Rojo pierde el pulso con la grada

Alfonso Solans, m¨¢ximo mandatario del Zaragoza, hab¨ªa expresado en m¨¢s de una ocasi¨®n su total apoyo a Txetxu Rojo, entrenador que ya situ¨® al conjunto ma?o cuarto hace dos campa?as y al que rescat¨® tras una temporada en el Athletic. En ¨¦l deleg¨® la responsabilidad de guiar al conjunto ma?o esta temporada incluso por Europa. Sin embargo, la presi¨®n popular ha podido con ¨¦l y tras largas horas de reuniones, el consejo del Zaragoza decidi¨® ayer destituir a Rojo y relevarlo por Luis Costa. ?ste, un hombre de la casa convertido en recurso habitual, ya se sent¨® en el banquillo el a?o pasado -cuando el que cay¨® fue Lillo- y consigui¨® ganar la Copa.

El pesar de la afici¨®n zaragocista ha podido en esta ocasi¨®n con las decisiones de los mandatarios. Y es que la situaci¨®n entre los aficionados y Rojo se hac¨ªa insostenible. El car¨¢cter arisco y excesivamente expresivo del vasco hab¨ªa terminado con la paciencia de la gente. Rojo ha tenido duros enfrentamientos verbales con seguidores ma?os. Un dato: minuto 78 de partido ante un rival directo, el Villarreal. Empate en el marcador y penalti a favor del Zaragoza. Parec¨ªa un momento decisivo para expresar el apoyo al equipo, pero la afici¨®n no lo entendi¨® as¨ª y el Toro Acu?a tuvo que anotar la pena m¨¢xima entre gritos de 'Txetxu, vete ya'. Un c¨¢ntico que ha terminado por hacerse c¨¦lebre, hasta el punto de que el domingo pasado en el S¨¢nchez Pizju¨¢n los aficionados sevillistas de los Biris acabaron core¨¢ndolo de forma ir¨®nica.

Tampoco ha perdonado la afici¨®n el trato que Rojo ha dado a dos de los jugadores m¨¢s queridos de la plantilla, Jamelli y Jos¨¦ Ignacio. Al primero le apart¨® de las convocatorias durante tres meses tras discutir airadamente con ¨¦l en el descanso del partido de la UEFA que les enfrent¨® al Servette. A Jos¨¦ Ignacio, que nada m¨¢s comenzar la temporada lleg¨® a ser internacional, le tuvo casi una hora calentando en un partido para sacarlo en el descuento, algo que no gust¨® nada al riojano ni a la propia afici¨®n.

Pero no s¨®lo su forma de ser ha precipitado la salida de Rojo del club. Los resultados tampoco han acompa?ado. El Zaragoza comenz¨® la temporada con muchas ilusiones. Expectativas que poco a poco fueron cayendo. Primero la eliminaci¨®n copera ante el Logro?¨¦s, un Segunda B. M¨¢s tarde el varapalo de caer en la UEFA ante un rival mediocre, el Servette, dando una pobre imagen en toda Europa. Y por ¨²ltimo la Liga: el Zaragoza es decimosexto, a dos puntos del descenso.

Pero lo cierto es que ni Solans, ni el Consejo, ni el 90% de la plantilla futbol¨ªstica, ni el secretario t¨¦cnico, Pedro Herrera, quer¨ªan destituir a Rojo. No as¨ª la grada, que lo reclamaba casi desde el principio de la temporada. Un divorcio anunciado.