El se?or del cuadril¨¢tero
Est¨¢ en el despacho que tiene en su granja, en el sur de Michigan, pintando. Es un hombre tan grande -mide m¨¢s de 1,90 metros y es tan s¨®lido como un muro - que deja peque?a la mesa de reuniones a la que est¨¢ sentado. Ante ¨¦l tiene una gran hoja de papel y varios rotuladores negros. En el centro ha dibujado un peque?o ring de boxeo, con dos monigotes diminutos. El m¨¢s grande tiene un letrero que dice: 'Muhammad Ali', y est¨¢ d¨¢ndole un buen pu?etazo al otro, mucho m¨¢s peque?o, que representa a Joe Frazier. Alrededor del cuadril¨¢tero y hasta los bordes del papel, el artista, antes conocido como Cassius Clay, dibuja puntos con el rotulador negro, centenares de puntos, uno por cada espectador. 'Emoci¨®n en Manila', dice con dificultad, en un ronco susurro. '?ste es el p¨²blico'. Hace estos dibujos con frecuencia, recrea sus gloriosos combates. Pintar los puntos le mantiene ocupado durante horas y le ayuda a conservar sus habilidades motoras, que han disminuido a causa del parkinson que sufre desde hace dos d¨¦cadas. En cambio, la mente y el sentido del humor de Ali, que cumpli¨® 60 a?os la semana pasada, siguen en plena forma. Mientras pinta habla de Ali, la pel¨ªcula sobre su vida que protagoniza Will Smith.
Pinta para conservar sus habilidades motoras, que han disminuido a causa del parkinson. Pero su mente y su sentido del humor siguen en plena forma
Como preparaci¨®n para la pel¨ªcula, Will Smith estudi¨® la fe isl¨¢mica de Ali, aprendi¨® a boxear, se entren¨® durante un a?o y gan¨® 14 kilos de musculatura
'Ha hecho un buen trabajo', comenta Ali, que se encarn¨® a s¨ª mismo en la horrible biograf¨ªa de 1977, The greatest. Como preparaci¨®n para este nuevo filme, bajo la vigilancia del director Michael Mann (El dilema), Smith estudi¨® la fe isl¨¢mica de Ali, aprendi¨® a boxear y se entren¨® durante un a?o. El actor, de 33 a?os, gan¨® casi 14 kilos de musculatura para transformar su cuerpo en una r¨¦plica casi perfecta del campe¨®n en su mejor momento. Cuando se le hace este comentario, Ali levanta la vista de su dibujo y, con los ojos brillantes y una ligera sonrisa, contesta: 'Dicen que todos nosotros nos parecemos.' Ali dice con frecuencia este tipo de cosas para escandalizar a los extra?os.
La verdad es que nadie se parece a Ali. Smith es seguramente la estrella de cine m¨¢s simp¨¢tica del planeta, pero ni siquiera ¨¦l tiene el peculiar modelo gen¨¦tico de belleza, gracia y bravuconer¨ªa que posee el boxeador. Hacer una pel¨ªcula sobre Ali -uno de los personajes p¨²blicos m¨¢s idolatrados, vilipendiados y complejos del siglo XX- era un arriesgado acto de soberbia y dedicaci¨®n, todo en uno. 'Para un afroamericano, Muhammad Ali es el papel m¨¢s importante que se puede interpretar. Malcolm X, Muhammad Ali y Nelson Mandela son papeles que implican una responsabilidad', afirma Smith. 'El grado de dedicaci¨®n a este papel no puede compararse con nada de lo que he hecho hasta ahora, salvo mi familia'. El viaje de Ali hacia la pantalla comenz¨® hace una d¨¦cada, cuando Oliver Stone habl¨® con el campe¨®n sobre la posibilidad de rodar una biograf¨ªa suya. La colaboraci¨®n profesional se interrumpi¨® cuando el director se neg¨® a compartir el control creativo de la obra, aunque acabaron como amigos. En 1992, Howard Bingham, confidente y fot¨®grafo de Ali desde hace tiempo, y Lonnie Ali, su cuarta esposa y socia en los negocios, entraron en contacto con el productor Paul Ardaji. Ardaji, amigo de la familia y ex directivo publicitario, puso en venta los derechos para llevar al cine la vida del boxeador, y los compr¨® Sony. Los Ali conservaron un control contractual sobre la historia y se reunieron con los cinco escritores (incluido Mann) que iban a trabajar en el gui¨®n.
