Carta a Fern¨¢ndez de Troc¨®niz

Se?or Fern¨¢ndez de Troc¨®niz: Fascinado a¨²n por su reciente propuesta de reparto de pensiones atendiendo al sexo, me permito escribirle para realizar una solicitud de car¨¢cter personal que creo imprescindible para conseguir en mi caso la justicia distributiva que tan sabiamente Ud. preconiza.

Soy un padre de familia honesto, conquense y de mediana edad que cumplo con todas mis obligaciones fiscales, maritales y laborales aunque tengo sobre mi conciencia y mi cuerpo un horrendo vicio que motiva mi petici¨®n: Soy fumador. Anteponi¨¦ndole a Ud. y la se?ora Villalobos mis disculpas y contrici¨®n sincera por esta aciaga circunstancia de mi vida paso a exponerle los ajustes que creo necesarios, en mi caso, para garantizarme, a m¨ª y a mi familia, la necesaria equidad en tema tan delicado como las pensiones.

Como soy fumador mi esperanza de vida es sensiblemente inferior a la del resto de la poblaci¨®n con lo que pasar¨¦ a ser mortal antes que el resto de los mortales, por tanto, creo que deber¨ªa comenzar a pagarme ya mi pensi¨®n para que pueda disfrutarla en vida y tal vez dedicarla a psic¨®logos que me curen de mi adicci¨®n (si esto se produjera en el corto plazo me comprometo a devolver la parte correspondiente). Ya que mi mujer va a durar m¨¢s que una reja entre pajas, porque a su natural condici¨®n femenina a?ade la de no fumadora, podr¨¢ compensar su exigua pensi¨®n con la m¨ªa y podremos ver as¨ª crecer sanos y fuertes a nuestros hijos, ella para cuidar a sus tataranietos y yo hasta que el c¨¢ncer de pulm¨®n lo permita. Adem¨¢s, todas estas 'nuevas generaciones' seguramente devendr¨¢n en futuros votantes del PP en agradecimiento de su magn¨¢nimo y ecu¨¢nime gesto, con lo cual, todos contentos.

Creo 'centrar' con este m¨ªnimo ajuste el esp¨ªritu que gu¨ªa su propuesta y me permito sugerirle que incremente mi pensi¨®n con las reducciones de las de los emigrantes (poblaci¨®n inestable y que seguramente se las gastar¨¢n fuera), las monjas de clausura (de natural longevo), la gente de la alta monta?a (demasiada salud), los curas (poco trabajo) y los ministros y secretarios del PP (demasiada buena vida).

En la confianza de que sabr¨¢ apreciar esta humilde aportaci¨®n a su magno proyecto social para Espa?a, queda suyo afect¨ªsimo: Un contribuyente atribulado.