Luchar con los elementos
Ya se sabe que de un d¨ªa para otro puede cambiar cualquier panorama o coyuntura econ¨®mica. A lo mejor esto ¨²ltimo menos, pero el tiempo y las circunstancias taurinas s¨ª pueden dar un salto del cielo al abismo en cuesti¨®n de horas. Eso es lo que sucedi¨® ayer en Valdemorillo. La terna de j¨®venes espadas tuvo que llegar y luchar con los elementos. Unos novillos mansos y una punta de moruchez que les hac¨ªa desarrollar sentido, estar avisados y defenderse a los primeros lances, y que por lo tanto ped¨ªan t¨¦cnica, cabeza despejada y un rodaje m¨¢s que suficiente. Luego el tiempo.
Hab¨ªa que zafarse del aire endiablado que sopl¨® a partir del tercer novillo, en especial, y que dej¨® a Santiago Manci?o al descubierto en varias ocasiones. Su muleta volaba y quedaba a merced del burel, que le hab¨ªa buscado durante la faena varias veces y puesto en apuros. Salv¨® la papeleta como pudo y se entreg¨® en la estocada, en la suerte contraria, de la que sali¨® prendido, con la taleguilla rota y una cornada menos grave que le impidi¨® continuar la lidia.
Triguero / Rom¨¢n, Rubias, Manci?o
Novillos de Mar¨ªn Triguero: serios, con cuajo, desigualmente presentados, mansurrones, de juego irregular, que desarrollaron sentido en distinto grado. Alberto Rom¨¢n: pinchazo, estocada atravesada que asoma y estocada tendida y trasera (silencio); estocada atravesada (silencio); seis pinchazos -aviso-, pinchazo hondo y dos descabellos (silencio). Luis Rubias: estocada (oreja); estocada trasera y tendida y descabello (silencio). Santiago Manci?o: estocada defectuosa, de la que sale prendido; acaba con el novillo Alberto Rom¨¢n, de pinchazo, estocada atravesada -aviso- y dos descabellos (silencio). Manci?o sufri¨® cornada de 18 cent¨ªmetros, menos grave. Plaza de Valdemorillo, 6 de Febrero. 2? novillada de feria. Casi lleno.
Luis Rubias fue quien demostr¨® estar m¨¢s puesto y decidido. As¨ª, termin¨® por cortar una oreja al novillo m¨¢s potable de la tarde, tr¨¢s una faena valiente, templada a trechos y siempre exponiendo lo suficiente. En su segundo salud¨® de capote de manera garbosa y fue aplaudido, y en el ¨²ltimo tercio estuvo voluntarioso, corrigi¨® el molesto calamocheo de la res de ¨¢spera embestida y nunca le volvi¨® la cara.
Alberto Rom¨¢n tuvo que estoquear tres novillos, los de su lote y tambi¨¦n rematar al tercero, por el percance relatado de Manci?o. Puso todo su empe?o en satisfacer al personal y ensay¨® lances, busc¨® terrenos y porfi¨® cuanto supo ante el vendaval, incluidos los regates que los novillos le hac¨ªan, y m¨¢s si no se acertaba a dome?ar los viajes complicados de los morlacos. Pudo robarle algunos naturales al sexto, templados y aislados, a la postre t¨ªmidos.
El lunes, tiempo de suave temperatura y novillos f¨¢ciles, y ayer, bronquedad, en la atm¨®sfera y en las reses dicen que bravas. As¨ª es la vida, o la feria.
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