Cuando el matrimonio ley¨® un borrador de Steve Rivele y Chris Wilkinson (Nixon), Lonnie hizo dos peticiones. 'Una fue que deb¨ªamos mostrarnos respetuosos con las mujeres en la vida de Ali', cuenta Rivele. 'La otra, dejar claro que Ali no hab¨ªa hecho ni una sola tarea dom¨¦stica en toda su vida'. El primer gui¨®n, que entreg¨® en 1996 Gregory Allen Howard (Titanes. Hicieron historia), proporcionaba este fascinante an¨¢lisis: 'La clave de la vida de Ali es la relaci¨®n con su padre, que siempre le ignor¨®. Eso explica su necesidad de agradar a hombres mayores que ¨¦l, como Malcolm X, Elijah Muhammad, Howard Cosell y Don King'. Tras varias varias revisiones m¨¢s del gui¨®n, empezaron a rondar la pel¨ªcula muchos directores, entre ellos Barry Sonnenfeld, Curtis Hanson y Spike Lee. Al final, Mann acab¨® qued¨¢ndose con el trabajo tras hablar con los Ali. 'Ten¨ªan miedo de la sentimentalizaci¨®n', dice Mann, 'de una versi¨®n lacrim¨®gena. Y lo que no quer¨ªan ellos es lo mismo que no quiero yo'. Cuando se le pregunta al boxeador por qu¨¦ no escogi¨® a un director negro, contesta: 'S¨¦ que los que han hecho la pel¨ªcula est¨¢n capacitados. Me da igual de qu¨¦ color sean'. Su mujer a?ade: 'Muhammad no quer¨ªa que fuera una pel¨ªcula s¨®lo para el p¨²blico negro, sino para todas las culturas'.
Mann convenci¨® a Smith al prometerle que le ayudar¨ªa durante toda la preparaci¨®n f¨ªsica, emocional y espiritual necesaria. 'Hasta entonces no ve¨ªa c¨®mo pod¨ªa convertirme en Ali', dice Smith. Mann decidi¨® mantener una duraci¨®n manejable y se centr¨® s¨®lo en los a?os de los derechos civiles y Vietnam, cuando 'desempe?¨® su papel m¨¢s profundo e importante'. El gui¨®n definitivo de Mann, en colaboraci¨®n con Eric Roth, empieza en 1964, cuando el joven Cassius Clay derrota a Sonny Liston en el campeonato del mundo de los pesos pesados. Reci¨¦n obtenida la victoria, anuncia p¨²blicamente, desafiante, su devoci¨®n por la Naci¨®n del Islam -un grupo musulm¨¢n negro al que la Norteam¨¦rica blanca consider¨®, en su momento, una grave amenaza- y adopta un nombre ¨¢rabe. El Comit¨¦ de Boxeo le retira su t¨ªtulo cuando se niega a ir a Vietnam ('Ning¨²n vietcong me ha llamado nunca negro para insultarme'). La pel¨ªcula dura dos horas y media y llega hasta cuando Ali recupera el t¨ªtulo frente a George Foreman en la famosa pelea en la jungla celebrada en Zaire. La secuencia se rod¨® en Mozambique con 2.000 extras remunerados y m¨¢s de 20.000 voluntarios. El coste de la visi¨®n ¨¦pica del director: al menos, 105 millones de d¨®lares.
? TimeEst¨¢ en el despacho que tiene en su granja, en el sur de Michigan, pintando. Es un hombre tan grande -mide m¨¢s de 1,90 metros y es tan s¨®lido como un muro - que deja peque?a la mesa de reuniones a la que est¨¢ sentado. Ante ¨¦l tiene una gran hoja de papel y varios rotuladores negros. En el centro ha dibujado un peque?o ring de boxeo, con dos monigotes diminutos. El m¨¢s grande tiene un letrero que dice: 'Muhammad Ali', y est¨¢ d¨¢ndole un buen pu?etazo al otro, mucho m¨¢s peque?o, que representa a Joe Frazier. Alrededor del cuadril¨¢tero y hasta los bordes del papel, el artista, antes conocido como Cassius Clay, dibuja puntos con el rotulador negro, centenares de puntos, uno por cada espectador. 'Emoci¨®n en Manila', dice con dificultad, en un ronco susurro. '?ste es el p¨²blico'. Hace estos dibujos con frecuencia, recrea sus gloriosos combates. Pintar los puntos le mantiene ocupado durante horas y le ayuda a conservar sus habilidades motoras, que han disminuido a causa del parkinson que sufre desde hace dos d¨¦cadas. En cambio, la mente y el sentido del humor de Ali, que cumpli¨® 60 a?os la semana pasada, siguen en plena forma. Mientras pinta habla de Ali, la pel¨ªcula sobre su vida que protagoniza Will Smith.
