Contenedores
Los residuos urbanos se traducen en toneladas de basura que d¨ªa a d¨ªa desbordan el bostezo de los contenedores. Lo inservible de cada cual acaba su ciclo dom¨¦stico en esas bolsas de pl¨¢stico que se hacinan a ¨²ltima hora de la noche en las esquinas de cualquier calle, dentro o fuera del recipiente articulado que volcar¨¢ su digesti¨®n sobre la trituradora de un cami¨®n de basura. Pero la mente preclara y l¨²cida de alg¨²n gestor inteligente se invent¨® lo del reciclaje, y gracias a su idea hoy encontramos en m¨¢s de una plaza o avenida contendores del tipo A o cl¨¢sico, contenedores tipo B para papel y cart¨®n, contenedores C para cristal y botellas de vidrio, contendores D para pl¨¢sticos de cualquier origen y dureza, y hasta recipientes E para pilas usadas. Cada uno tiene su horario de recogida y su destino espec¨ªfico. Pero hay un sexto modelo que est¨¢ por dise?ar y que, de haberse inventado a tiempo, habr¨ªa evitado m¨¢s de una cat¨¢strofe irreparable. Me refiero al contenedor tipo F, semejante a un igl¨², con climatizador adaptable a cualquier temperatura, base acolchada y ventilaci¨®n id¨®nea para uso exclusivo de indigentes y padres sin escr¨²pulos. La broma no lo es tanto si echamos mano de estad¨ªsticas, de casos atribuidos a la fatalidad o de cr¨ªmenes tan incalificables como los que se comenten con esos beb¨¦s que son depositados por sus progenitores, a las pocas horas de nacer, en un contendor est¨¢ndar junto a su propia placenta, raspas de pescado y latas vac¨ªas. De ponerse en circulaci¨®n un modelo semejante, no habr¨ªa peligro de triturar por error a un pedig¨¹e?o que busc¨® refugio en el vientre de un vulgar deposito de basura, ni tampoco de encontrar a una criatura envuelta entre peri¨®dicos; con suerte, llorando y tiritando de fr¨ªo, o agonizante ya como un sue?o acuchillado.
En lo que va de a?o, contendores de Alcobendas, Benim¨¤met y Sevilla se han zampado a sus ni?os con cord¨®n umbilical y todo. Antes, al menos, se dejaban en la puerta de una Iglesia o en el umbral de una casa con su correspondiente nota. La gente sin conciencia prolifera y se hace necesario un contendor tipo F que pal¨ªe la falta de amor, que sea recogido cada noche por manos todav¨ªa enamoradas.
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