Incompetencia

Cada vez que un ciudadano o grupo pol¨ªtico municipal, que los ha habido, denuncia al delegado provincial de la Consejer¨ªa de Obras P¨²blicas la posible ilegalidad o delito que puede suponer una actuaci¨®n urban¨ªstica, ¨¦ste se declara incompetente y lo remite a que lo denuncia a los ayuntamientos o a los tribunales.

Evidentemente, si se recurre a denunciar ante la delegaci¨®n es porque la denuncia ante el alcalde no ha surtido efecto debido a la implicaci¨®n del ayuntamiento en los hechos objetos de denuncia. En cuanto a la denuncia ante los tribunales, ello supone cargar en el peculio de los denunciantes, la Justicia es cara, el mantenimiento de la legalidad urban¨ªstica, trabajo por el que le pagan, y bien por cierto, al se?or delegado.

Digo que la incompetencia debe ser una circunstancia personal innata o sobrevenida, que no una cualidad administrativa del cargo, por cuanto los textos legales vigentes no s¨®lo le facultan sino que le obligan a actuar.

Pero es que, adem¨¢s, en materia de Urbanismo el delegado de la Junta no es un ciudadano cualquiera, baste recordar que toma posesi¨®n bajo la f¨®rmula: 'Juro/prometo, por mi conciencia y honor, desarrollar fielmente..., etc., etc., ...y cumplir y hacer cumplir la Constituci¨®n y las leyes'. Entre esas leyes, especialmente por su cargo, las de materia urban¨ªstica, claro.

Por tanto, aun en la incompetencia hay graduaciones, se puede ser incompetente con honor o sin ¨¦l, con conciencia o sin ella.