Bajo la sombra de Marilyn
Inge Morath siempre estuvo bajo la sombra de Marilyn Monroe. No era f¨¢cil, pero ella supo llevarlo con sobrada elegancia. En una entrevista que concedi¨® con motivo de una de sus ¨²ltimas exposiciones en Madrid, la fot¨®grafa de Magnum (una mujer menuda, atl¨¦tica y de preciosos ojos claros) explicaba as¨ª su relaci¨®n con la que hab¨ªa sido la segunda mujer del que fue -durante los ¨²ltimos 40 a?os- su marido, el dramaturgo Arthur Miller: 'Yo soy una mujer muy distinta a Marilyn. Ella era tr¨¢gica, siempre intentando aparentar que era feliz cuando era profundamente desgraciada. Tengo un buen recuerdo de ella. Era una mujer muy cari?osa y buena, pero irremediablemente infeliz'. 'Yo soy m¨¢s independiente, nunca he sido una carga', a?ad¨ªa con cierta petulancia la fot¨®grafa.
Inge Morath y Arthur Miller se conocieron en el rodaje de Vidas rebeldes. Ella era una joven fot¨®grafa enviada por la agencia Magnum y ¨¦l era el marido de la estrella y el guionista de la pel¨ªcula. Miller hab¨ªa escrito para Marilyn una historia encubiertamente biogr¨¢fica en la que intentaba explicar -quiz¨¢ tambi¨¦n a s¨ª mismo- el enigma de aquella tr¨¢gica mujer con la que se hab¨ªa casado.
Morath tom¨® durante aquel rodaje algunas de las im¨¢genes m¨¢s famosas de la actriz. En ellas, Marilyn, descalza y con un vestido negro, baila sola debajo de un ¨¢rbol durante un descanso del rodaje. Parece mareada, con la cabeza inclinada a un lado y con una expresi¨®n de infinita tristeza.
Vidas rebeldes, dirigida por John Huston, narraba la historia de tres hombres fracasados (Clark Gable, Montgomery Clift y Eli Wallach) que cazan caballos salvajes en Nevada y la de una mujer reci¨¦n separada que se une a ellos. En pleno desierto, Marilyn les grita: 'Lo sab¨¦is todo menos lo que es estar vivos... C¨¢daveres ambulantes, eso es lo que sois'.
Se ha escrito mucho sobre el dolor que encierra esta pel¨ªcula y sobre la conmovedora interpretaci¨®n de la actriz, que sufri¨® varias crisis nerviosas durante el rodaje, que incluso tuvo que ser interrumpido para ingresarla en un hospital psiqui¨¢trico.
Inge Morath y su c¨¢mara fueron testigos mudos de todo aquello, pero, en sus memorias, Arthur Miller apenas se detiene ni en ella ni en su primera mujer. El dramaturgo, sin embargo, intenta explicar lo que fueron los cinco a?os de convivencia con Marilyn, quien ocupa, junto a las reflexiones sobre la familia y la depresi¨®n, la parte m¨¢s importante de su autobiograf¨ªa. 'No se puede explicar una persona. Yo lo he intentado. Si te acercas a un mito, deja de serlo. Ella sigue siendo un misterio para m¨ª'.
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