El calvario de Usama
El ex marido de una espa?ola, dos meses incomunicado en una c¨¢rcel de EE UU
Hacia octubre, Mar¨ªa empez¨® a preocuparse. En noviembre ya tem¨ªa lo peor. Su ex marido, Usama Salem Basiouny, con el que hablaba con frecuencia, llevaba semanas sin dar se?ales de vida. El egipcio Usama se hab¨ªa trasladado en verano a Nueva York. A mediados de diciembre, Mar¨ªa recibi¨® una llamada desde una c¨¢rcel de Carolina del Norte. Usama hab¨ªa sido detenido por el FBI como sospechoso de participar en los atentados contra las Torres Gemelas. Desde hace cuatro meses permanece en el limbo legal de una prisi¨®n de Nueva Jersey. Usama es una de las 460 personas, en su mayor¨ªa ¨¢rabes, encarceladas en Estados Unidos por presunta relaci¨®n con Al Qaeda.
El Departamento de Justicia, amparado en las nuevas normas antiterroristas, se niega a revelar sus nombres o los cargos que se les imputan. Casi todos fueron arrestados sin pruebas en las semanas posteriores al 11 de septiembre, acusados de violar las leyes de inmigraci¨®n; en muchos casos, ¨¦se era el ¨²nico delito real. Varias asociaciones pro derechos civiles han demandado al Gobierno norteamericano para tener acceso a los presos y poder brindarles ayuda legal. Algunas, pocas, historias de esos detenidos han aparecido en los peri¨®dicos norteamericanos. Hablan de celdas de aislamiento, interminables interrogatorios y, a veces, malos tratos.
'Declar¨¦ mi inocencia cuando me acusaban de ser terrorista y de conocer a Bin Laden'
Mar¨ªa S¨¢enz Jim¨¦nez, natural de Logro?o, de 39 a?os, recuerda muy bien la primera llamada de Usama. 'Fue el 16 de diciembre. No me lo pod¨ªa creer. Me dec¨ªa que lo hab¨ªan detenido, que estaba en una c¨¢rcel de Carolina y que no sab¨ªa cu¨¢ndo lo iban a soltar'. Mar¨ªa y Usama llevan dos a?os divorciados, pero han mantenido una buena relaci¨®n. En sus tiempos de casados, en Barcelona, llevaban una vida anodina. ?l reparaba muebles, ella trabajaba en una inmobiliaria. Tras la separaci¨®n, Usama vagabunde¨® por Europa y, al conocer a una estadounidense, decidi¨® seguirla hasta Nueva Jersey, donde busc¨® trabajillos.
All¨ª lo detuvieron el 20 de octubre. Para el FBI era un sospechoso perfecto. Egipcio, viv¨ªa por casualidad en Magnolia Avenue (la direcci¨®n de los responsables del primer atentado en 1993 contra las Torres Gemelas) y adem¨¢s hab¨ªa entrado en EE UU con un pasaporte falso espa?ol, pensando que le ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil pasar los controles del aeropuerto.
'Registraron la casa y encontraron el Cor¨¢n y libros en ¨¢rabe', escribi¨® Usama en una de sus cartas. 'Me arrestaron y me llevaron al edificio del FBI en Nueva Jersey. All¨ª, cinco agentes me interrogaron durante siete horas. Me preguntaban qui¨¦n era yo, por qu¨¦ estaba en Estados Unidos y un mont¨®n de cosas sobre los egipcios de los ataques, sobre todo Mohamed Atta. Me acusaban de ser terrorista, de haber estado en Afganist¨¢n y de conocer a Bin Laden. Les dije que era inocente, pero nadie me crey¨®'. Lo mantuvieron incomunicado. 'Todo este tiempo estaba en una habitaci¨®n peque?a. Sal¨ªa una hora al d¨ªa, lo justo para ducharme y pasar un rato en una sala com¨²n. Hab¨ªa otros prisioneros ¨¢rabes y paquistan¨ªes, todos aislados. Se nos prohib¨ªa cualquier contacto entre nosotros'. A los pocos d¨ªas, Usama, que necesita constante medicaci¨®n por un trastorno nervioso, fue trasladado al hospital de un centro penitenciario de Carolina del Norte. Tras dos meses de aislamiento, pudo llamar a los suyos.
En una de sus conversaciones telef¨®nicas, Usama asegur¨® entre sollozos que lo estaban torturando. Mar¨ªa, alarmada, se moviliz¨®. Llam¨® a Amnist¨ªa Internacional, que a trav¨¦s de una organizaci¨®n en EE UU, le busc¨® un abogado. 'No le han torturado, pero no le han tratado bien. No le dieron sus medicinas y a¨²n lleva las marcas de los grilletes que le pusieron en el hospital', dice Regis Fern¨¢ndez, su abogado. 'Al principio no me dejaron verle', a?ade Fern¨¢ndez. 'Las autoridades penitenciarias ponen muchas trabas para acceder a estos presos. Con las nuevas normas, el servicio de inmigraci¨®n, que siempre ha tenido mucho margen de maniobra, est¨¢ fuera de control. No hay reglas'.
Usama espera ahora ser deportado a Egipto en las pr¨®ximas semanas. 'Es la forma m¨¢s expeditiva de terminar con todo esto', explica su abogado. La primera vista se celebr¨® el pasado 18 de enero. 'La juez decret¨® el secreto del sumario. El p¨²blico no pudo acceder a la sala. Fueron medidas absurdamente exageradas. Ahora ya es un preso com¨²n y tiene derechos'.
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