Reactivaci¨®n bajo sospecha
'Recientemente ha habido se?ales de que las fuerzas que han retenido a la econom¨ªa durante el pasado a?o est¨¢n comenzando a debilitarse y que la actividad econ¨®mica comienza a tomar vigor'. Esta alambicada declaraci¨®n del presidente de la Reserva Federal de EE UU, Alan Greenspan, junto con el crecimiento del PIB en el cuarto trimestre (0,2%) han disparado el debate sobre las expectativas de recuperaci¨®n estadounidense. Si bien el aumento del PIB ha sido superior en 1,1 puntos al del trimestre anterior, la mayor¨ªa de los expertos lo considera muy escueto para valorar si la sombra de la recesi¨®n se ha alejado definitivamente y, en ese caso, qu¨¦ calado tendr¨¢ la recuperaci¨®n.
Seis economistas destacados -Guillermo de la Dehesa, Miguel Sebasti¨¢n, David Taguas, Roberto Velasco, ?ngel Ubide y Emilio Ontiveros- analizan para NEGOCIOS las expectativas, obst¨¢culos y alientos de la recuperaci¨®n de la locomotora econ¨®mica americana. Hay consenso en que esa recuperaci¨®n, de producirse, ser¨¢ lenta. El obst¨¢culo principal para la reactivaci¨®n plena es el nivel de endeudamiento alcanzado por las familias americanas, que, tarde o temprano, las llevar¨¢ a un ajuste en el consumo, que ha crecido un 5,4% y ha contribuido significativamente al crecimiento en el ¨²ltimo trimestre.
El mantenimiento del precio del dinero en las cotas m¨¢s bajas de los ¨²ltimos 40 a?os tras 11 bajadas consecutivas en 13 meses, el rebote que el dato de crecimiento ha provocado en la Bolsa y el aumento de la confianza de los consumidores han levantado un cierto ambiente de euforia en Estados Unidos. Los mercados -bolsa, divisas- adelantan una nueva etapa de crecimiento econ¨®mico a partir del segundo semestre de este a?o, pero los industriales y exportadores aprecian pocos motivos para la euforia.
El debate sobre las esperanzas de la recuperaci¨®n se ha trasladado al Foro Econ¨®mico Internacional que se est¨¢ celebrando en Nueva York. En Europa, los economistas valoran las diferencias de actitud que se aprecian entre la Administraci¨®n de George W. Bush, que se ha gastado el super¨¢vit heredado de Clinton en medidas de est¨ªmulo econ¨®mico, y la Comisi¨®n Europea, que ha amonestado a Alemania por alejarse de los objetivos de estabilidad fiscal.
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