Superar el t¨®pico

Primera pel¨ªcula de Ventura Pons rodada en ingl¨¦s, basada en una novela de David Leavitt y con un elenco de actores poco conocidos, Manjar de amor es un elegante, bien rodado y mejor interpretado drama de amores homosexuales, del que no est¨¢ ausente una tan cierta como premeditada sensaci¨®n de d¨¦ja vu. Su materia prima no es otra que la deseada, buscada iniciaci¨®n sexual de un joven aspirante a concertista de piano (Bishop) con insalvables diferencias personales con su madre (Stevenson), a manos de un, por ¨¦l, idolatrado pianista (Rhys)... y las consecuencias que de tal acto se deriva.

D¨¦ja vu, dec¨ªamos, y es evidente: el amante joven seducido por el un tanto casquivano -y veterano, adem¨¢s- personaje famoso, los problemas del protagonista con la madre, la ausencia de padre, son todos elementos y situaciones que se repiten en este tipo de pel¨ªculas. Sin embargo, un Ventura Pons en plenas facultades, que se permite incluso un inopinado viaje por su ciudad natal, para recordarnos el recobrado papel de Barcelona como destino posmoderno en el imaginario yanqui actual, mueve estas piezas para, de ah¨ª la premeditaci¨®n, ir siempre un paso m¨¢s all¨¢ de lo que las apariencias parecen sancionar.

Inquietante retrato

As¨ª, Manjar de amor se presenta como un inquietante retrato de pareja (madre e hijo), en el cual el desvalimiento de ambos queda paliado por la actitud valiente con que, m¨¢s que dejarse vivir, asumen ambos su vida. Esa actitud libra a la pel¨ªcula de moralinas y falsos clich¨¦s sobre el mundo gay -incluidos los positivos: aqu¨ª, quien m¨¢s, quien menos, enga?a a quien puede-, la hace densa en sensaciones contradictorias y enriquecedoras, y una segura recomendaci¨®n para espectadores inteligentes.