Votos de Espa?a
Espa?a vot¨®. ?Vot¨® realmente unas voces? Tambi¨¦n, pero no s¨®lo. B¨¢sicamente vot¨® un programa de televisi¨®n. Esto es, se vot¨® a s¨ª misma.
Espa?a vot¨® a Rosa. Sin duda la mejor voz de las que estaban en liza. Pero en ese voto hab¨ªa m¨¢s cosas. Hab¨ªa la Espa?a sufridora, quebradiza, dram¨¢tica. La Espa?a voluntariosa, capaz de adelgazar 27 kilos. La Espa?a que olvida las letras de las canciones, y c¨®mo pod¨ªa ser de otro modo si hasta el himno nacional no tiene letra. La Espa?a faraona, de voz agitanada y digna como una guitarra. La Espa?a que lucha, y su victoria sabe siempre un poco a derrota.
Espa?a vot¨® a David Bisbal. Vot¨® a la 'Espa?a sin complejos' aznariana, homologable en los mejores karaokes europeos. Una Espa?a tecnocr¨¢tica, adolescente, crecida a base de kellog's, muy lejos de las habichuelas. La Espa?a de las adolescentes que ense?an el ombligo a la salida de los institutos, escenificando un sano descaro sin memoria de lo que ha costado conseguirlo en este pa¨ªs.
Espa?a vot¨® a Bustamante. Y ah¨ª s¨ª rescat¨® memoria. La memoria del andamio, el portland y el pu?o cerrado, Joselito y Marisol, De Espa?a para los espa?oles y Reina por un d¨ªa. Una Espa?a militante y disciplinada que sufre y por una vez, sin que sirva de precedente, gana. Bustamante no tiene voz, pero llora como nadie y como nadie ha visto recompensado su llanto. Televisi¨®n milagrera. Uri Geller.
Los que no
Espa?a no vot¨® a Chenoa. Curioso: como la de Bisbal, su voz es tambi¨¦n homologable en los mejores karaokes de Europa. Ella tambi¨¦n representa la desmemoria tecnocr¨¢tica aznariana. Pero es chica, ah, amigo. Y en la adolescencia las chicas llevan la voz cantante, nunca mejor dicho. Esas chicas no iban a permitir que Chenoa proyectara sombra alguna sobre el ¨ªdolo Bisbal, cuando ya ha tenido el privilegio de convivir con ¨¦l durante cuatro meses. La adolescencia es cruel y brillante como un cuchillo.
Espa?a no vot¨® a Ver¨®nica. Porque si algo no es Espa?a es imprecisa. Aqu¨ª al toro se le mata bien muerto, y ante lo que no es chicha ni limon¨¢ se mira hacia otro lado. Ver¨®nica se desdibuja entre el desgarro y la enso?aci¨®n, no hiela el coraz¨®n de ninguna de las dos Espa?as y eso no acaba de gustar.
Espa?a no vot¨® a Manu. De las escuchadas, es la voz m¨¢s personal e interesante, pero no cosech¨® los apoyos suficientes. A Manu no le votamos quienes ten¨ªamos que hacerlo. Somos la misma gente que jam¨¢s escribimos cartas a los diarios, que nunca hemos llamado a un programa de radio, que vemos pasar la vida desde una atalaya c¨®moda y un punto c¨ªnica, y as¨ª nos va.
Espa?a, Paquito Fern¨¢ndez Ochoa y yo somos as¨ª, se?ora.
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