Un canon contra los 'piratas' del CD-R

El CD-R, un disco compacto que usan muchas empresas y particulares para grabar datos de sus ordenadores, se ha convertido en el centro de una pol¨¦mica entre los fabricantes de electr¨®nica y las entidades que gestionan los derechos de autor en Espa?a.

Desde 1992, los fabricantes de cintas v¨ªrgenes o fotocopiadoras pagan un canon a los organismos por el dinero que, te¨®ricamente, dejan de ingresar cuando alguien graba una cinta de m¨²sica en vez de comprar el disco. El problema actual surge porque usuarios de ordenadores utilizan los CD-R para copiar CD de m¨²sica. La SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) y la asociaci¨®n de fabricantes Asimelec tratan de negociar un canon por los usuarios que realizan estas pr¨¢cticas, pero el desencuentro es total: Asimelec dice que s¨®lo el 10% de los CD-R se utiliza para grabar audio la SGAE dice que es el 77%. Ninguna de ellas publica los informes que avalan esas cifras.

La SGAE ha demandado a cuatro fabricantes de estos productos, y ya hay una sentencia a su favor, dictada el 2 de enero en Barcelona. Seg¨²n el texto, Traxdata debe pagar el canon a la SGAE porque 'es bien sabido' el h¨¢bito del consumidor espa?ol de grabar CD en su casa. Los datos extra¨ªdos de la memoria del a?o 2000 de la asociaci¨®n Sedisi indican que el 5,5% de los hogares espa?oles tiene la capacidad tecnol¨®gica de realizar esa copia.

Los fabricantes denuncian que la SGAE trata de compensar sus p¨¦rdidas por pirater¨ªa gravando al sector, y que, tras el CD-R, podr¨ªa ir el PC o cualquier otro soporte que pueda almacenar datos en formato digital. La SGAE, por su parte, explica que las tarifas que recauda no se han modificado desde 1992, y asegura estar dispuesta a negociar un canon para el CD-R.