La noche espa?ola pone calor en el Midem

El Palacio de Festivales de Cannes se prepar¨® en la noche del martes para recibir a la representaci¨®n musical espa?ola, que, con sus canciones, puso un poco de calor en un Midem que no va a pasar precisamente a la historia por su glamour o simple inter¨¦s a la hora de descubrir artistas o tendencias novedosas en el ¨¢mbito de lo estrictamente musical. En la gran sala Mediterran¨¦e, y abriendo un festival internacional y de fuerte componente ¨¦tnico, Rosario ofreci¨® al p¨²blico una actuaci¨®n de media hora en la que sonaron temas de toda su discograf¨ªa, en especial de su ¨²ltimo disco, Muchas flores.

Rosario, que ven¨ªa directamente desde Par¨ªs, en donde se rodaron los ¨²ltimos planos del filme de Pedro Almod¨®var, desgran¨® sus canciones ante un p¨²blico un tanto fr¨ªo pero que al son de las rumbas comenz¨® a entrar en ambiente de juerga y baile.

Otras tres propuestas espa?olas se abr¨ªan hueco en un Midem en el que, aparte de la oferta de los pa¨ªses escandinavos -el pr¨ªncipe Haakon de Noruega aval¨® con su presencia a los artistas de su pa¨ªs-, el jazz suizo y la m¨²sica electr¨®nica -barata, cansina, repetitiva- de todas partes, poco bueno ha habido para o¨ªr. El veterano Javier Ruibal abr¨ªa la velada con el concurso de su hijo en las percusiones y del excelente guitarrista flamenco Tito Alcedo como acompa?antes. Ruibal, uno de los m¨¢s interesantes cantautores de eco sure?o y voluntad mestiza, se mostr¨® impecable interpretando los temas de su ¨²ltimo disco, Las damas primero, en los que despleg¨® una sensibilidad, un talante cosmopolita y una l¨ªnea musical que le hace viajar desde el jazz al pop con la canci¨®n rom¨¢ntica como veh¨ªculo.

El desmadre y la gracia la pon¨ªa el grupo de Jerez Los Delinq¨¹entes. Su estilo callejero, proveniente de manera inequ¨ªvoca de las chirigotas de los carnavales de C¨¢diz, no requiere de la comprensi¨®n de las letras para contagiar de alegr¨ªa y pasarlo bien a audiencias de cualquier sitio del mundo.

Armados de guitarras espa?olas, percusiones y una gracia y un desparpajo antol¨®gicos, se metieron a los asistentes en el bolsillo con las canciones de su ¨²nico disco hasta la fecha, El sentimiento garapatero que nos traen las flores, dejando claro que los artistas de Jerez deben tener algo que da la tierra; algo, como lo que ten¨ªa Lola Flores o tiene Tomasito, que les hace artistas en cuanto llegan a este mundo.

Finaliz¨® la noche el rock setentero de Garaje Jack, representantes de una escuela de rockeros a los que no parece preocupar el paso del tiempo y las idas y venidas de la moda. Hacen una m¨²sica emparentada con el Rod Stewart del disco Every picture tells a story o con The Black Crowes.