'Los auditores no damos fe p¨²blica de nada'
Arag¨®n asegura que la separaci¨®n del ¨¢rea de consultor¨ªa ayuda a la independencia del auditor
El caso Enron ha puesto en cuesti¨®n la labor de los auditores. La de los que firmaron las cuentas del gigante energ¨¦tico hoy en quiebra y la de todos los que emiten informes en los que basan sus decisiones muchos inversores. Manuel Arag¨®n, presidente en Espa?a de una de las cinco grandes, Ernst & Young, asegura que ese efecto Enron no ha llegado a¨²n a Espa?a, pero reconoce que hay cosas que deben mejorar.
Pregunta. Despu¨¦s de Enron, ?se puede confiar en la auditor¨ªa?
Respuesta. Yo preguntar¨ªa por qu¨¦ no. Lamentablemente nos planteamos el papel de la auditor¨ªa cuando se produce alg¨²n esc¨¢ndalo, pero, cada a?o se realizan miles de auditor¨ªas y muy pocas levantan suspicacias o tienen alg¨²n problema. Me da la sensaci¨®n de que hay cierta confusi¨®n sobre cu¨¢l es la funci¨®n del auditor y el papel que juega en el mundo econ¨®mico.
'Preguntarse c¨®mo puede quebrar Enron es c¨®mo cuestionarse por qu¨¦ se cae un avi¨®n. Los errores humanos y de apreciaci¨®n existen'
'El reproche que se le puede hacer al auditor es que no haya apreciado los riesgos potenciales de una gesti¨®n poco honorable'
'Los auditores no rechazamos el control, pero deber¨ªan hacerlo las corporaciones y no un organismo como el ICAC'
P. ?El auditor est¨¢ al servicio del cliente que le paga o del inversor que conf¨ªa en sus informes?
R. De la compa?¨ªa que le paga. Lo ¨²nico que hace el auditor es dar una opini¨®n profesional sobre unos estados financieros preparados y confeccionados por la compa?¨ªa y da cierta confianza, cierta seguridad, a los usuarios de esa informaci¨®n, que pueden ser accionistas, inversores... No damos fe p¨²blica de nada.
P. ?Hasta d¨®nde llega la colaboraci¨®n con el cliente?
R. Es estrecha porque la informaci¨®n procede de la empresa. Nosotros s¨®lo la analizamos. Esa informaci¨®n se prepara en funci¨®n de unos principios contables que son interpretables, aunque se piense lo contrario, y que nosotros no confeccionamos.
P. No elaboran los datos, pero los avalan con su nombre.
R. No, los analizamos. M¨ªsticas aparte, lo ¨²nico que decimos es que en nuestra opini¨®n unos estados financieros presentan razonablemente, porque no es una ciencia exacta, la situaci¨®n financiera y econ¨®mica de una compa?¨ªa en una fecha. L¨®gicamente, si unos estados financieros vienen acompa?ados por la opini¨®n de un auditor independiente y experto merecer¨¢n mayor confianza.
P. Entonces, ?c¨®mo puede quebrar Enron sin aviso?
R. Es lo mismo que preguntarse c¨®mo puede caerse un avi¨®n. Lamentablemente existen los errores humanos y de apreciaci¨®n.
P. ?Es lo que ha pasado?
R. Es dif¨ªcil en este momento dar una opini¨®n fundada. Me da la sensaci¨®n de que confluyen muchos factores. Lo que llevamos mal los auditores es que en situaciones como ¨¦stas, se mire sobre todo al auditor, que es s¨®lo un agente en el proceso, probablemente el que menos participa. Lo que nos sorprende es que en el caso Enron, Gescartera y otros, parecen olvidarse los directivos de la compa?¨ªa y todo se enfoca hacia el auditor, los analistas o el regulador. No hay duda de que todos participamos en el fiasco, pero es fundamental colocar a cada uno en su lugar. El reproche que se le puede hacer al auditor es que no haya apreciado o valorado los riesgos potenciales de una gesti¨®n poco honorable. Es evidente que esto deber¨ªa encender una luz roja.
P. ?No es a¨²n m¨¢s raro que este error se produzca en una de las cinco grandes?
R. No. Todos, lamentablemente, tenemos una historia. Ninguna firma puede presumir de no haber tropezado.
P. ?Qu¨¦ controles existen?
R. Nuestro principal valor es la credibilidad. Por eso, aparte de las normas que establecen organismos p¨²blicos o privados, las firmas tienen otras internas. En nuestro caso son bastante m¨¢s estrictas y se cumplen a rajatabla. Hay un equipo espec¨ªfico que vela por la independencia y la objetividad frente al cliente.
P. ?Me puede poner un ejemplo concreto de c¨®mo se hace?
R. Antes de empezar, miramos la historia del cliente. Como normalmente ya han sido auditados, consideramos las razones por las que cambian, analizamos en la medida de lo posible la honorabilidad de la direcci¨®n, que la compa?¨ªa no haya estado implicada en ning¨²n esc¨¢ndalo o fraude. Adem¨¢s, como nuestro trabajo consiste en dar una opini¨®n objetiva, somos muy celosos de nuestra independencia. Todos los profesionales tenemos que hacer una declaraci¨®n anual de independencia y mantenemos un fichero vivo de todos los clientes en el mundo y tenemos que asegurar que no tenemos ninguna relaci¨®n con ellos. No es infrecuente que a alg¨²n socio se le obligue a vender participaciones de una compa?¨ªa cliente.
P. ?C¨®mo puede una firma garantizar la independencia cuando un solo cliente le genera ingresos millonarios?
R. Nosotros lo hemos salvado por la tremenda, vendiendo la divisi¨®n de consultor¨ªa. La apariencia de independencia es fundamental.
