Posaznarismo
Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar abri¨® ayer la carrera por su sucesi¨®n al confirmar oficialmente ante los compromisarios del Partido Popular, reunidos en su XIV Congreso, que no ser¨¢ candidato a la presidencia del Gobierno en las elecciones de 2004 ni tampoco a la de su partido. El gesto de Aznar, in¨¦dito en la pol¨ªtica espa?ola y tanto m¨¢s llamativo cuanto se produce en el momento ¨¢lgido de su carrera pol¨ªtica y con un partido que goza de mayor¨ªa absoluta, fue presentado por Aznar como fruto de 'una convicci¨®n personal profundamente arraigada' y cumplimiento de un compromiso contra¨ªdo con sus electores.
La decisi¨®n de Aznar dibuja de hecho una pr¨®xima e interesant¨ªsima etapa en la marcha del actual partido gobernante: el posaznarismo. La situaci¨®n es in¨¦dita para todos, partido del Gobierno y oposici¨®n. Para el primero, esto condicionar¨¢ de forma soterrada las relaciones entre los posibles candidatos a la sucesi¨®n y les obligar¨¢, en la medida en que son importantes miembros del Gobierno, a acomodar su actividad a sus ambiciones sucesorias. Para la oposici¨®n significa desconocer con qui¨¦n tendr¨¢ que enfrentarse en la pr¨®xima cita dentro de dos a?os y mientras tanto intentar presentarse como alternativa frente a un presidente que se va a plazo fijo.
Los gui?os de Aznar en su discurso y la propia composici¨®n de la ejecutiva dan suficientes indicaciones sobre la situaci¨®n de la parrilla de salida, en la que destacan en la pole position Rodrigo Rato, Jaime Mayor Oreja y Mariano Rajoy, e incluso ?ngel Acebes. La tarea m¨¢s importante, no exenta de dificultad, de la nueva junta directiva ser¨¢ llevar a buen puerto la sucesi¨®n y designar al futuro candidato. Pero, a la vista de c¨®mo ha conducido Aznar el partido hasta ahora, ser¨¢ el propio presidente quien designar¨¢ a su sucesor como hac¨ªan los c¨¦sares de Roma.
Aznar ha hecho toda una exhibici¨®n de control sobre su partido y sobre su propia carrera pol¨ªtica. Es dif¨ªcil establecer con precisi¨®n las razones que le condujeron al compromiso de no gobernar m¨¢s all¨¢ de dos legislaturas. Pudo pesar decisivamente su convicci¨®n de que s¨®lo podr¨ªa obtener la actual mayor¨ªa absoluta sacrificando la posibilidad de presentarse de nuevo en una tercera ocasi¨®n. La actual exaltaci¨®n, f¨¢cilmente calificable de caudillista, produce as¨ª la paradoja de que se trata de un caudillo que designa a su sucesor para retirarse moment¨¢nemente a unos cuarteles de invierno de caracter¨ªsticas todav¨ªa desconocidas, con el objetivo de crear la oportunidad ¨®ptima de que otro dirigente del PP pueda sustituirle en La Moncloa y al frente del partido. Probablemente con la idea de que, si el resultado no fuera satisfactorio, Aznar mismo estar¨ªa en la reserva para regresar con el aura del vencedor de contiendas pasadas.
El PP debe estar agradecido a Aznar por el ¨¦xito enorme conseguido desde 1989, cuando le eligi¨® como presidente. Presenta un balance de poder acumulado extraordinario -en ayuntamientos, comunidades aut¨®nomas y el propio Estado-, aunque quiz¨¢s irrepetible. Esto se ha reflejado en un congreso que se ha convertido en un ejercicio de autosatisfacci¨®n y autoestima. Los congresistas devolvieron en aplausos y en exaltaci¨®n todo lo que le deben al jefe, con la nota de discreci¨®n por parte de los candidatos impl¨ªcitos a la sucesi¨®n de que se abstuvieron de citar a Aznar en sus discursos.
El partido que ha conseguido Aznar es compacto y sin fisuras, olvidadas las familias ideol¨®gicas que lo formaron y disciplinados todos los dirigentes con veleidades de regentar baron¨ªas. 'Sin complejos' es la expresi¨®n que sirve para explicar c¨®mo se inserta el PP de Aznar en la historia de Espa?a respecto a la transici¨®n democr¨¢tica, a la Constituci¨®n y al Estado de las autonom¨ªas. Los concejales y otros miembros del PP asesinados por ETA (siete desde el anterior congreso), a los que Aznar y todo el congreso rindieron un merecido y sentido homenaje, tambi¨¦n han hecho una contribuci¨®n, con el precio m¨¢s alto que se pueda pagar, a la inserci¨®n del PP en la historia y la memoria del combate por la democracia y las libertades.
Nunca la derecha espa?ola hab¨ªa contado con un partido m¨¢s cohesionado, joven, moderno y seguro de s¨ª mismo. Y a la vez mejor y m¨¢s confortablemente instalado en el poder obtenido a trav¨¦s de elecciones democr¨¢ticas. Los viejos argumentos sobre el pedigr¨ª democr¨¢tico de la derecha o la idea de un pecado original franquista son de dif¨ªcil circulaci¨®n a partir de ahora. ?stas eran las principales ideas del gui¨®n al que se acomodaron con precisi¨®n la escenificaci¨®n del congreso y las principales intervenciones, especialmente el discurso estelar de su presidente.
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