Un Valencia de hierro

La profunda experiencia que ha vivido el Valencia en sus dos a?os de finalista de la Liga de Campeones le ha convertido en un equipo muy duro mentalmente y extremadamente competitivo. Ahora encabeza la Liga por primera vez en la segunda vuelta desde hace 31 a?os, cuando fue campe¨®n con Alfredo di St¨¦fano en su banquillo. ?stas son algunas de sus claves.

- El asentamiento de Ben¨ªtez. Para un t¨¦cnico sin nombre que llega a un reci¨¦n proclamado subcampe¨®n de Europa, el reto es enorme. Y nada f¨¢cil. De ah¨ª, tal vez, que en el arranque al madrile?o Rafa Ben¨ªtez, de 41 a?os, le pesara la responsabilidad. Y tambi¨¦n que, por miedo a perder y a que le echaran a las primeras de cambio, predispusiera a su equipo a defenderse m¨¢s de la cuenta. As¨ª, hasta coleccionar demasiados empates: nueve. Poco a poco, sin embargo, ha ido solt¨¢ndose y pareci¨¦ndose al t¨¦cnico que ascendi¨® al Tenerife el curso pasado.

El t¨¦cnico estimula una feroz competencia entre Vicente y Kily Gonz¨¢lez que est¨¢ siendo eficaz

- La vuelta de Baraja. Tras cinco meses de ausencia por lesi¨®n, la recuperaci¨®n del medio centro vallisoletano ha resultado crucial. Ha supuesto un salto de calidad: m¨¢s llegada y m¨¢s criterio en la circulaci¨®n del bal¨®n.

- La competencia. Cierto d¨ªa, el centrocampista valenciano Vicente, lleno de rabia, hizo volar de un puntapi¨¦ una botella de pl¨¢stico; otro, el interior argentino Kily Gonz¨¢lez esquiv¨® con un quiebro de cintura una palmadita amistosa del t¨¦cnico. Uno y otro han mostrado su enfado por ser sustituidos, pero el grupo ha salido beneficiado de esta feroz competencia. Ben¨ªtez reparte entre ellos los minutos de juego y se aprovecha as¨ª de que ambos anhelan acudir a la Copa del Mundo.

- El banquillo. Respecto a la temporada pasada, el Valencia quiz¨¢s haya perdido calidad tras la marcha de Mendieta, pero ha ganado equilibrio. Y banquillo. Como apunt¨® el t¨¦cnico madridista, Vicente del Bosque, su banquillo est¨¢ a veces repleto de euros. Y eso, que fue lanzado como una cr¨ªtica, puede terminar siendo un elogio: si los suplentes asumen un protagonismo indispensable. Ben¨ªtez ha zarandeado el equipo, con muchos cambios, y est¨¢ consiguiendo que todos est¨¦n involucrados en la causa. Incluso algunos que parec¨ªan desahuciados: Carew y De los Santos. El Valencia reparte sus escasos 29 goles entre 15 de sus 23 componentes: no hay un gran goleador, sino mucha participaci¨®n en la tarea. Son pocas las dianas -las mismas, por ejemplo, del Rayo Vallecano-, pero muy bien aprovechadas.

- La gran¨ªtica defensa. Minuto 90 de partido del mi¨¦rcoles en Mendizorroza. Carboni llega a la l¨ªnea de fondo del ¨¢rea alavesista y centra hacia atr¨¢s. Al acabar la jugada, regresa a la defensa a toda mecha. El lateral izquierdo italiano tiene 36 a?os y cuatro hijas. ?Su secreto? 'No nos lo dice', bromea Baraja. Va como un cohete y es una de las claves de tan gran¨ªtica defensa, una de las mejores de Europa. El Valencia s¨®lo ha recibido 21 tantos en lo que va de Liga. Mucho tiene tambi¨¦n que ver en ello Ca?izares. A sus 32 a?os y con el Mundial entre ceja y ceja, el portero de Puertollano vive un momento dulce, lleno de madurez y confianza. Est¨¢ rodeado, eso s¨ª, de una veterana y fiable zaga a la que se ha agregado con dignidad el joven Curro Torres. El resto, imperturbable: Carboni, Pellegrino, Ayala y Djukic. El m¨¢s inestable es Ayala, que combina grandes acciones con patadas y penaltis a destiempo.

- El factor humano. Gente muy competitiva es la que ha llevado al Valencia a estos tres grandes a?os. Desde la Copa del Rey conquistada en Sevilla en 1999, pasando por las dos finales perdidas de la Liga de Campeones, hasta el liderato de la Liga. Se trata de Ca?izares, que llora de impotencia tras una derrota; de Pellegrino, que renunci¨® a cobrar m¨¢s de 4,21 millones de euros en el Celtic de Glasgow porque prefiri¨® seguir en un torneo m¨¢s competitivo; de Djukic, que sigue fin¨ªsimo a sus 36 a?os pese a jugar s¨®lo de vez en cuando, cuando se le necesita; de Carboni, que tuvo este verano una oferta de H¨¦ctor C¨²per para que hiciera pi?a en el vestuario del Inter...