Luz que agoniza

El suministro de energ¨ªa el¨¦ctrica en Espa?a, un servicio esencial en cualquier sociedad avanzada, se ha convertido en un buen problema gracias a la inacci¨®n concertada de las empresas productoras, el Gobierno de la naci¨®n y el organismo regulador encargado de repartir entre los consumidores los kilovatios producidos, que es Red El¨¦ctrica de Espa?a (REE). Los consternados ciudadanos espa?oles han descubierto que en el llamado Primer Mundo, en el que viven, pueden producirse apagones continuados y deficiencias de suministro como si vivieran en un pa¨ªs en v¨ªa de desarrollo, sin que las compa?¨ªas el¨¦ctricas reconozcan su responsabilidad y paguen por ella en forma de facturas m¨¢s reducidas a los usuarios, ni el Gobierno reaccione con firmeza ante la degradaci¨®n galopante del servicio. La situaci¨®n es tan ca¨®tica que, casi al mismo tiempo que el secretario de Estado de Econom¨ªa negaba en el Congreso que en el sistema el¨¦ctrico espa?ol se est¨¦n produciendo fallos generalizados de suministro, un informe de REE fechado a comienzos de enero de este a?o calificaba de 'realmente grave' la situaci¨®n del sistema el¨¦ctrico.

La negligencia de la Administraci¨®n central en tomar medidas correctoras de esta situaci¨®n ha llevado a algunas comunidades auton¨®mas, como Extremadura, a aprobar sus propias leyes para sancionar a las empresas por los apagones que atormentan a los usuarios dom¨¦sticos y a las empresas. Tales iniciativas se explican por la exasperaci¨®n, pero lo cierto es que pueden contribuir a aumentar el desorden. Si la decisi¨®n de Extremadura se contagia a otras comunidades aut¨®nomas se corre el riesgo de acabar en un aut¨¦ntico mosaico de normas y reglamentos sancionadores que perturben la unidad del mercado el¨¦ctrico y condicionen la localizaci¨®n de las empresas.

El Gobierno est¨¢ obligado a mover pieza. El Ministerio de Econom¨ªa ha elaborado un proyecto de acuerdo ministerial que concede poderes de excepci¨®n a Red El¨¦ctrica para evitar apagones tan bochornosos como los ocurridos hace un mes mediante la compra de electricidad por encima de los precios vigentes en el mercado, la puesta en marcha de producciones no rentables con los par¨¢metros actuales y otras facultades extraordinarias para interrumpir ordenadamente el suministro el¨¦ctrico. Por razones inexplicadas, y que quiz¨¢ tengan que ver con las presiones de las empresas interesadas en subir las tarifas el¨¦ctricas con la amenaza de apagones, el Gobierno no ha aprobado la disposici¨®n.

Como en otras ocasiones, los consumidores dom¨¦sticos acabar¨¢n pagando el pato de un forcejeo pol¨ªtico al que son ajenos. Conviene recordar que, incluso sin recurrir a legislaciones de car¨¢cter extraordinario, el Gobierno tiene la capacidad legal para intervenir cuando considere que la calidad del servicio el¨¦ctrico no cumple unas exigencias m¨ªnimas. Hasta el momento, no ha ejercido este derecho. Deber¨ªa tomar las medidas necesarias para evitar que lleguemos a una situaci¨®n en que la luz tenga que encenderse con cartillas de racionamiento.