Como la seda
Los populares andaluces ya pueden respirar tranquilos. A partir de ahora afrontar¨¢n sus procesos electorales internos sin el m¨¢s m¨ªnimo riesgo de disidencias. Han conseguido pasar a la historia del XIV congreso nacional de su partido, no s¨®lo ya por el significativo incremento de su presencia en la c¨²pula directiva, incluyendo el refuerzo de su secretario general, Javier Arenas, sino porque los estatutos de esta formaci¨®n pol¨ªtica incorporar¨¢n una enmienda, planteada por la delegaci¨®n de Andaluc¨ªa, para evitar la presencia y la actividad de grupos organizados cuando se est¨¦ abocado a una fase de renovaci¨®n y elecci¨®n de cargos.
Si se tiene en cuenta que el PP andaluz tiene en su horizonte pr¨®ximo la celebraci¨®n de su congreso regional, all¨¢ por el mes de junio en Granada, quiere decirse que no habr¨¢ motivos para la inquietud de sus actuales dirigentes ante la posibilidad de enfrentamientos fratricidas, ya que las normas impedir¨¢n que surjan discrepancias inoportunas. Menos mal que, seg¨²n aclara la presidenta del PP andaluz, Te¨®fila Mart¨ªnez, no se trata de dar cobertura legal a toda una 'caza de brujas', sino m¨¢s bien a una forma l¨ªcita de evitar as¨ª desavenencias interesadas.
Se desconoce qu¨¦ motivaci¨®n de fondo puede estar en el origen de propuesta tan original, y potencialmente peligrosa, seg¨²n se use, pero lo cierto es que resulta raro que se plantee desde una organizaci¨®n que lleva a?os en Andaluc¨ªa sin conocer traumas graves. Ni siquiera hay tradici¨®n de corrientes internas consolidadas, de ah¨ª que aparezca como extra?o que tal mecanismo de control se le haya ocurrido precisamente al PP andaluz, a no ser que nos pongamos a pensar que estamos ante el viejo recurso de la colocaci¨®n de la venda antes de la herida.
Al margen de estas disquisiciones estatutarias, esta semana servir¨¢ al PP para aprovechar la fuerte inercia que proviene de un congreso con un amplio respaldo a Mart¨ªnez para su candidatura a la Presidencia de la Junta y con la advertencia bien clara de que esta vez, m¨¢s que nunca, el objetivo prioritario del PP no es otro que ganar en Andaluc¨ªa. Al mismo tiempo, regresan de la capital madrile?a con el alivio de conocer que se cuenta con el compromiso del Gobierno central para llevar a cabo las transferencias de las pol¨ªticas activas de empleo. Sin embargo, este logro no va a impedir que desde nuestra comunidad se siga insistiendo en esta reivindicaci¨®n reclamando fechas concretas y menos promesas que luego, como viene ocurriendo a?o tras a?o, se quedan en el olvido.
Estos recelos Madrid-Andaluc¨ªa no son s¨®lo patrimonio del PP. Otro tanto de lo mismo se podr¨ªa decir del en¨¦simo contencioso en torno a las cajas de ahorro, asunto que, por lo que se ve, lleva camino de convertirse en toda una pesadilla por su insistencia en el debate pol¨ªtico. Esos recelos tambi¨¦n se suscitan en el PSOE. Este mi¨¦rcoles se ver¨¢n las caras los socialistas andaluces con el secretario federal de Econom¨ªa, Jordi Sevilla, autor de un documento sobre la futura configuraci¨®n de los ¨®rganos de gobierno de las entidades de ahorro. Su formulaci¨®n est¨¢ configurada en unos t¨¦rminos que echa por tierra lo logrado en Andaluc¨ªa por sus propios compa?eros despu¨¦s de librar una de las batallas m¨¢s serias que se han vivido ¨²ltimamente.
Pero para curiosa, la presencia en la reuni¨®n de los populares, en calidad de invitados, del presidente del PA, Alejandro Rojas-Marcos, y del secretario general, Antonio Ortega; ¨¦ste ¨²ltimo, no se olvide este dato, miembro del Consejo de Gobierno de Manuel Chaves, ¨®rgano que mantiene un constante enfrentamiento con el Ejecutivo central por el considerado mal trato que se da a los andaluces. Atr¨¢s quedan las exaltadas acusaciones de supuesto espionaje y persecuci¨®n que Rojas-Marcos dirig¨ªa hacia el PP, por no mencionar m¨¢s de una palabra gruesa del consejero. A vueltas, por tanto, con los gestos andalucistas. Tal vez estemos asistiendo al deshielo entre el PP y el PA de cara a futuros envites electorales.
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