Liderazgo

La publicaci¨®n de los resultados de la reciente encuesta del PP ha desatado una serie de comentarios de los partidos de oposici¨®n y ha dado pie, al mismo tiempo, a una contundente declaraci¨®n precongresual del BNV contra cualesquiera pactos pre-electorales. El PSPV-PSOE y UV han respondido con incredulidad, los primeros, y con descalificaci¨®n, los segundos, mientras que EU y BNV la han ignorado o minimizado; unos, porque hasta hoy todos los sondeos les sit¨²an por encima del 5%, y, otros, porque viene en un momento delicado y lo que interesa a la formaci¨®n nacionalista es calentar motores para su inminente congreso.

Los pron¨®sticos de la encuesta, realizada durante los d¨ªas de euforia social navide?a del 2001, corroboran las tendencias recientes y constituyen tanto para el BNV cuanto para UV, un motivo de seria preocupaci¨®n y no un detalle de inoportuna intenci¨®n desestabilizadora; para el BNV porque le aleja con tozudez de su techo auton¨®mico y deja a su actual l¨ªder en una posici¨®n de estancamiento en cuanto a notoriedad en la sociedad valenciana (y veinte a?os de liderazgo deber¨ªan haber dado m¨¢s de s¨ª), por m¨¢s que su valoraci¨®n sea similar a la del resto de l¨ªderes de la oposici¨®n, y para los segundos porque la intenci¨®n de voto se manifiesta en la misma direcci¨®n descendente.

El BNV, en efecto, arrastra un problema de dif¨ªcil soluci¨®n en lo tocante al liderazgo. La err¨¢tica historia de la propuesta nacionalista, la endeblez de sus conexiones sociales, su falta de presencia en seis de las nueve grandes ciudades del pa¨ªs en el cuarto de siglo de democracia que llevamos, sus errores estrat¨¦gicos y bandazos ideol¨®gicos y, en fin, el hecho de que le toc¨® pagar los platos rotos del conflicto identitario desatado en los primeros a?os de la transici¨®n, sirven de alegre justificaci¨®n a la ausencia de un liderazgo fuerte, que a mi entender, impide -aunque no sea la ¨²nica causa-, el salto cualitativo que el nacionalismo espera infructuosamente del esfuerzo continuado de su sacrificada grey.

Por otra parte, reducir el problema, como pretenden algunos, al simple relevo de su actual l¨ªder es apostar por el vac¨ªo (como ocurri¨® con las candidaturas de Mira-Torrent en las generales de 2000), pero renunciar expl¨ªcitamente a la construcci¨®n de un nuevo liderazgo -individual o colectivo-, capaz de armonizar la actual definici¨®n ideol¨®gica (a mi entender a¨²n deslavazada para lo que ha de ser un partido nacionalista valenciano) con las aspiraciones de un n¨²mero cuanto menos tres veces superior al m¨¢ximo de valencianos que votaron nacionalista en el mejor de sus resultados significar¨ªa esperar, de nuevo, la frustraci¨®n como respuesta.

Para que el BNV consiga su declarado objetivo de representar un tercer espai, debe ofrecer un liderazgo sugerente que atraiga a nuevos sectores sociales y consiga apoyos empresariales y de la sociedad civil o... m¨¢s le valdr¨¢ no rechazar los ofrecimientos de otros, si quiere salvar los muebles.

Si yo fuera miembro del BNV, que no lo soy, le exigir¨ªa un liderazgo de mucha m¨¢s entidad para afrontar el reto electoral en solitario o, subsidiariamente, recomendar¨ªa a Mayor que pactase con EU-EV (contra el sistema electoral) para, de entrada, y por fin asegurar nacionalistas (¨¦l mismo) en las Cortes Valencianas. Y, aunque es evidente que prefiero la primera, para las dos soluciones Mayor resulta imprescindible.

Vicent.Franch@eresmas.net