'La novela de sof¨¢ no se ha muerto'
Los aires dif¨ªciles (Tusquets) es un novel¨®n de casi seiscientas p¨¢ginas en el que Almudena Grandes (Madrid, 1960) ha metido todo un mundo. Es una historia sobre el secreto, y narra las vidas de un hombre y de una mujer que huyendo de un pasado sombr¨ªo se encuentran en un pueblo de la costa gaditana. Es una historia sobre personas moralmente buenas capaces de lo peor. Parece una novela del siglo XIX, pero tiene todos los ingredientes de finales del XX.
Sara G¨®mez tiene 53 a?os y pertenece a una familia humilde. Su padre fue condenado a muerte despu¨¦s de la guerra civil por rojo. Su madre sirve en el madrile?o barrio de Salamanca y son los se?ores de esa casa quienes salvan al rojo. Por los servicios prestados les ceder¨¢n a su hija menor, pero s¨®lo por unos a?os: cuando cumple los 16 la devuelven a sus padres. Sara, una ni?a, una mujer de ninguna parte, planear¨¢ su venganza, y ser¨¢ lenta. Juan Olmedo, de 40 a?os, de clase media, m¨¦dico traumat¨®logo, ha vivido un enloquecedor amor prohibido que desemboca en una tragedia familar.
'La literatura es cada vez menos importante y escribimos para las minor¨ªas'
'Es la historia de unas personas moralmente buenas que pueden hacer algo terrible'
Sara y Juan huyen de su pasado, de sus secretos y de su ciudad. Cada uno por su lado: ¨¦l, junto a su hermano Alfonso, disminuido ps¨ªquico, y su sobrina Tamara, de 10 a?os, y ella, sola, se refugian en una urbanizaci¨®n en Rota, en la costa gaditana. All¨ª compartir¨¢n asistenta, Maribel, separada y madre de un hijo, Andr¨¦s. Personajes desarraigados, formar¨¢n una extra?a familia. ?ste es, en s¨ªntesis, el argumento de Los aires dif¨ªciles, la quinta novela de Almudena Grandes, la m¨¢s ambiciosa que ha escrito, en la que el ambiente, el paisaje, los vientos de levante y de poniente, se erigen tambi¨¦n en protagonistas y en la que ha creado una intriga que se mantiene hasta la ¨²ltima p¨¢gina. Y como tel¨®n de fondo, los temas que m¨¢s preocupan a la escritora: la memoria, la supervivencia, la voluntad.
Pregunta. La estructura de Los aires dif¨ªciles es mucho m¨¢s compleja que la de sus anteriores novelas.
Respuesta. En realidad, se trata de tres novelas en una: la de Sara, la de Juan y la que empieza cuando ellos se encuentran. He intentado que estos tres frentes fueran progresando arm¨®nicamente. Es la historia de unas personas moralmente buenas que pueden hacer algo terrible, que llevan a cuestas un secreto. Al contrario que en otros libros m¨ªos, como Malena es un nombre de tango, en ¨¦sta no hay h¨¦roes ni hero¨ªnas, son gentes que intentan construir algo bueno para todos, aunque no saben exactamente qu¨¦.
P. Ha trabajado en esta novela casi cuatro a?os, ?c¨®mo surgi¨® la primera idea?
R. Quer¨ªa reflejar unas nuevas formas de relaci¨®n, describir c¨®mo unos personajes construyen una familia seg¨²n par¨¢metros muy diferentes a los habituales. Luego, tuve una primera imagen, que me vino cuando compramos una casa en Rota, en un lugar donde las casas no est¨¢n rodeadas por setos ni por verjas, sino por muros de ladrillos, el escondite perfecto.
P. Y ah¨ª aparece el viento.
R. S¨ª, los muros est¨¢n construidos para parar el viento, en la costa gaditana la vida est¨¢ en funci¨®n del viento. Es un lugar luminoso relacionado con la felicidad, pero el para¨ªso puede ocultar un infierno.
P. La novela est¨¢ escrita desde cuatro puntos de vista, los de Sara y Juan, y los de los ni?os, Tamara y Andr¨¦s, voces muy notables.
R. Los ni?os son el catalizador de todo lo que les rodea. En situaciones duras, dan una visi¨®n m¨¢s descarnada de las cosas. Hasta ahora, s¨®lo hab¨ªa escrito de ni?os desde desde el punto de vista de adultos que cuentan su infancia. Estoy contenta de c¨®mo me han salido.