'Ha hecho un buen trabajo', comenta Ali, que se encarn¨® a s¨ª mismo en la horrible biograf¨ªa de 1977, The greatest. Como preparaci¨®n para este nuevo filme, bajo la vigilancia del director Michael Mann (El dilema), Smith estudi¨® la fe isl¨¢mica de Ali, aprendi¨® a boxear y se entren¨® durante un a?o. El actor, de 33 a?os, gan¨® casi 14 kilos de musculatura para transformar su cuerpo en una r¨¦plica casi perfecta del campe¨®n en su mejor momento. Cuando se le hace este comentario, Ali levanta la vista de su dibujo y, con los ojos brillantes y una ligera sonrisa, contesta: 'Dicen que todos nosotros nos parecemos.' Ali dice con frecuencia este tipo de cosas para escandalizar a los extra?os.
La verdad es que nadie se parece a Ali. Smith es seguramente la estrella de cine m¨¢s simp¨¢tica del planeta, pero ni siquiera ¨¦l tiene el peculiar modelo gen¨¦tico de belleza, gracia y bravuconer¨ªa que posee el boxeador. Hacer una pel¨ªcula sobre Ali -uno de los personajes p¨²blicos m¨¢s idolatrados, vilipendiados y complejos del siglo XX- era un arriesgado acto de soberbia y dedicaci¨®n, todo en uno. 'Para un afroamericano, Muhammad Ali es el papel m¨¢s importante que se puede interpretar. Malcolm X, Muhammad Ali y Nelson Mandela son papeles que implican una responsabilidad', afirma Smith. 'El grado de dedicaci¨®n a este papel no puede compararse con nada de lo que he hecho hasta ahora, salvo mi familia'. El viaje de Ali hacia la pantalla comenz¨® hace una d¨¦cada, cuando Oliver Stone habl¨® con el campe¨®n sobre la posibilidad de rodar una biograf¨ªa suya. La colaboraci¨®n profesional se interrumpi¨® cuando el director se neg¨® a compartir el control creativo de la obra, aunque acabaron como amigos. En 1992, Howard Bingham, confidente y fot¨®grafo de Ali desde hace tiempo, y Lonnie Ali, su cuarta esposa y socia en los negocios, entraron en contacto con el productor Paul Ardaji. Ardaji, amigo de la familia y ex directivo publicitario, puso en venta los derechos para llevar al cine la vida del boxeador, y los compr¨® Sony. Los Ali conservaron un control contractual sobre la historia y se reunieron con los cinco escritores (incluido Mann) que iban a trabajar en el gui¨®n.
Cuando el matrimonio ley¨® un borrador de Steve Rivele y Chris Wilkinson (Nixon), Lonnie hizo dos peticiones. 'Una fue que deb¨ªamos mostrarnos respetuosos con las mujeres en la vida de Ali', cuenta Rivele. 'La otra, dejar claro que Ali no hab¨ªa hecho ni una sola tarea dom¨¦stica en toda su vida'. El primer gui¨®n, que entreg¨® en 1996 Gregory Allen Howard (Titanes. Hicieron historia), proporcionaba este fascinante an¨¢lisis: 'La clave de la vida de Ali es la relaci¨®n con su padre, que siempre le ignor¨®. Eso explica su necesidad de agradar a hombres mayores que ¨¦l, como Malcolm X, Elijah Muhammad, Howard Cosell y Don King'. Tras varias varias revisiones m¨¢s del gui¨®n, empezaron a rondar la pel¨ªcula muchos directores, entre ellos Barry Sonnenfeld, Curtis Hanson y Spike Lee. Al final, Mann acab¨® qued¨¢ndose con el trabajo tras hablar con los Ali. 'Ten¨ªan miedo de la sentimentalizaci¨®n', dice Mann, 'de una versi¨®n lacrim¨®gena. Y lo que no quer¨ªan ellos es lo mismo que no quiero yo'. Cuando se le pregunta al boxeador por qu¨¦ no escogi¨® a un director negro, contesta: 'S¨¦ que los que han hecho la pel¨ªcula est¨¢n capacitados. Me da igual de qu¨¦ color sean'. Su mujer a?ade: 'Muhammad no quer¨ªa que fuera una pel¨ªcula s¨®lo para el p¨²blico negro, sino para todas las culturas'.
