En guante de terciopelo
Este Partido Popular que inaugura hoy en Madrid su triunfal XIV Congreso -el que debe marcar la pauta del tardoaznarismo y poner las bases del posaznarismo- presenta, como novedad respecto de asambleas anteriores, una apariencia doctrinal decididamente hipocal¨®rica o light, si podemos juzgarla a trav¨¦s de los documentos congresuales. Es bien cierto que, en esos papeles, los populares se muestran encantados de haberse conocido y carentes de sentido autocr¨ªtico alguno; para decirlo coloquialmente, no s¨®lo no tienen abuela, sino que simulan creer que la historia de Espa?a comenz¨® en 1996 -con algunos pr¨®dromos legislativos all¨¢ por 1978...-, y nos anuncian que llegaremos muy pronto al pa¨ªs de Cuca?a o reino de Jauja, rebautizado por ellos como 'la nueva sociedad del pleno empleo y las oportunidades'.
No obstante, descontadas las sobredosis de autocomplacencia y la invocaci¨®n casi religiosa que alg¨²n ponente hace del 'centro reformista', es preciso reconocer que los textos ideol¨®gicos de mayor calado est¨¢n llenos de cautelas formales, de circunloquios melifluos, de proclamaciones antidogm¨¢ticas. As¨ª, la ponencia titulada El patriotismo constitucional, a cargo de Josep Piqu¨¦ y Mar¨ªa San Gil, se presenta como 'una reflexi¨®n serena y pausada', 'no excluyente, sino abierta a todos, que la podamos compartir con cuantos m¨¢s mejor. No pretendemos arrogarnos ning¨²n tipo de monopolio. Nadie es due?o de la idea de Espa?a. (...) Espa?a es algo que hacemos entre todos'. En esta l¨ªnea, San Gil y Piqu¨¦ enuncian su 'patriotismo constitucional' como un 'concepto marco' tan et¨¦reo y gaseoso que ni siquiera 'exige que todas las sensibilidades pol¨ªticas tengan la misma y coincidente idea de Espa?a'; tan abierto al compromiso, el pacto y el consenso, que 'es compatible y coherente con las sensibilidades de pertenencia a cualquier nacionalidad hist¨®rica'. 'El patriotismo constitucional que propugnamos', concluyen, 'no aspira tanto a zanjar debates jur¨ªdicos, o hist¨®ricos, o filos¨®ficos (...). No aspira a reescribir la historia'.
As¨ª es, en efecto. Suaviter in modo, seg¨²n la vieja recomendaci¨®n jesu¨ªtica, el ministro y la concejal han esquivado en lo posible los choques dial¨¦cticos, pero eso no significa que el suyo sea un patriotismo inerme; s¨®lo ha renovado el arsenal. En vez de extraer su legitimaci¨®n de la existencia de una naci¨®n espa?ola milenaria, o de una historia forjadora de identidad, o de una lengua com¨²n nunca impuesta ni obligatoria, o de cualquier otro antiguo artefacto ideol¨®gico o sentimental, el neopatriotismo de Piqu¨¦ y San Gil se fundamenta en... el ¨¦xito. En el ¨¦xito, s¨ª; de ah¨ª la exaltaci¨®n constante que los ponentes hacen de Espa?a como 'realidad pujante', 'que ejerce crecientes responsabilidades en el mundo'. 'Tenemos un gran pa¨ªs, una sociedad abierta y llena de dinamismo, libre, plural y democr¨¢tica, y desempe?amos un lugar importante en el concierto internacional'. 'Espa?a es un gran pa¨ªs'. 'Espa?a ha dejado de ser un problema. (...) Espa?a es una magn¨ªfica oportunidad (...); Espa?a es un pa¨ªs din¨¢mico'. 'Hoy Espa?a es el pa¨ªs m¨¢s abierto de la Uni¨®n Europea'. 'Espa?a puede estar definitivamente entre los grandes pa¨ªses'. Las redundancias, por supuesto, son del texto original, y no transcribo m¨¢s porque no cabr¨ªan.
Frente a tantos y tales triunfos, habida cuenta de que 'vivimos en un sistema extraordinariamente descentralizado, (...) igual -si no superior- al de los Estados federales', y que disfrutamos las bondades de 'lo que funciona', esto es, del marco constitucional; ante este panorama id¨ªlico, ?qui¨¦n puede cuestionarlo o ponerle objeciones? S¨®lo los portadores de 'viejas ideas, viejos prejuicios y agravios, viejas historias', los que a?oran 'situaciones y problemas que afortunadamente hemos superado', 'minor¨ªas instaladas en un tiempo pasado', cultivadores de 'la insatisfacci¨®n y el victimismo permanentes', creyentes en 'pa¨ªses imaginarios que no responden a la realidad de hoy' (?Euskadi? ?Catalu?a?)...; en pocas palabras: esos 'nacionalistas excluyentes' que 'exaltan la diferencia y ponen la identidad por encima de la libertad'. Para los ponentes donostiarra y catal¨¢n, terrorismo, 'pretensi¨®n secesionista' y 'presunto derecho de autodeterminaci¨®n' forman un continuo conceptual indisociable, mientras que 'Constituci¨®n, Espa?a, libertad, vocaci¨®n europea, son t¨¦rminos sin¨®nimos'. Fuera de Espa?a y de la Constituci¨®n, pues, no hay ni libertad ni oportunidades europeas que valgan, y los de la soberan¨ªa compartida o el federalismo asim¨¦trico son 'debates claramente est¨¦riles' sobre 'modelos hist¨®ricamente fracasados en Espa?a'.
Por si esto no bastase para evidenciar que bajo el guante de terciopelo sigue alojado el pu?o de hierro, San Gil y Piqu¨¦ apuntan otra idea, que la ponencia redactada por Pilar del Castillo y Gabriel Elorriaga desarrolla luego de forma exhaustiva: la de que, tras los sucesos del 11 de septiembre, estamos asistiendo al 'resurgir de los Estados'. Nada, pues, de declive de los Estados-naci¨®n, nada de difuminarlos en el seno de la UE, ni de someterlos a 'f¨®rmulas de imposible e indeseable homogeneizaci¨®n' europea. Vuelve el Estado -como volv¨ªa el hombre, en aquel anuncio de colonia-, y los populares conciben el espa?ol muy musculado: monopolizador irrestricto de las relaciones exteriores, guardi¨¢n del bien com¨²n, de la unidad de mercado, de la homogeneidad educativa, vertebrador y cohesionador de todo lo vertebrable y cohesionable.
Tales son, en apretada s¨ªntesis, los contenidos del desaf¨ªo doctrinal que el PP ha lanzado a Converg¨¨ncia i Uni¨® y que ¨¦sta deber¨ªa, a medio plazo, responder. Desde luego, para aquellos que entiendan el catalanismo pol¨ªtico s¨®lo en t¨¦rminos de gesti¨®n interna y de propuesta regeneracionista para Espa?a, para ¨¦sos no ser¨¢ f¨¢cil escapar al 'abrazo del pragmatismo' de Aznar, Piqu¨¦ y compa?¨ªa.
Joan B. Culla i Clar¨¤ es profesor de Historia contempor¨¢nea de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona.
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