P. ?Qu¨¦ lecciones extrae del caso Enron?
R. Habr¨ªa que extremar al m¨¢ximo las medidas que garantizan la independencia. En un mundo tan cambiante, lo que hemos aprendido es que lo complejo es muy complejo y este caso es un ejemplo perfecto de una firma te¨®ricamente encuadrada en un sector que se diversifica en negocios de alto riesgo. Hay que tener un conocimiento continuado de cu¨¢les son las actividades reales del cliente. Aqu¨ª la figura del socio-revisor est¨¢ establecida desde hace tiempo y obligamos a los auditores que analizan empresas de sectores que hace cinco o seis a?os ni siquiera exist¨ªan, a que contrasten su opini¨®n.
P. ?Puede provocar fusiones en el sector?
R. Creo que no. Ernst & Young Internacional no tiene ninguna intenci¨®n. Adem¨¢s, cinco grandes firmas es un n¨²mero adecuado para dar la posibilidad de elegir. Si esa capacidad se reduce, mi opini¨®n es que vamos en la direcci¨®n equivocada. Si se produjera una fusi¨®n, el resto se ver¨ªa obligado a hacer algo.
P. ?Es necesario cambiar la ley?
R. S¨ª, antes incluso de Enron. Hay que elaborar nuevos principios contables para esas situaciones. El mundo econ¨®mico va mucho m¨¢s deprisa que el regulador.
P. Se han barajado algunas propuestas, como limitar el tiempo que una misma compa?¨ªa est¨¢ con un auditor o separar las actividades de consultor¨ªa y auditor¨ªa.
R. En Espa?a la pol¨¦mica es distinta. Lo que va a producir este caso en Estados Unidos es un mayor control, intervenci¨®n de organismos mixtos, frente a la autorregulaci¨®n. Aqu¨ª es el ICAC, que depende del Ministerio de Hacienda, el responsable. Creo que deber¨ªamos movernos en la otra direcci¨®n, pero en este momento, cuando hay una p¨¦rdida grande de confianza, me parecer¨ªa absurdo plantear la autorregulaci¨®n. Aun as¨ª, hay que mejorar la ley, que ya tiene 13 a?os.
P. ?Habr¨ªa que aumentar el control y las sanciones?
R. Los auditores no rechazamos el control, pero deben ejercerlo las corporaciones. Lo que me plantea alguna duda es el control del ICAC, que ahora no ejerce. Lo que no comprendemos es por qu¨¦ la responsabilidad del auditor se tiene que regular por una ley especial.
P. ?No es un poco raro que el presidente del ICAC, Jos¨¦ Luis L¨®pez-Combarros, venga de la mayor firma de auditor¨ªa?
R. Ha sido una bendici¨®n. Posiblemente no se haya entendido, pero tiene un expediente intachable y un gran prestigio y ha favorecido relaciones fluidas con el sector sin bajar la guardia.
'La guerra de precios afecta a la calidad de la auditor¨ªa'
Pregunta. El caso Enron pone fin a un a?o que ha sido muy duro para muchos sectores, ?tambi¨¦n para el de auditor¨ªa? R. Para Ernst & Young ha sido un buen a?o. Cerramos el ejercicio en junio [la facturaci¨®n por servicios de auditor¨ªa y asesor¨ªa ascendi¨® a 8.990 millones de pesetas, lo que supone un crecimiento del 13% con respecto al a?o anterior]. En el ¨²ltimo trimestre hubo una cierta preocupaci¨®n y cierta retracci¨®n. Creo que estamos en el terreno de las sensaciones m¨¢s que de los datos econ¨®micos. Este a?o tampoco se presenta mal. La auditor¨ªa en la mayor¨ªa de los supuestos son trabajos cerrados y contratados al principio del ejercicio. Tampoco hemos notado una disminuci¨®n de la actividad en otro tipo de servicios. Los m¨¢s sensible al entorno econ¨®mico son los servicios corporativos relacionados con fusiones y adquisiciones o valoraciones. Ah¨ª si notamos una bajada durante cierta parte del ¨²ltimo trimestre, pero se ha recuperado. P. ?El caso Enron pude repercutir en la actividad de las auditoras en Espa?a? R. Aqu¨ª la sensibilidad hacia estos temas es menor, auque no rechazo que pueda afectar. No observo gran preocupaci¨®n. Todo lo que cuestione la labor del auditor es malo para la profesi¨®n y para las firmas. P. ?Esa p¨¦rdida de credibilidad provoca menores ingresos? R. En Espa?a la peculiaridad es que la auditor¨ªa es obligatoria. Invitar¨ªa a las compa?¨ªas a que reflexionaran sobre sus relaciones con el auditor. C¨®mo valoran su trabajo, esa pelea feroz por los precios, la competencia que no nos lleva a ning¨²n lado porque afecta a la calidad del servicio. No es bueno que las firmas ahorren en auditor¨ªa. P. ?Las cinco grandes ganan cuota de mercado cada a?o? R. No en auditor¨ªa. Las fusiones han hecho disminuir el mercado. Si se a?ade la competencia de precios, es dif¨ªcil que nos movamos por encima de la inflaci¨®n. La auditor¨ªa estatutaria no est¨¢ creciendo. S¨ª lo hacen otros servicios, como asesorar fusiones y adquisiciones o los servicios legales y fiscales. Adem¨¢s, es un mercado bastante fiel. Es muy dif¨ªcil que una corporaci¨®n cambie de auditor. Las grandes compa?¨ªas espa?olas son muy fieles a su auditor.
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