Mann convenci¨® a Smith al prometerle que le ayudar¨ªa durante toda la preparaci¨®n f¨ªsica, emocional y espiritual necesaria. 'Hasta entonces no ve¨ªa c¨®mo pod¨ªa convertirme en Ali', dice Smith. Mann decidi¨® mantener una duraci¨®n manejable y se centr¨® s¨®lo en los a?os de los derechos civiles y Vietnam, cuando 'desempe?¨® su papel m¨¢s profundo e importante'. El gui¨®n definitivo de Mann, en colaboraci¨®n con Eric Roth, empieza en 1964, cuando el joven Cassius Clay derrota a Sonny Liston en el campeonato del mundo de los pesos pesados. Reci¨¦n obtenida la victoria, anuncia p¨²blicamente, desafiante, su devoci¨®n por la Naci¨®n del Islam -un grupo musulm¨¢n negro al que la Norteam¨¦rica blanca consider¨®, en su momento, una grave amenaza- y adopta un nombre ¨¢rabe. El Comit¨¦ de Boxeo le retira su t¨ªtulo cuando se niega a ir a Vietnam ('Ning¨²n vietcong me ha llamado nunca negro para insultarme'). La pel¨ªcula dura dos horas y media y llega hasta cuando Ali recupera el t¨ªtulo frente a George Foreman en la famosa pelea en la jungla celebrada en Zaire. La secuencia se rod¨® en Mozambique con 2.000 extras remunerados y m¨¢s de 20.000 voluntarios. El coste de la visi¨®n ¨¦pica del director: al menos, 105 millones de d¨®lares.
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Los combates tal como fueron
CASI MEDIA HORA DE LA PEL?CULA se desarrolla en cuadril¨¢teros. Mann, famoso por su perfeccionismo, ha reproducido meticulosamente los combates tal como fueron, y Smith se enfrenta a aut¨¦nticos boxeadores. El actor dice que la derrota de Foreman (el boxeador Charles Sufford) fue la secuencia m¨¢s 'extenuante'. 'La rodamos en cinco d¨ªas. Michael quer¨ªa que todo fuera perfecto, el ¨¢ngulo de mi mu?eca, el del tobillo y el del dedo del pie.' Mann se asegur¨® asimismo de que el resto del reparto se preparara. Angelo Dundee, ex entrenador de Ali, estaba frecuentemente en el plat¨® acompa?ando a Ron Silver, que le encarna en la pel¨ªcula. Jamie Foxx estudi¨® v¨ªdeos del difunto y drogadicto asistente de Ali, Drew (Bundini) Brown. Jon Voight, que el a?o pasado se ocult¨® bajo un mont¨®n de pr¨®tesis para hacer de Franklin D. Roosevelt en Pearl Harbor, volvi¨® a soportar varias horas diarias de maquillaje, en esta ocasi¨®n para interpretar al periodista deportivo Howard Cosell. Las discusiones verbales entre Ali y Cosell proporcionan algunos de los momentos m¨¢s animados de la pel¨ªcula. 'Si se le menciona hoy a Ali el nombre de Howard Cosell', dice Voight, 'su primera reacci¨®n es una sonrisa'. A los espectadores quiz¨¢ les convenga documentarse un poco por su cuenta antes de ver la pel¨ªcula Ali. 'Michael Mann no est¨¢ de acuerdo con la teor¨ªa de que el p¨²blico no es inteligente', dice Smith. 'La gente agradece que no se le d¨¦ todo masticado'. Aun as¨ª resulta ¨²til conocer unos cuantos hechos sobre la iniciaci¨®n de Ali en la naci¨®n del islam y su complicada relaci¨®n con Malcolm X (Mario Van Peebles), que existe ya cuando comienza la pel¨ªcula. Explica el director: 'Quer¨ªa introducir al espectador directamente en el curso de la vida de este hombre, orientarle sin necesidad de exposiciones demasiado obvias'. A Ali le satisface el enfoque de Mann. 'Es mejor de lo que cre¨ªa que iba a ser', declar¨® despu¨¦s de asistir al estreno en Hollywood. Unas semanas antes de esa fecha, el d¨ªa que le vemos dibujando en su despacho, Ali no ha visto todav¨ªa la pel¨ªcula entera. Le preocupa c¨®mo se ha tratado su intensa vida amorosa y pregunta si la pel¨ªcula es demasiado subida de tono, mientras introduce un dedo de la mano derecha en el pu?o izquierdo para que quede clara la pregunta. Es cierto que Smith tiene una escena de amor con su esposa en la vida real, Jada Pinkett Smith, que encarna a la mujer de Ali, la fiera Sonji Roi. Lonnie tranquiliza al campe¨®n: 'Pero no se quitan la ropa', dice, y explica que 'lo que no quer¨ªamos hacer, en absoluto, era suavizar la imagen de Muhammad'. Ali no comenta nada. Vuelve a su dibujo. Cuando lo tiene lleno de espectadores, se levanta, da la vuelta a la mesa con cuidado y lo muestra al visitante. Est¨¢ orgulloso de su obra. No es la primera vez que ha creado un p¨²blico sin ayuda de nadie.
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