El esp¨ªritu de Miguel Hern¨¢ndez
Ha abandonado el Ayuntamiento de Elche la fundaci¨®n Miguel Hern¨¢ndez y la decisi¨®n -que muchas personas aguardaban desde hace tiempo- ha irritado profundamente al alcalde de Orihuela. Tras ella ve Jos¨¦ Manuel Medina la intenci¨®n de los ilicitanos por apoderarse del legado de Hern¨¢ndez, que ¨¦l reclama para su ciudad. ?Son ciertas estas suposiciones de Medina? Yo no me atrever¨ªa a afirmarlo. Cuando los pol¨ªticos entran en escena, cuando manifiestan inter¨¦s por algo que les afecta, las cuestiones m¨¢s sencillas se convierten en grandes intrigas, en las que nos resulta imposible orientarnos.
En cualquier caso, admitamos que la fundaci¨®n era muy poca cosa desde que la familia de Hern¨¢ndez la dejara. Sin los papeles del poeta, ya me dir¨¢n la utilidad de la fundaci¨®n. Si nuestras autoridades no hubieran aplazado una y otra vez las promesas que hac¨ªan a los herederos, no habr¨ªamos llegado a este punto. Medina, que ahora se lamenta con tantos aspavientos, ha tenido tiempo sobrado para resolver la cuesti¨®n. Con la mitad del inter¨¦s que pone a diario en los temas de urbanismo, hace ya meses que Orihuela tendr¨ªa construido el establecimiento y este funcionar¨ªa con normalidad.
En defensa de su postura, sostiene Medina que 's¨®lo la ciudad y la huerta de Orihuela est¨¢n impregnadas del esp¨ªritu que dej¨® el poeta'. La afirmaci¨®n parece un poco l¨ªrica. Yo no s¨¦ si en alg¨²n rinc¨®n de Orihuela o de su huerta quedar¨¢ algo del esp¨ªritu de Miguel Hern¨¢ndez, suponiendo que alguna vez lo hubiera. El poeta tuvo una vida apresurada, muy intensa, corta de tiempo como para que su esp¨ªritu dejara huellas aqu¨ª y all¨¢. Desde luego, puedo asegurarle a Medina que las veces que he viajado a Orihuela, en estos ¨²ltimos a?os, yo no he visto ese esp¨ªritu por ning¨²n lado.
Lo cierto es que el mundo va deprisa y los versos de los poetas se diluyen con rapidez. El ¨²nico remedio eficaz para luchar contra ese olvido es construir lugares donde los estudiosos se ocupen de conservar y difundir las obras que estos poetas escribieron, preserv¨¢ndolas para las generaciones futuras. Y ello no precisa grandes edificios ni construcciones costosas que resultan imposibles de mantener y acaban por cerrarse o llevar una vida mortecina. Basta una vivienda bien acondicionada, donde se conserven debidamente los papeles y los libros, con una biblioteca y cuatro mesas para que los investigadores puedan trabajar. Con poco m¨¢s de lo que nos cuesta una visita de Irene Papas, Miguel Hern¨¢ndez tendr¨ªa su fundaci¨®n.
Todo esto, me lleva a pensar que las declaraciones de Jos¨¦ Manuel Medina no son del todo sinceras. Dir¨ªa que est¨¢n hechas para guardarse las espaldas del reproche de sus electores. A Jos¨¦ Manuel Medina, como al Partido Popular, Miguel Hern¨¢ndez, el poeta Miguel Hern¨¢ndez, no les interesa. ?C¨®mo les podr¨ªa interesar un hombre tan contrario a sus ideas! Basta repasar la interminable historia de la fundaci¨®n para advertirlo. Hern¨¢ndez les ha servido para hacerse propaganda durante un tiempo. Ahora, concluida la campa?a, exprimido el nombre y sin poder llevarse el legado a la Biblioteca Valenciana, buscan desentenderse de ¨¦l con el menor esc¨¢ndalo posible.
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