Dimite la directiva de la Bienal de Venecia para dar paso al equipo de Berlusconi

El cambio de poderes deb¨ªa efectuarse en abril, pero, al final, el Consejo de Administraci¨®n de la Bienal de Venecia, organizadora de la Mostra, el festival de cine m¨¢s antiguo de Europa, present¨® ayer su dimisi¨®n 'para acelerar al m¨¢ximo los cambios administrativos pertinentes'. Estos cambios coinciden con una peque?a revoluci¨®n en las n¨®minas de diversas instituciones p¨²blicas dedicadas a la producci¨®n y a la promoci¨®n del cine italiano. Adem¨¢s, el primer ministro, Silvio Berlusconi, no acudir¨¢ en marzo al Sal¨®n del Libro de Par¨ªs, que tiene a Italia como pa¨ªs invitado, para no encontrarse con la ministra Catherine Tasca.

Paolo Baratta, presidente de la Bienal, ser¨¢ sustituido por Franco Bernab¨¦, antiguo responsable del ex monopolio telef¨®nico Telecom Italia y hombre ligado a la Fiat, que recibi¨® el encargo hace semanas. Alberto Barbera, director de la Mostra, no tiene a¨²n un sucesor claro. El festival de Venecia ha estado en el ojo del hurac¨¢n pol¨ªtico desde hace tiempo. Ni la selecci¨®n de pel¨ªculas a concurso ni el desarrollo del festival han recibido nunca el visto bueno de la derecha italiana.

El consejo de gobierno del ente cultural aprob¨® ayer el balance de gastos de 2001 y decidi¨® dimitir en bloque 'para permitir a los entes participantes el nombramiento de los sucesores'. El consejo hab¨ªa decidido adelantar por ello la aprobaci¨®n del balance, para facilitar 'el restablecimiento de las condiciones de certeza de las actividades de la sociedad, garantizando as¨ª la continuidad, que es un objetivo estrat¨¦gico para una instituci¨®n aut¨®noma y permanente'.

Algunos de los directores de cine italianos m¨¢s conocidos, como Bernardo Bertolucci, Ettore Scola o Gillo Pontecorvo, han denunciado los cambios efectuados por el Gobierno de Silvio Berlusconi en el Centro Sperimentale del Cinema de Roma, dirigido hasta ahora por un experto en la materia como Lino Miccich¨¦, para hacer sitio a un amigo personal de Berlusconi, el soci¨®logo Francesco Alberoni. El propio Berlusconi ha negado recientemente que Alberoni sea su amigo, mientras el soci¨®logo ha defendido su nombramiento asegurando que conoce a fondo el mundo del cine.

Por otra parte, el pr¨®ximo 21 de marzo se abrir¨¢ en Par¨ªs una nueva edici¨®n del Sal¨®n del Libro. El pa¨ªs invitado es Italia y 61 autores transalpinos -de Umberto Eco a Claudio Magris- se aprestan a visitar la capital francesa como invitados. Berlusconi no encabezar¨¢ la delegaci¨®n por 'problemas de agenda, por un compromiso anterior'. En realidad, para no encontrarse con Catherine Tasca, la ministra francesa de Cultura, que declar¨® hace pocos d¨ªas que no deseaba 'la participaci¨®n del se?or Berlusconi'. Tasca admite 'tener que respetar ciertas obligaciones dada la posici¨®n de Berlusconi de dirigente democr¨¢ticamente elegido', pero no puede olvidar 'haber conocido a Berlusconi en otros momentos' y 'estar al corriente de cu¨¢l es su actitud en materia de creaci¨®n o diversidad cultural'.

El Sindicato de Editores franceses ha querido quitar hierro al incidente y ha recordado 'los esfuerzos realizados por los dos pa¨ªses y los v¨ªnculos privilegiados que nos unen'. Se dice dispuesto a 'acoger, con esp¨ªritu de amistad y complicidad, a las autoridades italianas y, muy especialmente, al presidente del consejo, Silvio Berlusconi'. Falso, espetan varios miembros del sindicato, concretamente los responsables de Fayard y Christian Bourgois, para quienes 'los editores y autores italianos' s¨ª merecen 'la bienvenida de todo coraz¨®n' de sus colegas galos, pero esa bienvenida no se hace extensiva: 'No toda la edici¨®n francesa siente amistad con el se?or Berlusconi y los componentes, calificados como posfascistas, de su Gobierno'. Ni Fayard ni Bourgois 'desean acoger en sus stands' a Berlusconi y los suyos, m¨¢xime cuando 'hay un conflicto de intereses entre Berlusconi, propietario de Mondadori, la mayor editorial italiana, su control sobre el conjunto de los medios de comunicaci¨®n y su papel como dirigente pol¨ªtico'.

Jack Lang, durante muchos a?os titular de la cartera de Cultura y hoy al frente de Educaci¨®n, tampoco ha dejado pasar la oportunidad de sumarse a las cr¨ªticas: 'Ver que hoy Italia se adhiere a una ideolog¨ªa antieuropea supone una ducha de agua helada para nosotros', ha declarado.