del p¨¢ncreas estaban funcionando con normalidad, y planteaban la duda de si la misma estrategia de tratamiento podr¨ªa funcionar en los humanos. ?ste es el objetivo, pero seg¨²n el diabet¨®logo David Nathan, 'estamos a¨²n muy lejos'. Calcula que faltan por lo menos un par de a?os antes de que se puedan hacer estudios preliminares en humanos.
Pero ¨¦l est¨¢ entusiasmado. 'Es verdaderamente estupendo', afirma. 'Nos proporciona la posibilidad de tomar gente con diabetes del tipo 1 u otra enfermedad autoinmune que est¨¦ relacionada con la destrucci¨®n de tejidos y, si interrumpes la enfermedad, las c¨¦lulas podr¨ªan volver a crecer'.
Otro ¨®rgano cuyas c¨¦lulas parecen regenerarse es el coraz¨®n. Y aunque algunos expertos en enfermedades del coraz¨®n est¨¢n at¨®nitos, el cient¨ªfico que ha dirigido el estudio, Piero Anversa, investigador del New York Medical College, en Valhalla (EE UU), afirma que ¨¦l nunca crey¨® en el dogma de que el coraz¨®n no pod¨ªa producir nuevas c¨¦lulas. El a?o pasado su grupo aport¨® pruebas que hacen creer que ten¨ªa raz¨®n.
Al estudiar los corazones de personas que hab¨ªan muerto poco despu¨¦s de tener un ataque al coraz¨®n, el grupo de Anversa descubri¨® que hab¨ªa c¨¦lulas divididas en los corazones da?ados y que estas c¨¦lulas eran m¨¢s numerosas en aquellos tejidos que estaban pr¨®ximos al ¨¢rea muerta por el infarto.
Los cardi¨®logos quedaron abrumados. 'Es un avance importante, por lo menos para plantearse de otra forma la capacidad de recuperaci¨®n del coraz¨®n y las formas de reparar un coraz¨®n da?ado', se?ala Valent¨ªn Fuster, antiguo presidente de la Asociaci¨®n del Coraz¨®n de Estados Unidos.
Pero Anversa quer¨ªa saber de d¨®nde proven¨ªan esas c¨¦lulas nuevas del coraz¨®n. ?Est¨¢n ya en el coraz¨®n o vienen de otro sitio, como la m¨¦dula espinal? Se sabe que la m¨¦dula tiene c¨¦lulas inmaduras que, en teor¨ªa, pueden desarrollar c¨¦lulas especializadas.
?l y sus compa?eros han dado con una forma de descubrirlo. Buscar¨ªan hombres a los que se les hubiera trasplantado un coraz¨®n de mujer. Las c¨¦lulas masculinas tienen un cromosoma Y que las c¨¦lulas femeninas no tienen. As¨ª pues, si en una autopsia los corazones femeninos trasplantados a hombres conten¨ªan c¨¦lulas maduras con cromosomas Y, eso demostrar¨ªa que las c¨¦lulas se originaban fuera del coraz¨®n y proven¨ªan de las propias c¨¦lulas del hombre, posiblemente de c¨¦lulas madre ya presentes en su cuerpo y listas para convertirse en c¨¦lulas del coraz¨®n al recibir una se?al. En su informe para la edici¨®n del 3 de enero de The New England Journal of Medicine, Anversa se?ala que hab¨ªa abundantes c¨¦lulas masculinas en los corazones femeninos.
Al preguntarle la raz¨®n por la que un coraz¨®n trasplantado sano pod¨ªa necesitar producir nuevas c¨¦lulas, Anversa dice que el nuevo coraz¨®n no estaba necesariamente tan sano. 'El coraz¨®n est¨¢ sujeto a una enorme cantidad de tensi¨®n', afirma.
Lo normal es que se almacene durante horas un coraz¨®n donado antes de trasplantarlo. Y, dijo, las mujeres tienden a tener corazones m¨¢s peque?os que los hombres, un factor que podr¨ªa suponer un esfuerzo para los corazones de mujer al intentar suministrar sangre al cuerpo m¨¢s grande de un hombre. Los corazones femeninos pueden necesitar adem¨¢s nuevas c¨¦lulas para sustituir a las que fueron da?adas o murieron en el trasplante. Ahora, dice Anversa, el reto que se presenta es descubrir de d¨®nde vienen esas c¨¦lulas que colonizan el coraz¨®n y c¨®mo dirigir el proceso de forma que el coraz¨®n pueda repararse solo.
Preguntas y repercusiones
Hay una pregunta que se cierne sobre las nuevas investigaciones: si al cuerpo se le da tan bien producir nuevas c¨¦lulas como las del coraz¨®n y las del p¨¢ncreas, ?c¨®mo es que la gente desarrolla diabetes y enfermedades del coraz¨®n? ?Por qu¨¦ no puede el cuerpo regenerar constantemente sus ¨®rganos cuando mueren las c¨¦lulas? El trabajo sobre la diabetes aporta una explicaci¨®n, de acuerdo con Denise Faustman. Si el entorno est¨¢ mal -en este caso por una enfermedad subyacente autoinmune que provoca la diabetes- es posible que los mecanismos regeneradores del cuerpo sean incapaces de mantener el ritmo. Lo mismo puede suceder con los corazones da?ados, dijo. Los pacientes con enfermedades del coraz¨®n pueden tener da?os tan graves que los ¨®rganos ya no tienen el andamiaje o las se?ales qu¨ªmicas para que puedan crecer nuevas c¨¦lulas. Este comentario es un aviso para la investigaci¨®n sobre las c¨¦lulas madre, a?ade. Puede que no sea suficiente aportar nuevas c¨¦lulas a los pacientes si no se hace nada para cambiar la enfermedad subyacente. 'Aunque clones tanques de c¨¦lulas, si no cambias el entorno del hu¨¦sped no podr¨¢n hacer su trabajo', a?ade Faustman. Pero el trabajo proporciona tambi¨¦n nuevas esperanzas a la medicina, dicen los investigadores. En un editorial que acompa?a el ¨²ltimo art¨ªculo de Piero Anversa en el New England Journal of Medicine, Robert S. Schwartz y Gregory D. Curfman se?alan que los descubrimientos tienen muchas repercusiones. 'Aumentan la esperanza de que, en contra de la creencia tradicional, el coraz¨®n pueda repararse a s¨ª mismo', escribieron. Seg¨²n ellos, esto implica la posibilidad de que los cient¨ªficos puedan estimular esa reparaci¨®n. Creen que no es una meta tan imposible. 'Estrategias terap¨¦uticas como ¨¦sta, que antes eran s¨®lo quimeras, son ahora objetivos realistas que podr¨ªan estar pronto a nuestro alcance', afirman.
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