El 6% de los drogadictos comparten jeringuillas

El miedo al sida y los programas de intercambio de jeringuillas han logrado que el 94% de los consumidores de drogas por v¨ªa intravenosa hayan dejado el peligroso h¨¢bito de compartir chutas. Pero hay un 6% de irreductibles que siguen empleando agujas ya usadas, seg¨²n una encuesta, a¨²n sin publicar, realizada por la Consejer¨ªa de Sanidad a 539 toxic¨®manos en noviembre de 2000. Otro 46%, aunque utiliza hipod¨¦rmicas nuevas, comparte el recipiente donde prepara la dosis, otra pr¨¢ctica desaconsejable.

Dulce L¨®pez-Gay, responsable del registro del sida, dependiente de la Consejer¨ªa de Sanidad, dirigida por Jos¨¦ Ignacio Ech¨¢niz, cree que no hay que bajar la guardia ante ese 6% de toxic¨®manos que siguen compartiendo chutas (el dato de 1999 fue similar): 'Es verdad que esa pr¨¢ctica de riesgo se ha reducido mucho, pero si nos cruzamos de brazos y nos damos por satisfechos puede repuntar. Por eso hay que ampliar los programas de intercambio de jeringuillas, que, sin duda, han experimentado un gran crecimiento, la muestra es que el 82% de los consumidores por v¨ªa intravenosa encuestados ha recurrido a ellos'.

Otra de las razones para incrementar estos programas es el cada vez m¨¢s habitual consumo intravenoso de coca¨ªna, que requiere m¨¢s pinchazos al d¨ªa y por tanto m¨¢s agujas. En 2000 la Agencia regional Antidroga entreg¨® 1.900.000 jeringuillas y 350.000 preservativos a trav¨¦s de ONG, centros de emergencia, narcosala...

L¨®pez-Gay tambi¨¦n hace hincapi¨¦ en ese 46% que comparte los botes de refresco, cucharas u otros recipientes donde los consumidores mezclan las drogas, en polvo, con agua destilada para disolverlas. 'Es una costumbre con cierto riesgo porque puede haber alguien que meta al bote una jeringuilla usada y contagie alguna enfermedad a todos los que lo comparten. Para erradicarla hacen falta m¨¢s puntos limpios de inyecci¨®n, como la narcosala o bastar¨ªa con que, adem¨¢s de agujas, se facilitasen a los usuarios recipientes nuevos para hacer la mezcla', matiza. S¨®lo un 38,7% de los drogodependientes mantiene un consumo sin riesgos, sin compartir jeringuillas ni botes.

Jorge Guti¨¦rrez, presidente de la ONG Madrid Positivo, que trabaja con drogodependientes, considera que estos datos 'demuestran las dificultades que existen, a pesar de todos los pasos dados, para evitar la transmisi¨®n del VIH y otras enfermedades entre la poblaci¨®n m¨¢s marginada'.

La mitad de las entrevistas se realizaron en los poblados marginales vallecanos de La Rosilla (ya desmantelado) y Las Barranquillas (el hipermercado de la droga de la ciudad), y el resto en zonas de San Blas, Torrej¨®n de Ardoz y Alcobendas, frecuentadas por drogodependientes. A los encuestados, que no ten¨ªan que identificarse, se les di¨® una gratificaci¨®n (1.000 pesetas o un obsequio) y se les pidi¨® una muestra de saliva para saber si eran seropositivos. 'Nuestro objetivo es vigilar los tipos de consumo para evitar los de riesgo. ?ste el segundo informe que hacemos, el primero, en 1999, fue s¨®lo de La Rosilla', a?ade L¨®pez-Gay.

El 79% de los encuestados son hombres, m¨¢s de la mitad con edades entre los 30 y los 39 a?os y la mayor¨ªa politoxic¨®manos. El 72% toma principalmente hero¨ªna; el 83% coca¨ªna y el 73% mezcla de ambas drogas. El 23% de los heroin¨®manos consume esta sustancia por v¨ªa intravenosa; lo mismo ocurre con el 42% de los cocain¨®manos y con el 40% de quienes utilizan la mezcla.

El 35,4% de los entrevistados dieron positivo en la prueba para detectar el VIH a trav¨¦s de la saliva. La mitad comenzaron a pincharse hace m¨¢s de una d¨¦cada, cuando era com¨²n compartir agujas, lo que provoc¨® una alta infecci¨®n de VIH: en 1991 el 66% de los adictos estaban contagiados.

Uso de preservativos

A L¨®pez-Gay tambi¨¦n le preocupan los datos relacionados con el uso de preservativos en esta poblaci¨®n con tantos seropositivos. De los 250 entrevistados que dicen tener pareja estable un 52% no usa nunca cond¨®n; porcentaje que baja al 15% entre los que mantienen relaciones sexuales sin continuidad. 'Eso indica que hay que incidir en los programas de sexo seguro con esta poblaci¨®n', concluye la responsable del registro de VIH.

Un tercio de los encuestados aseguran vivir en la calle; otro 19% en albergues y un 50% en su casa. El 17% carece de estudios o tiene un nivel de formaci¨®n primaria (61%). Un 78% est¨¢ parado. El 20% afirma a tener un trabajo remunerado; un 18% recibe prestaciones sociales; un 12% sobrevive a base de vender a otros toxic¨®manos jeringuillas o papeles de plata (para fumar chinos de hero¨ªna) que ellos obtienen de las ONG de forma gratuita; a un 27% les ayudan compa?eros o familiares y un 3% vive de la prostituci¨®n. M¨¢s de la mitad (57,5%) ha estado alguna vez en prisi¨®n.