P. El marido de Maribel intenta asesinarla y quiz¨¢ el m¨¢s afectado es el hijo de ambos, Andr¨¦s.
R. Es terrible que tu padre mate o intente matar a tu madre, pero lo que es peor es que tu padre sea un asesino. He pensado mucho en Andr¨¦s como hijo de su padre.
P. Ha dado una vida muy dura a sus ni?os, Andr¨¦s y Tamara, quiz¨¢ por eso son tan entra?ables.
P. Los ni?os tienen poco equipaje para combatir, est¨¢n m¨¢s indefensos.
P. Usted tiene un hijo de 17 a?os, ?le preocupa eso del botell¨®n de que tanto se habla ahora?
R. En realidad, no. Es muy responsable y saca buenas notas, cuida de sus hermanos y ayuda en casa... Claro, que nunca puedes estar tranquila; antes era la droga, ahora se habla de alcoholismo. Hay que tomarlo con tranquilidad, no se les puede negar la libertad de salir un fin de semana o de hacerse un pearcing, lo importante es que vayan siendo responsables.
P. Volviendo a Los aires dif¨ªciles, es su primera novela en la que el personaje masculino es tan contundente como el femenino.
R. Con Atlas de geograf¨ªa humana [1998] cerr¨¦ una etapa de novelas testimoniales, en la que escrib¨ª sobre la realidad de mi pa¨ªs, de mi ciudad, de los conflictos de mi generaci¨®n y por eso utilizaba sobre todo personajes femeninos. ?sta es una historia que yo no he vivido, es pura ficci¨®n.
P. Juan es muy pasional y Sara fr¨ªa, ?con cu¨¢l se siente m¨¢s identificada.
R. Sara planea su venganza con mucho tiempo, Juan dispone de un minuto para vengarse. No me siento m¨¢s c¨®moda con Sara que con Juan, creo que puedo decir, como Flaubert, Sara c'est moi y Juan c'est moi.
P. Hablando de Flaubert, Los aires dif¨ªciles parece una novela del siglo XIX. ?Recuerda que Eduardo Mendoza dijo en este sentido que la 'novela de sof¨¢' se hab¨ªa acabado?
R. Desde luego, no se puede escribir una novela del siglo XIX ahora, pero s¨ª se puede escribir con ambici¨®n de novela total y, desde este punto de vista, la novela de sof¨¢ no ha muerto, sigue muy viva.
P. Hay una tendencia muy clara a mezclar g¨¦neros, a combinar la realidad con la ficci¨®n, lo contrario de lo que usted hace.
R. Tengo todo el cuerpo metido en la ficci¨®n y ese debate me parece muy raro y desde luego no es nuevo. ?Nadie se acuerda de A sangre fr¨ªa, de Truman Capote? Algunos escritores que fueron ap¨®stoles de la experimentaci¨®n formal en los setenta se han apartado de ella. Ahora se lleva m¨¢s la experimentaci¨®n al argumento, con pr¨¦stamos entre g¨¦neros. En ese debate me parece que hay causas distintas y tambi¨¦n insatisfacciones. Hay una enorme crisis de opulencia que en Espa?a se vive a ritmo fren¨¦tico.
P. ?A qu¨¦ se refiere?
R. Por una parte, a que los editores han rebajado su nivel de exigencia y cualquier persona culta o semiculta puede publicar una novela. Y, por otra, se publican reportajes en colecciones de novela. Sin desmerecer a nadie, que quede claro, ?qu¨¦ hacen en una misma colecci¨®n Boris Izaguirre y Ana Mar¨ªa Matute?
P. ?Quiere decir que las editoriales alimentan la confusi¨®n?
R. S¨ª, aunque todos somos culpables. La literatura es cada vez menos importante y escribimos para la minor¨ªa, no podemos competir con los videojuegos o con Cr¨®nicas marcianas, el pa¨ªs evoluciona hacia la trivialidad, aunque no me siento amenazada ni inquieta. El XIX fue el siglo de la novela, los escritores todav¨ªa pod¨ªan ser inocentes y salvajes, ahora la literatura ya no es la puerta de las maravillas, pero los escritores s¨ª podemos mantener el amor a la literatura y la ambici¨®n de escribir buenas novelas.
P. Los aires dif¨ªciles es su novela m¨¢s ambiciosa, ?es una obra de madurez?
R. Si la madurez consiste en que las virtudes brillen y las limitaciones no se noten, s¨ª. Es la novela que m¨¢s he controlado, aunque, por otra parte, me daba la sensaci¨®n de que se escrib¨ªa sola y eso me ha creado cierta tensi¨®n.
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